Catuxa Novo |
Se crió en Sevilla y se formó en Córdoba, donde estudió Ingeniería de Montes. Catuxa Novo (Orense, 1977) ha desarrollado su carrera profesional en Granada, primero para la Consejería de Medio Ambiente y desde 2015 en el Patronato de la Alhambra y Generalife, donde es la jefa del Servicio de Jardines, Bosques y Huertas. Se ocupa de la "parte viva" del conjunto monumental, unas 130 hectáreas de vergel, cultivos y el bosque que constituye uno de los elementos más singulares, un auténtico oasis. También está en su negociado la fabulosa fauna que vive en la colina palatina.
-¿Qué importancia tiene el jardín en un lugar como la Alhambra?
-En la época nazarí eran muy importantes las huertas y jardines. El verde y el vergel eran sinónimos del paraíso. En una cultura que provenía de una zona desértica, todo lo que tuviera que ver con el agua o con la vegetación era clave. Eran unos artistas. Actualmente, la Alhambra es resultado de las distintas épocas, personas, usos y gustos a lo largo de los siglos. Hoy los jardines claramente acompañan al monumento, lo hacen más agradable, lo embellece. Además mejoran la calidad de la visita. Dan sombra, color, sonidos...
-¿Cómo ha cambiado este jardín en los últimos 500 años?
-Ha habido muchos cambios. Para empezar, ha habido distintos usos, épocas de abandono, épocas en las ha habido viviendas privadas dentro del conjunto; ha habido momentos de jardinería doméstica, con elementos de lo que pondría cada uno en el patio de su casa... Por ejemplo, zonas despobladas para que se vieran bien las murallas ahora están vegetadas con el objetivo de que sujeten bien el suelo.
-¿Es usted más de jardín o de monte?
-Soy más de monte. De ecosistema. Me gusta ver la parte que gestionamos como un gran ecosistema, una unidad ambiental de unas 130 hectáreas, un poquito más si se incluye la parte del Cerro del Sol, que le afecta, aunque no es de gestión directa del conjunto monumental. Me gusta pensar en todas las interrelaciones que se producen entre los distintos elementos del ecosistema, ya sea el biotopo, la tierra, el suelo o el relieve, y todas las especies que lo habitan. Me gusta pensar en la gestión del conjunto.
-¿Qué retos tiene la persona que se ocupa de los jardines y los bosques de la Alhambra?
-Es apasionante el sitio, la historia y las posibilidades. En cada pequeño espacio se prodrían desarrollar múltiples proyectos. Luego hay que priorizar. El principal reto es mantenerlo en un buen estado de conservación, que aguante lo que viene de posibles cambios ambientales, cambios climáticos, que nos vengan plagas o enfermedades dramáticas, y seguir potenciando al máximo sus beneficios ambientales.
-¿Sufre con las miles de visitas que hay en la Alhambra? ¿Le preocupa?
-Lo que más me preocupa es que arranquen una flor, que tronchen una rama por coger un fruto, que sobeteen el arrayán... Pero en cierta medida es inevitable. Se trata de que esté lo mejor posible.
-Antes ha mencionado el cambio climático. ¿Puede afectar a los jardines de la Alhambra? ¿Está afectando ya?
-En la zona verde de la Alhambra hay una vetegación más húmeda de la que habría en su estado natural. Existen especies que están en el límite de su distribución. A estas especies les pueden afectar fuertes episodios de calor. Ya ha habido situaciones en las que ha ocurrido. Los bosques de la Alhambra eran principalmente de olmos y en los 90 vino la grafiosis y no se pudo superar. Fue a nivel mundial. Hubo que talar todos los olmos. Fue un trauma para todo el mundo vinculado con la Alhambra. Hoy no se percibe. Los almeces han tomado el relevo, pero nos enseña que debemos tener masas resilientes y con variedad de especies. Así, si por algún motivo, hay que prescindir de alguna, otras pueden tomar el relevo.
-Es algo muy lógico, pero creo que no se ha aplicado ese razonamiento en la gestión del arbolado de las ciudades...
-Cada vez hay más directrices en este sentido. Cada vez hace más calor, y hay que buscar especies que lo aguanten.
-¿Cuál es la planta más especial de la Alhambra?
-El arrayán morisco.
-¿Por qué?
-Se perdió el conocimiento del mismo y hace pocos años Pepe Titos y Manolo Casares sacaron a la luz que era una varieda diferente, que había sido descrita anteriormente aunque se había perdido su conocimiento, su cultivo y su uso. Encontraron algunos restos y se está recupenrando. Existe en zonas de la Alpujarra y en otros jardines.
-En el mundo de la jardinería hay mayoría de varones. ¿Cómo lo ve?
-Es un trabajo duro y exigente. Hay que emplear la fuerza y tradicionalmente se han dedicado más los hombres que las mujeres. Cada vez hay más incorporaciones que son muy buenas profesionales.
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