El plato ideal para solitarios...
Es para mi el plato ideal para solitarios, sin importar la hora del día o de la noche... Eso sí: con una buena cerveza fría o un buen vino.
Contrariamente, a lo que podías pensar, este plato requiere una cosa muy precisa: el secreto esté en la grasa del chorizo cuando pasa por la sartén y deja todo su sabor para que luego los huevos estén deliciosos.
Ingredientes
- 6/8 huevos de primera calidad
- 4/6 patatas medianas tipo holandesas
- 250g de chorizo ibérico puro de bellota en lonchas finas
- 1 pizca de perejil muy picado
- 35cl de aceite de oliva virgen
- Sal fina
- Pimienta negra recién molida
Pelar las patatas y limpiarlas con un paño húmedo. Cortarlas en rodajas de 5mm de grosor. Dejarlas 12 minutos cubiertas de agua en un cuenco. Escurrir y secar en un paño. Freírlas en un wok en abundante aceite que pasará de frío a caliente con las patatas dentro, así quedarán doradas y tiernas. Dejar secar sobre papel absorbente, salpimentar y pasar a una fuente de horno. Reservar en el horno a 180°C mientras friamos los huevos.
Sudar el chorizo en una sartén antiadherente con un poco de aceite durante 3 minutos. Sacar el chorizo de la sartén y pasarlo a la bandeja de patatas y mezclarlo con cuidado sin romper las patatas. En la misma sartén de sudar el chorizo añadir aceite de donde hemos frito las patatas, calentarlo y freír los huevos de uno, poniendo estos en pequeños cuencos. Con esto conseguiremos no quemarnos a la hora de freír y que no lleven esa cáscara que a veces se rompe, y que siempre los friamos enteros y no rotos. A la hora de freír asegurarnos de que se fría bien la clara con sus puntillitas bien doradas y la yema quede jugosa. Pasar los huevos a la bandeja de patatas y chorizo. Espolvorear con perejil y salpimentar.
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