El 30 por ciento de los niños con fibrosis quística aún se diagnostica de forma tardía, lo que impide un tratamiento más efectivo que disminuya los efectos de la esta enfermedad respiratoria minoritaria y demore el trasplante pulmonar, han alertado hoy especialistas en neumología.
"Un diagnóstico al nacer permite iniciar tratamientos más intensivos y el pulmón queda mucho menos afectado que si se descubre la enfermedad en la adolescencia", ha destacado hoy en una conferencia de prensa la doctora Beatriz Lara, de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica SEPAR.
La fibrosis quística es una de las enfermedades respiratorias minoritarias, crónica y hereditaria, que afecta a diversas zonas del cuerpo provocando infecciones e inflamaciones que destruyen principalmente el pulmón, el hígado, el páncreas y el sistema reproductor.
Según un estudio de SEPAR presentado hoy, en la última dos década la supervivencia de los enfermos de fibrosis quística ha pasado de los 27 a los 38 años gracias a los tratamientos y al aumento de los trasplantes de pulmón, que se practican cuando los pacientes tienen de media 22 años de edad.
Aproximadamente el 50 por ciento de los trasplantes de pulmón que se practican son en pacientes de enfermedades respiratorias minoritarias como fibrosis quística, la hipertensión arterial pulmonar o el déficit de alfa-1-antitripsina, entre otras.
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