jueves, 13 de octubre de 2011

Las caras de la Hispanidad granadahoy.com

Unos a golpe de volante y mostrando toda la cultura de hispano-américa y otros con el tradicional desfile oficial por las calles del centro, Granada celebró ayer a lo grande el Día del Pilar

B. RICO/ C. RODRÍGUEZ / GRANADA
En paralelo a los actos oficiales organizados por el Ayuntamiento de Granada, por otras calles de la ciudad se celebró ayer el Día de la Hispanidad a volantazo limpio. La Asociación de Colombianos de Granada decidió que la conmemoración del avistamiento de América tenía que tener en esta ciudad también un sabor similar al que tiene en el otro continente, donde se sigue denominado el Día de la Raza.

Y a juzgar por lo que se vio ayer en las calles granadinas, la hispanidad pierde mucha fuerza frente a la raza en colorido y alegría. "Nosotros sólo queríamos hacer algo parecido a lo que se hace en otras partes del mundo, como Nueva York, Madrid o Barcelona, donde se celebra para resaltar la cultura de los inmigrantes que trabajan fuera de sus países", explicaban ayer los organizadores, Jorge y Mauricio, dos inmigrantes colombianos que están al frente de la asociación.

El resultado de la reivindicación de su cultura fue la explosión de una fiesta en el Paseo del Violón que cruzó el Puente Romano y la Carrera de la Virgen hasta la Fuente de las Batallas, Puerta Real y calle Alhóndiga para culminar en la Plaza de las Pasiegas.

Todas la asociaciones de inmigrantes de países hispanoamericanas fueron invitadas a participar en esta marcha de la hispanidad más exuberante, vivaz y divertida, aunque algunas finalmente no acudieron a la llamada. El resultado, de todas formas, fue un pasacalles con centenares de personas ataviadas con los trajes típicos del folklore de países como Colombia, Bolivia, Venezuela, Ecuador o República Dominicana.

En total, unas 500 personas bailaron al ritmo de las canciones más populares de esos países para sorpresa de todos los paseantes que a esa hora hacían alguna compra o caminaban por las céntricas calles por las que danzó el pasacalles. Muchos no sólo miraban sino que también se animaban a moverse con gracia junto a los lugareños que ahora viven lejos de su tierra, pero que dejaron patente que la sienten muy cerca.

La cuestión es que móvil en mano, cuando no directamente cámara en el caso de los turistas, la iniciativa de esa otra fiesta de la hispanidad ha quedado plasmada en miles de instantáneas como recuerdo del descubrimiento de todas esas culturas un 12 de octubre de 1492.

Y con este panorama tan llamativo y renovado para el Día de la Hispanidad, con un calor de playa, con las tiendas abiertas y las terrazas llenas de ambiente, el desfile oficial era tan poco tentador que se notó en la baja ausencia de público que asistió a la cita. No se podía negar que los que acudieron a la Plaza del Carmen a primera hora de la mañana era porque realmente lo sentían. Ya que si hay un cortejo que no cambia, que año tras año cumple con la tradición y el estricto protocolo, ese es el del 12 de octubre.

Los actos comenzaron con una misa en la Capilla Real a la que asistieron los concejales Juan García Montero y Juan Antonio Fuentes en presentación del Ayuntamiento. Pasada la eucaristía, el destacamento militar ya se encontraba en la Plaza del Carmen para recibir al alcalde que, junto al general, pasaron revista a la formación militar. Minutos más tarde, se procedía a uno de los momentos clásicos de la jornada: la entrega del estantarte al concejal de Juventud, Juan Francisco Gutiérrez, en el salón de comisiones, para emprender el camino a la Capilla Real.

El recorrido que en años anteriores se presentaba animado de gente esta vez ha estado más tranquilo de lo normal y el trasiego que había en la calle era más bien para entrar en las tiendas que ayer abrieron sus puertas. Pocos prestaron atención a los porteros, pertigueros, maceros, escoltas además de todo el sinfín de responsabilidades políticas que acuden a la cita. Al margen de los fieles, los más atentos sin duda eran los turistas, especialmente, los que se concentraban en el entorno de la Catedral que asistieron al saludo de las autoridades encabezadas por el subdelegado del Gobierno, Antonio Cruz.

Dentro del templo se produjo el tradicional intercambio del estandarte que fue a manos de Vicente Aguilera, encargado de tremolarlo: 3 veces en dirección al santísimo y 2 para los sepulcros de los Reyes Católicos. Tras la tremolación llegó el momento en el que el General Álvarez Jiménez, Antonio Cruz, María José Sánchez, el alcalde y el capellán mayor depositaron una corona de laurel y un ramo de flores en los reales sepulcros.

Tras finalizar los actos dentro de la sacristía de nuevo, todo el cortejo emprendió la vuelta la Ayuntamiento. La banda municipal y la banda militar amenizaban el regreso que, cercano al mediodía, logró congregar algo más de gente en la calle, al igual que la Plaza del Carmen que sin registrar un lleno absoluto estaba más concurrida.

Y así, con la misma solemnidad que empezó, la Hispanidad oficial terminó. Los himnos de Andalucía y España pusieron el punto y final a un nuevo día de fiesta que, afortunadamente, se pudo vivir de varias maneras.

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