En la sierra de La Calahorra, situada en la localidad de Guadix, se grabaron algunas películas del género como 'Hasta que llegó su hora' · En la actualidad los edificios siguen en pie aunque deteriorados y abandonados
PILAR CONSTAN / GRANADA
"Hay dos clases de hombres, los que tienen una pistola y los que cavan". Ésta es una de las célebres frases de la película El bueno, el feo y el malo. Todo el mundo alguna vez ha visto u oído frases, fotos o escenas de algunas de las películas más famosas del cine de western, pero quizá no sean tan conocido el hecho de que muchas tomas de los filmes han sido rodadas en la serranía de Guadix como, por ejemplo, sucede en el caso de un proyecto mucho más actual como es Indiana Jones.
El poblado, situado en la misma estación de La Calahorra, se construyó en 1968. Hasta que llegó su hora, dirigida por Sergio Leone y protagonizada por Claudia Cardinale, Charles Branson y Henry Fonda, consiguió que la Paramount pagara 250.000 dólares para la construcción de este nuevo poblado.
En la época en la que fue rodada Hasta qué llegó su hora, el lugar reunía las características idóneas para ambientar la película, ya que no presentaba ningún signo de civilización y el clima de los meses de agosto y julio (en los que se rodó el film) simulaba de forma muy real la sequedad del desierto.
El poblado, bautizado con el nombre de Flagstone, no se construyó totalmente, ya que tan sólo el Saloon y el banco presentaban su estructura totalmente formado Para el resto de la infraestructura únicamente contaron con la parte lateral y la trasera, también de ladrillo y en su interior de madera, diseñadas por Carlo Simi.
Por la forma de su diseño, la ciudad giraba en torno al Saloon, situado en el centro. El banco, el establo, el teatro o la herrería se ubicaron en función de las estructuras que se construyeron en su totalidad. Tan sólo en una de las escenas de Hasta que llegó su hora el poblado aparece en pantalla completo, en una de las secuencias en las que la cámara recoge un plano cenital del poblado.
Rubén Lozano y su grupo de amigos son unos cinéfilos de este género y forman parte de la gente que se sentaba a disfrutar de las aventuras dirigidas por Sergio Leone. Estos compañeros conocen de primera mano la historia y la trayectoria del poblado situado en la sierra de La Calahorra, ya que además de ser unos fieles seguidores de este tipo de cine, visitan el lugar con regularidad, puesto que les fascina la historia que esconden estas ruinas.
Lozano no entiende cómo en la actualidad este lugar es un sitio abandonado que aún mantiene sus edificios en pie. "A través de internet nos dimos cuenta que hay muchos fans del género. Cuando lo comentas te das cuenta de que somos más de los que creíamos los que disfrutábamos con este cine. Lo veíamos con nuestros abuelos y nos hace volver a la infancia", recuerda Lozano.
El grupo westerniano quizá no sean el prototipo de seguidor del cine del oeste, ya que sus edades rondan entre los 31 y 34 años. Lo cierto es que su afición por Sergio Leone les llevó a visitar el lugar donde se encontraba dicho poblado entre Guadix y La Calahorra, pero al llegar allí no podían dar crédito a lo que sus ojos estaban viendo. "El poblado está tal y como aparece en las películas aunque algo más deteriorado. Siempre crees que los decorados desaparecen de los mapas pero nos dimos cuenta de que no habían sido borrados por el tiempo", asegura Lozano.
En el poblado siguen estando los edificios de ladrillo visto, aunque eso sí algunos algo derruidos, pero el salón mítico con las clásicas puertas abatibles del oeste o los carteles de shérif continúan en el lugar donde fueron rodadas estas películas entre las que se encuentran El bueno, el feo y el malo o Hasta que llegó su hora entre otras. "El pueblo como tal no existe, pero está en el mismo lugar y se podría reconstruir exactamente igual", comenta Lozano. Además, la estación de tren de donde partía o a donde llegaba la famosa locomotora Baldwin, continúa allí, aunque sin la maquinaria.
Por este motivo, el grupo de amigos aficionados al western tiene en mente un proyecto que pretenden realizar de forma desinteresada y con la mejor intención. "Entre nosotros empezamos a comentar como algo anecdótico la historia del poblado fantasma. La idea nos atrajo, por lo que cada uno aportó su opinión y esto nos llevó a la idea de reconstruir el lugar", aseguran.
Hasta ahora desconocen la titularidad el antiguo poblado, ya que, según explica Lozano, se han puesto en contacto con el Ayuntamiento de Guadix pero no han obtenido ningún resultado. "Creo que lo verá como algo demasiado extravagante cuando para nosotros se trata de resucitar lo que ya está ahí. Nosotros no hemos inventado nada".
Este grupo de amigos asume el proyecto como un hobby puesto que tienen la intención de ponerlo en marcha de manera desinteresada sin buscar obtener beneficio alguno. "Queremos que se rehabilite para el disfrute de la gente que quiera verlo. Nuestra intención es crear una especie de Mini Hollywood donde se hagan actuaciones en vivo, pero que esté cuidado y vigilado", comentan los creadores del proyecto.
Por el momento estos fans de las cartucheras, las espuelas y las puertas abatibles sólo llevan una mochila cargada de un montón de ideas, ilusiones y muchas ganas de recuperar, sacar adelante y dar vida a un poblado del viejo oeste del que muchos ni si quiera habían oído hablar.
El poblado, situado en la misma estación de La Calahorra, se construyó en 1968. Hasta que llegó su hora, dirigida por Sergio Leone y protagonizada por Claudia Cardinale, Charles Branson y Henry Fonda, consiguió que la Paramount pagara 250.000 dólares para la construcción de este nuevo poblado.
En la época en la que fue rodada Hasta qué llegó su hora, el lugar reunía las características idóneas para ambientar la película, ya que no presentaba ningún signo de civilización y el clima de los meses de agosto y julio (en los que se rodó el film) simulaba de forma muy real la sequedad del desierto.
El poblado, bautizado con el nombre de Flagstone, no se construyó totalmente, ya que tan sólo el Saloon y el banco presentaban su estructura totalmente formado Para el resto de la infraestructura únicamente contaron con la parte lateral y la trasera, también de ladrillo y en su interior de madera, diseñadas por Carlo Simi.
Por la forma de su diseño, la ciudad giraba en torno al Saloon, situado en el centro. El banco, el establo, el teatro o la herrería se ubicaron en función de las estructuras que se construyeron en su totalidad. Tan sólo en una de las escenas de Hasta que llegó su hora el poblado aparece en pantalla completo, en una de las secuencias en las que la cámara recoge un plano cenital del poblado.
Rubén Lozano y su grupo de amigos son unos cinéfilos de este género y forman parte de la gente que se sentaba a disfrutar de las aventuras dirigidas por Sergio Leone. Estos compañeros conocen de primera mano la historia y la trayectoria del poblado situado en la sierra de La Calahorra, ya que además de ser unos fieles seguidores de este tipo de cine, visitan el lugar con regularidad, puesto que les fascina la historia que esconden estas ruinas.
Lozano no entiende cómo en la actualidad este lugar es un sitio abandonado que aún mantiene sus edificios en pie. "A través de internet nos dimos cuenta que hay muchos fans del género. Cuando lo comentas te das cuenta de que somos más de los que creíamos los que disfrutábamos con este cine. Lo veíamos con nuestros abuelos y nos hace volver a la infancia", recuerda Lozano.
El grupo westerniano quizá no sean el prototipo de seguidor del cine del oeste, ya que sus edades rondan entre los 31 y 34 años. Lo cierto es que su afición por Sergio Leone les llevó a visitar el lugar donde se encontraba dicho poblado entre Guadix y La Calahorra, pero al llegar allí no podían dar crédito a lo que sus ojos estaban viendo. "El poblado está tal y como aparece en las películas aunque algo más deteriorado. Siempre crees que los decorados desaparecen de los mapas pero nos dimos cuenta de que no habían sido borrados por el tiempo", asegura Lozano.
En el poblado siguen estando los edificios de ladrillo visto, aunque eso sí algunos algo derruidos, pero el salón mítico con las clásicas puertas abatibles del oeste o los carteles de shérif continúan en el lugar donde fueron rodadas estas películas entre las que se encuentran El bueno, el feo y el malo o Hasta que llegó su hora entre otras. "El pueblo como tal no existe, pero está en el mismo lugar y se podría reconstruir exactamente igual", comenta Lozano. Además, la estación de tren de donde partía o a donde llegaba la famosa locomotora Baldwin, continúa allí, aunque sin la maquinaria.
Por este motivo, el grupo de amigos aficionados al western tiene en mente un proyecto que pretenden realizar de forma desinteresada y con la mejor intención. "Entre nosotros empezamos a comentar como algo anecdótico la historia del poblado fantasma. La idea nos atrajo, por lo que cada uno aportó su opinión y esto nos llevó a la idea de reconstruir el lugar", aseguran.
Hasta ahora desconocen la titularidad el antiguo poblado, ya que, según explica Lozano, se han puesto en contacto con el Ayuntamiento de Guadix pero no han obtenido ningún resultado. "Creo que lo verá como algo demasiado extravagante cuando para nosotros se trata de resucitar lo que ya está ahí. Nosotros no hemos inventado nada".
Este grupo de amigos asume el proyecto como un hobby puesto que tienen la intención de ponerlo en marcha de manera desinteresada sin buscar obtener beneficio alguno. "Queremos que se rehabilite para el disfrute de la gente que quiera verlo. Nuestra intención es crear una especie de Mini Hollywood donde se hagan actuaciones en vivo, pero que esté cuidado y vigilado", comentan los creadores del proyecto.
Por el momento estos fans de las cartucheras, las espuelas y las puertas abatibles sólo llevan una mochila cargada de un montón de ideas, ilusiones y muchas ganas de recuperar, sacar adelante y dar vida a un poblado del viejo oeste del que muchos ni si quiera habían oído hablar.
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