martes, 7 de febrero de 2012

Granada sin la Alhambra ideal.es


La ciudad sin su monumento estrella sería mucho más pobre en lo cultural y en lo económico: la 'marca' vale millones
INÉS GALLASTEGUI | GRANADA.

«¿Cuántos hoteles sobrevivirían en la provincia de Granada si la Alhambra no existiera? ¿Cuántos negocios de hostelería? ¿Cuántas agencias de turismo?», preguntó el 10 de enero la directora del monumento, Mar Villafranca. Lo hizo después de difundir un estudio que asegura que el 79% de los visitantes foráneos de la Alhambra duermen y comen en la ciudad. En principio, las preguntas parecían lanzadas al viento, pero en una segunda lectura resultó que no: iban dirigidas al alcalde de Granada, José Torres Hurtado, y a los directivos de algunas asociaciones hosteleras de la provincia, empeñados en que el recinto nazarí es una especie de isla flotando sobre una ciudad a la que chupa la sangre sin darle nada a cambio. De hecho, el alcalde respondió: llamó «sultana» a Villafranca, calificó el estudio de «falsedad» y anunció que hará otro que justifique su proyecto de ascensor.
Polémicas políticas al margen, la pregunta quedó ahí: ¿cómo sería Granada sin la Alhambra? No sería Granada, claro. Pero hagamos un esfuerzo de imaginación. Por supuesto, la pérdida patrimonial, artística y cultural sería inmensa: ni palacios ni jardines, pero tampoco cuentos, poemas, cuadros o música inspirados en su belleza.
Y en términos más prácticos, ¿cómo sería la ciudad a los pies de la Sabika? Granada seguiría siendo un lugar turísticamente atractivo. Está cerca de Sierra Nevada, con su estación de esquí (cerca de un millón de esquiadores y visitantes al año) y su parque nacional, y no muy lejos de la Costa Tropical. Tiene a Federico García Lorca. Tiene su centro histórico. Pero el Albaicín, ese hermoso barrio blanco y semiabandonado, no tendría el mismo encanto si sus ventanas dieran a una colina vacía o, lo que es peor -y más probable-, a una zona residencial construida de forma caótica, como tantas otras por estos lares. Porque, ¿alguien duda de que, sin el poder protector de la Alhambra, su cinturón verde habría desaparecido hace mucho tiempo arrasado por el dios del ladrillo?
Ciudades españolas con una población similar a la de Granada, cascos históricos muy bien conservados y una atractiva oferta cultural y gastronómica, como Oviedo y Vitoria, reciben cifras de visitantes que nada tienen que ver con las nuestras, a pesar de ser ambas capitales de sus respectivas comunidades autónomas. La encuesta de ocupación hotelera del INE para 2010 cifraba en 406.000 los viajeros que se hospedaron en la ciudad asturiana y en 235.000 los de la capital vasca. Frente a ellas, Granada recibía a 1.450.000 turistas.
Sin irnos tan lejos, Córdoba, cuya Mezquita no alcanza el renombre internacional de la Alhambra, no llegaba el mismo año a los 700.000 visitantes. Se puede seguir haciendo comparaciones, pero todas llevan a la misma conclusión: el conjunto hispano-musulmán multiplica enormemente las expectativas de Granada como ciudad de turismo cultural.
Para empezar, es el monumento más visitado de España, por delante del Museo del Prado de Madrid, la Sagrada Familia de Barcelona, el Guggenheim de Bilbao o la Catedral de Sevilla. El año pasado batió su propio récord al vender 2.310.764 entradas, un 6,47% más que en 2010, en plena crisis económica. Según el 'Estudio de impacto económico del conjunto monumental de la Alhambra y Generalife en la ciudad de Granada' (Ed. Comares), «más del 75% de los turistas que llegan a la ciudad de Granada lo hacen para visitar la Alhambra». Aún más: «Casi todos los visitantes de la Catedral y la Capilla Real llegan a la ciudad con la principal motivación de conocer la Alhambra y deciden aprovechar su estancia para visitar otras zonas de la ciudad». De hecho, según las encuestas del Patronato de Turismo, el 95% de los visitantes de la tumba de los Reyes Católicos ya había visitado la Alhambra.
Impacto económico
El estudio más importante realizado sobre el impacto económico de la Alhambra sobre Granada tiene ya 8 años. Lo encargó el Patronato, lo pagó La Caixa y lo realizó el Grupo de Análisis Cuantitativo Regional de la Universidad de Barcelona, bajo la dirección de Jordi Suriñach y Manuel Artís. Esta misma semana, el Patronato y La Caixa firmaron un convenio para repetir el estudio, diez años después. Mar Villafranca avanza que los datos serán aún más espectaculares, porque en la última década se han construido varios grandes hoteles y otras infraestructuras turísticas.
Según el estudio, los efectos directos son las compras de bienes y servicios realizadas por el Patronato de la Alhambra, más el gasto directo realizado por sus visitantes en hoteles, restaurantes, comercio, transporte, etcétera. Los efectos indirectos son los gastos generados por las empresas proveedoras del Patronato y por los hoteles, restaurantes y comercios para satisfacer la demanda de los visitantes. Por último, los efectos inducidos son el gasto realizado por los trabajadores de Granada que directa o indirectamente deben su trabajo a la existencia de la Alhambra.
Los sectores directamente afectados por la actividad turística son los de alojamiento, restauración, agencias de viaje receptoras, organización profesional de congresos, transportes públicos, alquiler de vehículos, comercio minorista y servicios lúdicos y culturales.
En 2003 los investigadores cifraron los efectos directos e indirectos en 456 millones de euros y los inducidos, en casi 111 millones. En cuanto a los efectos en la población ocupada, los 5.845 trabajadores que deben su puesto de trabajo a la Alhambra representan el 5,4% de los afiliados a la Seguridad Social en la ciudad, es decir, uno de cada veinte. Se trata, aparte de los 205 empleados del monumento, de 4.384 trabajadores del sector de la hostelería, el 64% de los existentes en la ciudad, que dependen directamente de la Alhambra; 119 en las agencias de viaje (51% del total); 351 en el sector del ocio (29%); 153 en el transporte (5,6%), y 633 en el comercio minorista (4,6%).
Comparación
El año pasado, en las I Jornadas sobre conservación y gestión cultural en monumentos, paisajes y sitios patrimonio mundial, Jordi Suriñach actualizó estos datos: comparó la influencia de la Alhambra en la ciudad con la de otros equipamientos culturales en sus respectivos entornos. Así, reveló que la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia atrae a 1.531.000 visitantes, lo que representa 1,96 por cada habitante de la ciudad (según la población de 2003, de 780.653 personas), y que el Museo Guggenheim supuso 909.144 visitantes para Bilbao (2,58 por cada habitante, 352.317). Frente a estos dos ejemplos, los 2.029.322 visitantes de la Alhambra representaban 8,54 por habitante de Granada (237.663), «lo cual es un indicio de un impacto -no solo económico- muy superior sobre el municipio en el que se encuentra». En términos económicos, el impacto del Guggenheim es de 436 euros por bilbaíno y el de la Alhambra, de 1.909 por granadino. Y en empleo, el museo genera el 3% de los puestos de trabajo existentes en el municipio vizcaíno, mientras el recinto monumental supone más del 5% de los puestos de Granada.
No obstante, el estudio también destaca otros efectos «más cualitativos, que van desde la imagen que reporta a la ciudad su proyección internacional, las posibilidades culturales, lúdicas y pedagógicas que genera sobre la población residente, su presencia en la red...». Desde el punto de vista social, subraya Suriñach, el patrimonio aumenta el nivel cultural, posibilita actividades lúdicas y pedagógicas, contribuye a regenerar y conservar el paisaje y el entorno, ayuda a conservar elementos patrimoniales y vertebra el territorio.
El principal atractivo
El monumento funciona además «como elemento de desestacionalización de la demanda». «A diferencia del resto de la comunidad autónoma, donde la mayor llegada de turistas se registra en verano coincidiendo con la temporada de sol y playa, el monumento nazarí suele recibir su mayor número de visitas en el segundo trimestre del año, especialmente abril y mayo, y en octubre», subrayan fuentes del Patronato.
«Siempre hemos sido conscientes del potencial de la Alhambra y la utilizamos como reclamo para atraer turistas con el objetivo de 'venderles' el resto de la diversa y completa oferta turística con que cuenta la provincia: otros monumentos y atractivos culturales, Sierra Nevada, la Costa Tropical, los parques naturales, los recursos de turismo rural.», concluyen.
Menos mal que la Alhambra sí existe.

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