Ponemos sobre la mesa la batalla entre dos pasajeros de un vuelo de American Airlines. La mujer se reclinó invadiendo el espacio del hombre y su venganza fue en forma de golpes continuados.
Por
Margarita Lázaro
Ha sido uno de los vídeos, o más bien EL VÍDEO, de la semana. La lucha por el espacio de dos pasajeros de un vuelo de la compañía Air America ha conseguido dar la vuelta al mundo y ha abierto un debate en el que todos nos hemos visto envueltos alguna vez. ¿Quién gana en una batalla así? ¿El que va delante y reclina su asiento o el que va detrás y se siente agobiado?
Aunque antes de entrar en detalles y dar respuesta a este debate, recordemos los hechos.
Wendy Williams viajaba de Nueva Orleans a Charlotte —un recorrido de 2 horas y 5 minutos, según la web de la compañía— cuando decidió reclinar el asiento. La reacción del compañero de detrás, en la última fila del avión, fue golpear hasta nueve veces el respaldo de Williams, que grabó la escena y la compartió a modo de denuncia en Twitter. Su idea era disuadirlo y lo consiguió.
″Él estaba enfadado porque había reclinado mi asiento y lo golpeó como nueve veces. Cuando empezó a hacerlo con más fuerza lo grabé, y él siguió con su comportamiento. La otra mala persona es la azafata de American Airlines que me echó la culpa a mí y le ofreció una copa de ron a él”.
El asunto trae más cola porque, según escribió en otro tuit, actuó así por un problema de espalda.
“Me duele mucho. Sólo tengo un disco cervical sin soldar, el único que me permite algo de movilidad. Me da miedo, porque este es el tipo de lesión que podría rematarlo. Doy gracias porque al menos sigo teniendo algo de movimiento, pero no tendría que haber sufrido los repetidos golpes ”, escribió la pasajera, que voló el día 31 de enero y que no compartió el vídeo hasta el 9 de febrero.
“Se disculparon pero no aceptaron responsabilidades por la acción de la azafata de vuelo”, escribió en otro mensaje Williams, que también anunció su intención de “presentar cargos ante el FBI contra el hombre que la confundió con un saco de boxeo”.
¿Quién tiene razón en este entuerto? ¿La pasajera que se inclina o el viajero que se queja?
El asunto es complejo y más aún tratándose de Estados Unidos, pero trasladémoslo a España.
“Cualquier pasajero tiene derecho a reclinar su asiento en un avión a excepción de los momentos de aterrizaje y despegue”, explica un piloto de Air Europa a El HuffPost. “En el resto del vuelo tiene derecho a inclinarse”, asegura dándole la razón a Williams. La opción para el de atrás atrás es irse a Business y pagar la diferencia del precio del billete.
El director ejecutivo de Delta Air Lines, Ed Bastian, contempla este tipo de episodios en términos de educación. “Cualquier pasajero tiene derecho a reclinarse… Pero creo que lo correcto es que si vas a reclinarte sobre alguien debes preguntarle primero si le parece bien”, explicó en una entrevista realizada el 14 de febrero en la cadena CNBC.
“Cualquier pasajero tiene derecho a reclinar su asiento en un avión a excepción de los momentos de aterrizaje y despegue”
El sentido común es para Rubén Sánchez, de la Asociación de Consumidores FACUA, el que debe imperar en este tipo de situaciones. Y esta idea sirve cuando se inclina el asiento o se comparte reposabrazos.
El comandante, la máxima autoridad
Lo que sí están reguladas son las conductas inadecuadas de pasajeros en los aviones. La entrada en vigor el 1 de enero de 2020 del Protocolo de Montreal 2014 (MP14), firmado por los 186 países miembros de la Organización de Aviación Civil Internacional y los 28 estados miembros de la Unión Europea, permite a las aerolíneas sancionar actos como “asalto físico, acoso, fumar o no seguir las instrucciones de la tripulación”. Especialmente si estos incidentes comprometen la seguridad del vuelo, causan retrasos significativos, interrumpen operaciones e impactan negativamente en la experiencia del viaje y el entorno de los pasajeros y tripulación.
“La compañía aérea es la que tiene que operar y hacer lo que considera oportuno”, explica Sánchez. “El comandante de vuelo puede dar orden de que se inmovilice al pasajero o incluso echarlo si no ha despegado todavía”, continúa el portavoz de FACUA, para el que en el caso concreto de American Airlines quien tiene que ser sancionado es el pasajero de atrás por agredir a la compañera de vuelo.
“La compañía aérea es la que tiene que operar y hacer lo que considera oportuno”
- FACUA
La máxima autoridad a bordo es el comandante, como establece el artículo 70 de la Ley sobre navegación aérea de 1960. Para poder ejercer esta autoridad, los aviones llevan bridas que permiten inmovilizar a los pasajeros. “Se les puede atar de manos o pies pero nunca agarrarlo a una parte sólida del avión”, añade el piloto de Air Europa.
En caso de necesitar ayuda se la puede pedir a otros pasajeros pero nunca ordenársela. “El comandante sólo puede dar órdenes a la tripulación”, sigue.
Conductas inadecuadas según la actualización del Protocolo de Montreal
1. Consumo ilegal de estupefacientes o cigarrillos
2. Negativa a cumplir con instrucciones de seguridad e interrumpir anuncio de seguridad
3. Confrontación verbal con miembros de la tripulación u otros pasajeros
4. Confrontación física con los miembros de la tripulación
5. Pasajeros que interfieren con tareas de la tripulación o negativa a seguir instrucciones para subir o bajar de la aeronave.
6. Amenazas que podrían afectar la seguridad de tripulación, pasajeros y aeronaves (por ejemplo, la amenaza de matar o herir a alguien, amenaza de bomba o intento entrar a la cabina)
7. Abuso sexual o acoso
8. Otros comportamientos que alteran el orden también están gritar, patear y golpear respaldos de los asientos.
“En cierto modo pasa lo mismo en un autobús o en un tren. El máximo responsable del viaje puede echar a un pasajero y hacer que baje en la siguiente parada”, añade Sánchez. La situación puede darse incluso en el aire como pasó en 2007 con el cantante Melendi, que se subió a un avión destino México borracho e hizo al comandante dar la vuelta para dejarlo en Madrid.
¿Y qué pasa si la compañía te ignora y permite que el vuelo se convierta en una pesadilla? Rubén Sánchez recomienda “emprender acciones legales e incluso solicitar los perjuicios morales derivados de la situaciones”. En ese caso habría que esperar a estar en tierra para lleva a cabo la reclamación. “El piloto no puede eludir responsabilidades”, recuerda.
Menos y menos espacio
“El problema en el fondo es otro”, apunta el portavoz de FACUA, quien denuncia que cada vez se estrecha más el espacio entre asientos haciendo que la experiencia del vuelo sea menos agradable.
Para Sánchez, habría que tomar medidas y pone el foco en la Asociación Europea de Seguridad de la Aviación (EASA), que debería regular la distancia entre asientos, conocida como pitch.
GETTY IMAGES
Tampoco la hay en Estados Unidos pese a que en 2017 un juzgado del distrito de Columbia instó a establecer un tamaño mínimo para asientos en una apelación federal bautizada como “El insólito caso del asiento menguante”. “Los asientos cada vez son más pequeños y los pasajeros estadounidenses son más grandes”, apuntaron los jueces, para los que esta situación pone en peligro a los propios pasajeros.
Según esta sentencia, en los últimos diez años el pitch ha disminuido llamativamente: pasando de 89 centímetros en los años 70 a los 79 centímetros actuales, llegando en ocasiones hasta los 71 centímetros como pasa con algunos de vuelos que Iberia opera en España. Así lo estableció un estudio sobre la distancia entre asientos de las principales líneas aéreas del mundo publicado en ABC en agosto de 2017 a partir de datos de la plataforma SeatGuru, de TripAdvisor.
Iberia. Clase económica: de 71 a 76 centímetros.
Air Europa. Clase económica: de 76 a 78 centímetros.
Vueling. Clase económica: de 73 a 76 centímetros.
Ryanair. Clase económica: de 76 a 86 centímetros.
easyJet. Clase económica: 73 centímetros.
En cuanto a American Airlines, la compañía del incidente, podría decirse que la distancia entre asientos está en la media: en julio de 2017 se decidió reducir este espacio en los aviones para vuelos cortos en 2,5 centímetros, hasta los 76,2.
Por ahora, la única medida para afrontar estos casos de asientos menguantes o espacios personales en peligro la ha puesto en marcha Delta Air Lines, que en abril de 2019 decidió reducir la reclinación de los asientos en su flota A320 “para hacer que la experiencia en el vuelo sea más placentera”, como señaló Savannah Huddleston, representante de la compañía.
Si no hay espacio para el respaldo, al menos que no se pueda bajar.
Ha sido uno de los vídeos, o más bien EL VÍDEO, de la semana. La lucha por el espacio de dos pasajeros de un vuelo de la compañía Air America ha conseguido dar la vuelta al mundo y ha abierto un debate en el que todos nos hemos visto envueltos alguna vez. ¿Quién gana en una batalla así? ¿El que va delante y reclina su asiento o el que va detrás y se siente agobiado?
Aunque antes de entrar en detalles y dar respuesta a este debate, recordemos los hechos.
Wendy Williams viajaba de Nueva Orleans a Charlotte —un recorrido de 2 horas y 5 minutos, según la web de la compañía— cuando decidió reclinar el asiento. La reacción del compañero de detrás, en la última fila del avión, fue golpear hasta nueve veces el respaldo de Williams, que grabó la escena y la compartió a modo de denuncia en Twitter. Su idea era disuadirlo y lo consiguió.
″Él estaba enfadado porque había reclinado mi asiento y lo golpeó como nueve veces. Cuando empezó a hacerlo con más fuerza lo grabé, y él siguió con su comportamiento. La otra mala persona es la azafata de American Airlines que me echó la culpa a mí y le ofreció una copa de ron a él”.
El asunto trae más cola porque, según escribió en otro tuit, actuó así por un problema de espalda.
“Me duele mucho. Sólo tengo un disco cervical sin soldar, el único que me permite algo de movilidad. Me da miedo, porque este es el tipo de lesión que podría rematarlo. Doy gracias porque al menos sigo teniendo algo de movimiento, pero no tendría que haber sufrido los repetidos golpes ”, escribió la pasajera, que voló el día 31 de enero y que no compartió el vídeo hasta el 9 de febrero.
“Se disculparon pero no aceptaron responsabilidades por la acción de la azafata de vuelo”, escribió en otro mensaje Williams, que también anunció su intención de “presentar cargos ante el FBI contra el hombre que la confundió con un saco de boxeo”.
¿Quién tiene razón en este entuerto? ¿La pasajera que se inclina o el viajero que se queja?
El asunto es complejo y más aún tratándose de Estados Unidos, pero trasladémoslo a España.
“Cualquier pasajero tiene derecho a reclinar su asiento en un avión a excepción de los momentos de aterrizaje y despegue”, explica un piloto de Air Europa a El HuffPost. “En el resto del vuelo tiene derecho a inclinarse”, asegura dándole la razón a Williams. La opción para el de atrás atrás es irse a Business y pagar la diferencia del precio del billete.
El director ejecutivo de Delta Air Lines, Ed Bastian, contempla este tipo de episodios en términos de educación. “Cualquier pasajero tiene derecho a reclinarse… Pero creo que lo correcto es que si vas a reclinarte sobre alguien debes preguntarle primero si le parece bien”, explicó en una entrevista realizada el 14 de febrero en la cadena CNBC.
“Cualquier pasajero tiene derecho a reclinar su asiento en un avión a excepción de los momentos de aterrizaje y despegue”
El sentido común es para Rubén Sánchez, de la Asociación de Consumidores FACUA, el que debe imperar en este tipo de situaciones. Y esta idea sirve cuando se inclina el asiento o se comparte reposabrazos.
El comandante, la máxima autoridad
Lo que sí están reguladas son las conductas inadecuadas de pasajeros en los aviones. La entrada en vigor el 1 de enero de 2020 del Protocolo de Montreal 2014 (MP14), firmado por los 186 países miembros de la Organización de Aviación Civil Internacional y los 28 estados miembros de la Unión Europea, permite a las aerolíneas sancionar actos como “asalto físico, acoso, fumar o no seguir las instrucciones de la tripulación”. Especialmente si estos incidentes comprometen la seguridad del vuelo, causan retrasos significativos, interrumpen operaciones e impactan negativamente en la experiencia del viaje y el entorno de los pasajeros y tripulación.
“La compañía aérea es la que tiene que operar y hacer lo que considera oportuno”, explica Sánchez. “El comandante de vuelo puede dar orden de que se inmovilice al pasajero o incluso echarlo si no ha despegado todavía”, continúa el portavoz de FACUA, para el que en el caso concreto de American Airlines quien tiene que ser sancionado es el pasajero de atrás por agredir a la compañera de vuelo.
“La compañía aérea es la que tiene que operar y hacer lo que considera oportuno”
- FACUA
La máxima autoridad a bordo es el comandante, como establece el artículo 70 de la Ley sobre navegación aérea de 1960. Para poder ejercer esta autoridad, los aviones llevan bridas que permiten inmovilizar a los pasajeros. “Se les puede atar de manos o pies pero nunca agarrarlo a una parte sólida del avión”, añade el piloto de Air Europa.
En caso de necesitar ayuda se la puede pedir a otros pasajeros pero nunca ordenársela. “El comandante sólo puede dar órdenes a la tripulación”, sigue.
Conductas inadecuadas según la actualización del Protocolo de Montreal
1. Consumo ilegal de estupefacientes o cigarrillos
2. Negativa a cumplir con instrucciones de seguridad e interrumpir anuncio de seguridad
3. Confrontación verbal con miembros de la tripulación u otros pasajeros
4. Confrontación física con los miembros de la tripulación
5. Pasajeros que interfieren con tareas de la tripulación o negativa a seguir instrucciones para subir o bajar de la aeronave.
6. Amenazas que podrían afectar la seguridad de tripulación, pasajeros y aeronaves (por ejemplo, la amenaza de matar o herir a alguien, amenaza de bomba o intento entrar a la cabina)
7. Abuso sexual o acoso
8. Otros comportamientos que alteran el orden también están gritar, patear y golpear respaldos de los asientos.
“En cierto modo pasa lo mismo en un autobús o en un tren. El máximo responsable del viaje puede echar a un pasajero y hacer que baje en la siguiente parada”, añade Sánchez. La situación puede darse incluso en el aire como pasó en 2007 con el cantante Melendi, que se subió a un avión destino México borracho e hizo al comandante dar la vuelta para dejarlo en Madrid.
¿Y qué pasa si la compañía te ignora y permite que el vuelo se convierta en una pesadilla? Rubén Sánchez recomienda “emprender acciones legales e incluso solicitar los perjuicios morales derivados de la situaciones”. En ese caso habría que esperar a estar en tierra para lleva a cabo la reclamación. “El piloto no puede eludir responsabilidades”, recuerda.
Menos y menos espacio
“El problema en el fondo es otro”, apunta el portavoz de FACUA, quien denuncia que cada vez se estrecha más el espacio entre asientos haciendo que la experiencia del vuelo sea menos agradable.
Para Sánchez, habría que tomar medidas y pone el foco en la Asociación Europea de Seguridad de la Aviación (EASA), que debería regular la distancia entre asientos, conocida como pitch.
GETTY IMAGES |
Tampoco la hay en Estados Unidos pese a que en 2017 un juzgado del distrito de Columbia instó a establecer un tamaño mínimo para asientos en una apelación federal bautizada como “El insólito caso del asiento menguante”. “Los asientos cada vez son más pequeños y los pasajeros estadounidenses son más grandes”, apuntaron los jueces, para los que esta situación pone en peligro a los propios pasajeros.
Según esta sentencia, en los últimos diez años el pitch ha disminuido llamativamente: pasando de 89 centímetros en los años 70 a los 79 centímetros actuales, llegando en ocasiones hasta los 71 centímetros como pasa con algunos de vuelos que Iberia opera en España. Así lo estableció un estudio sobre la distancia entre asientos de las principales líneas aéreas del mundo publicado en ABC en agosto de 2017 a partir de datos de la plataforma SeatGuru, de TripAdvisor.
Iberia. Clase económica: de 71 a 76 centímetros.
Air Europa. Clase económica: de 76 a 78 centímetros.
Vueling. Clase económica: de 73 a 76 centímetros.
Ryanair. Clase económica: de 76 a 86 centímetros.
easyJet. Clase económica: 73 centímetros.
En cuanto a American Airlines, la compañía del incidente, podría decirse que la distancia entre asientos está en la media: en julio de 2017 se decidió reducir este espacio en los aviones para vuelos cortos en 2,5 centímetros, hasta los 76,2.
Por ahora, la única medida para afrontar estos casos de asientos menguantes o espacios personales en peligro la ha puesto en marcha Delta Air Lines, que en abril de 2019 decidió reducir la reclinación de los asientos en su flota A320 “para hacer que la experiencia en el vuelo sea más placentera”, como señaló Savannah Huddleston, representante de la compañía.
Si no hay espacio para el respaldo, al menos que no se pueda bajar.
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