La literatura, el folclor y el turismo inundan esta semana la ciudad colonial de Granada, al sureste de Nicaragua y sede de la octava edición del Festival Internacional de Poesía.
Ludwin Loáisiga López
Granada (Nicaragua), La literatura, el folclor y el turismo inundan esta semana la ciudad colonial de Granada, al sureste de Nicaragua y sede de la octava edición del Festival Internacional de Poesía.
La ciudad, ubicada a 45 kilómetros al sureste de Managua, alberga a más de 120 poetas de 54 países, entre ellos al dramaturgo antillano y premio Nobel de Literatura 1992, Derek Walcott; así como a decenas de comparsas folclóricas locales y a miles de turistas nacionales y extranjeros.
La VIII edición de este festival, que comenzó el pasado día 14 y cuyo objetivo es difundir la calidad de la poesía nicaragüense, está encabezada por Walcott, nacido en 1930 en la isla de Santa Lucía y considerado uno de los mayores representantes de la lírica caribeña.
Los bardos, enrojecidos por el fuerte sol del verano nicaragüense, participan en actividades literarias, paseos en coches tirados por caballos, conciertos y espectáculos de danza.
Además han declamado versos en sus propios idiomas, como el inglés o el italiano, en distintas avenidas, plazas, atrios y parques ante cientos de turistas extranjeros y también frente a miles de nicaragüenses que, en su mayoría sólo hablan español, aunque siguen con atención cada palabra de los poetas.
Uno de los actos más pintorescos en el festival es el carnaval de la poesía, en el que se entierran simbólicamente los males del planeta.
Este año se sepultaron a las "lágrimas del desamor" que provocan "tristeza, traición y todo lo malo" en el mundo.
"Es un entierro simbólico, una farsa, una burla, el entierro es algo por lo que todos vamos a pasar, no nos vamos a escapar", explicó a Efe el escritor nicaragüense Nicasio Urbina, nacido en Argentina.
El cortejo fúnebre tuvo lugar el miércoles pasado, entre declamaciones de los poetas y un carnaval en el que se juntan la rebeldía y belleza de las tradiciones nicaragüenses indígenas y mestizas.
Las comparsas folclóricas que participan en el acto están conformadas por jóvenes vestidos con disfraces artesanales que representan a la muerte y el demonio, e incluyen a un Judas encadenado que es arrastrado ante de miles de visitantes y habitantes de la localidad.
Los turistas, que lucen camisetas y pantalones cortos en su lucha contra el calor, no despegan sus ojos de decenas de bailarinas que en las calles mueven sus caderas siguiendo los lentos sones del Pacífico o los agitados ritmos del Caribe nicaragüense, como el popular y cadencioso Palo de Mayo.
El nacimiento del Festival Internacional de Poesía en 2005 significa además para la ciudad nicaragüense de Granada un incremento en sus ingresos económicos.
Los hoteles han alquilado todas sus habitaciones, los vendedores ambulantes ofertan agua o bebidas gaseosas para sofocar el calor a no menos de un dólar y comerciantes de distintas naciones han acampado en el parque central de la ciudad, ubicado frente a la imponente catedral de Granada.
Este año, el festival está dedicado al fallecido Carlos Martínez Rivas (1924-1998), considerado uno de los mejores poetas nicaragüenses después de Rubén Darío (1867-1916).
Según la escritora nicaragüense Gioconda Belli, este país tiene "una literatura muy vital, muy pujante" y "la poesía joven está produciendo nuevos nombres" por lo que cree en la buena salud de la cultura.
La vigencia "de primer orden" del festival motivaron al embajador de España en Nicaragua, León de la Torre Krais, a proponerlo como candidato al Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2012.
"Desde la Embajada de España sentimos una especial vinculación con el Festival, al que hemos acompañado desde sus inicios, y compartimos la satisfacción por ver cómo cada año, en cada edición, ha ido creciendo y superándose hasta convertirse en una cita cultural de primer orden", destacó el diplomático.
La próxima edición estará dedicado al poeta Ernesto Cardenal Martínez, exministro nicaragüense de Cultura, quien junto a Carlos Mejía Sánchez, ya fallecido, y Martínez Rivas, fue miembro de la llamada generación de los cuarenta.
El homenajeado en la X edición del Festival será Rubén Darío, conocido como el "Príncipe de las Letras Castellanas" y "Padre del Modernismo".
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