Estos consejos te servirán tanto si es cachorro como adulto.
Por
Marina Prats
KERKEZ VIA GETTY IMAGES |
Convivir con una mascota puede ser una montaña rusa de emociones. Desde felicidad a sorpresa pasando por el estrés, especialmente cuando los animales acaban de llegar a la familia. Ladridos, muebles rotos o llantos suelen ser muy frecuentes esos primeros días, pero también se pueden repetir cuando los dueños están fuera de casa o cuando llega la noche.
En estos casos los veterinarios tienen una serie de consejos para sobrellevar los nervios nocturnos, aunque algunos también se pueden aplicar cuando el animal se quede solo en casa. Toma nota para evitar esas molestias. Tus vecinos te lo agradecerán.
Calentito se duerme mejor
Los cachorros no regulan bien su temperatura, por lo que no se adaptan bien al frío y al calor cuando dejan su camada y llegan a un nuevo hogar. Para evitar estos cambios bruscos, lo mejor es tener una temperatura ambiente de entre 20 y 25º C donde vayan a dormir, según Expertoanimal.
Conforme el animal va creciendo va siendo más tolerante a las temperaturas extremas. Sin embargo, siempre dormirá mejor y más cómodo con una temperatura moderada.
Primero, dentro del cuarto
Con respecto a dónde colocar la cama del perro las primeras noches, la respuesta de los expertos es clara. “Los perros son animales sociales y viven en manada y, como tales, la compañía es fundamental en las primera noches de adaptación. Negarle la compañía a un cachorro esos días puede ser traumático para él”, detalla Alba Benítez, etóloga y fundadora de Simiperrohablara.com.
Pero no hay que confundir estar cerca de ellos con meterlos en la cama. Aunque según los expertos no es malo dormir con nuestra mascota, si no quieres que se acostumbre, no lo hagas nunca.
Con el tiempo, según señalan en Redcanina, se pueden ir trasladando los juguetes y la cama del animal a otra zona de la casa donde suela jugar, pasar tiempo y dormir siestas a lo largo del día. De este modo irá cogiéndole apego poco a poco.
Un toque de olor
Cuando son pequeños o llevan poco tiempo en casa puede ayudar tener una referencia a su manada o sus compañeros de camada. “Colocar una prenda de ropa en su cojín o camita, impregnada con el olor de su madre y hermanos, puede ayudarlo a relajarse”, según detalla Benítez.
Otra solución para Benítez, también específica para cachorros, es colocar un difusor de feromonas cerca de la cama donde vayan a dormir para simular la protección que les da su madre.
El juego, mejor pronto
A diferencia de lo que se pueda pensar, cansarle justo antes de dormir no va a hacer que duerma mejor. Lo que produce es justo lo contrario, una sobreexcitación. Si no se hace con el reposo suficiente puede que al animal le cueste conciliar el sueño porque quiera seguir jugando, según señalan en Fundación Affinity.
Benítez pone el foco en el fomento de la autonomía del animal durante todo el día, y no solo por las noches o cuando nos marchamos fuera de casa.
“No esperemos que el perro esté separado de nosotros por la noche cuando mostramos un hiperapego el resto del día. Como ocurre con los niños, desde el principio hay que esforzarse por enseñar al cachorro a desenvolverse en cualquier ambiente sin necesidad de depender de nosotros y de nuestra presencia y contacto”, cuenta la etóloga.
A la cama, comido y paseado
Otro error frecuente es no darles de comer antes de dormir o no pasearles por la tarde. El último paseo del día debe ser el más largo y tras él lo conveniente es que tenga una de sus raciones diarias. Benítez recalca la importancia de educarlo en esta rutina y así facilitarle el sueño y que pueda pasar unas horas sin hacer sus necesidades. Lo mismo se debe hacer antes de marcharnos un tiempo de casa.
Olvídate del truco del reloj
Seguramente todo aquel que haya adoptado o haya tenido alguna vez en casa un cachorro le suene el truco del reloj de manecillas. Consiste en colocar uno debajo de una mantita para que el perro lo asocie con el latido de la madre. Pues bien, no está demostrado que funcione. A veces incluso consigue el efecto contrario.
“Este ruido puede generarles más nerviosismo y ansiedad que calma”, explica Benítez.
Un refugio para sentirse protegido
Algunos perros sufren pánico al quedarse solos por las noches o en horario laboral. Estos animales, especialmente los cachorros o aquellos que tienen una dependencia emocional muy fuerte de sus dueños, pueden sentirse aliviados al tener “un transportín con la puerta abierta cerca o una mantita”, según indican en la Fundación Affinity. De esta forma, les da seguridad y se sienten refugiados ante una posible amenaza. Del mismo modo, Benítez recomienda dejar cerca “los juguetes que les gusten”.
No ceder si llora
Que deje de llorar es cuestión de tiempo y la clave está en no ceder ante los llantos. Si acostumbramos a que con sus llantos vamos a acudir a su rescate, a darle mimos o a meterlos en la habitación, lo va a seguir haciendo. Especialmente si es un cachorro o si lleva poco tiempo en casa.
Para Benítez la clave está en “un refuerzo positivo” si pasa un día o una noche sin llorar. La etóloga señala que esta recompensa puede ser tanto una chuche o una caricia o un juguete.
El panorama cambia si los llantos son continuados o se repiten a lo largo del día. En este caso, Benítez apunta que lo mejor es llamar a un etólogo que le pueda asesorar en su comportamiento o llevarlo al veterinario para descartar que sufra alguna dolencia.
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