martes, 8 de diciembre de 2015

La invención de la naturaleza granadahoy.com

El cambio climático está estrechamente vinculado al consumo energético, pero también a cómo se negocia con la energía y las materias primas.
GUMERSINDO RUIZ
El pasado verano, que pasará a la historia como uno de los más calurosos hasta que otros lo releguen de los ranking, escribía en este periódico sobre el efecto del cambio climático en Andalucía, como un anticipo de la cumbre que ahora se ha celebrado en París. Por formación o deformación profesional me resulta difícil evitar la perspectiva económica, y me refería a lo que supone para Andalucía, por ejemplo, el coste de aire acondicionado para el sector turístico, la volatilidad de inundaciones y sequías, o la desaparición de algunos cultivos. El cambio climático está estrechamente vinculado al consumo energético, pero también a cómo se negocia con la energía y las materias primas. 

Es interesante que la nueva normativa aprobada por el Parlamento Europeo sobre transparencia en los mercados financieros incluya el seguimiento de si una empresa no financiera especula o no con materias primas. Si una empresa, más allá de protegerse contra las variaciones del precio del algodón, el cacao, o la energía, negocia con ellos, estará sujeta a normativa financiera, aunque sea del sector textil, alimentación, o una industria cualquiera. Esto no es algo raro, pues empresas españolas de los sectores más distintos tienen en sus balances derechos de emisiones de carbón, que son uno de los elementos de control ambiental más discutidos en la cumbre de París. 

Pero abordar la complejidad del cambio climático requiere una aproximación a la naturaleza técnica y a la vez emocional. La extraordinaria biografía que acaba de publicar Andrea Wulf sobre Alexander von Humboldt nos recuerda cómo el que es sin duda el científico más grande entre el siglo dieciocho y diecinueve fue más allá de la recopilación de especímenes y mediciones geográficas, y nos hizo ver la relaciones entre las cosas de la naturaleza, añadiendo el papel de la persona humana. Propuso las isotermas, como líneas de igual temperatura para establecer comparaciones y seguir las variaciones del clima; alertó de los efectos de la desforestación sobre la lluvia y la erosión, y al mismo tiempo se opuso con fuerza a la forma de explotación de los bosques con mano de obra en esclavitud. 

Los materiales de trabajo de Humboldt han sido una fuente inagotable para los científicos, pero es la forma en que trabajaba, su pensamiento interdisciplinar, global, viendo todo lo que podía influir en la naturaleza, lo que le hace seguir vivo en el pensamiento ecologista actual. El primer ministro de la India, Narenda Mori ha escrito estos días que si no hay una moderación en nuestro estilo de vida que evite la sobrecarga que imponemos al planeta, los esfuerzos para revertir el cambio climático serán inútiles. Su frase "la naturaleza nos da cuando está en equilibrio" se corresponde con el pensamiento de Humboldt, que se basaba en el principio de los equilibrios naturales. 


Hoy, sus intuiciones pueden parecer curiosidades que se comprueban fácilmente con la tecnología de que disponemos, pero decía que aunque sepamos mucho sobre la naturaleza, "nunca agotará la fuerza creativa de la imaginación", porque el conocimiento técnico y económico sin maravillarnos ante lo natural no es nada.

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