Blanca Civantos, en la sede de la Federación Andaluza de Familias Numerosas |
Cuenta Blanca Civantos que, a principios de febrero después de la ola de frío, su hijo le dijo que estaba “obsesionada” apagando las luces de casa. Es algo que se escucha en todas las casas, pero sobre todo en las 147.745 en las que viven familias numerosas en Andalucía. Esta extremeña, que lleva casi toda la vida en Sevilla y es madre de cinco hijos, es la directora técnica de la Federación Andaluza de Familias Numerosas y lleva más de una década lidiando con problemas como el retraso de los títulos de familias numerosas, la reforma del bono social eléctrico que dificultará el acceso a esta ayuda a muchos hogares o la eliminación del complemento a las pensiones para los padres de tres o cuatro hijos.
–¿Por qué es un problema que cada vez haya menos familias numerosas?
–Porque en 2020 hubo más defunciones que nacimientos, es decir, hubo crecimiento vegetativo negativo.
–¿Y los poderes públicos hacen algo para cambiar esta realidad?
–Ahora en Galicia están impulsando un plan de fomento de la natalidad. Allí no están teniendo miedo a decir las cosas por su nombre y defienden que hay hacer un fomento de la natalidad allí. En el resto de España eso ni se nombra. No es sólo la cuestión laboral, la vivienda y sus precios o la emancipación de los jóvenes. Todo eso afecta mucho, pero también es una cuestión de mentalidad. En el resto de los paises europeos se han puesto las pilas, ya que se trata de un problema generalizado en Occidente. Dan ayudas a las familias por nacimiento de los hijos y directamente.
–Es una cuestión de dinero.
–Sí, pero también hay que fomentar una visión que deje claro que ser madre, ser padre y tener hijos no es una cosa negativa. En España, a veces, se quiere unir la lucha de la mujer y la igualdad con el rechazo de la maternidad, como si fuese algo que a las mujeres nos limita. Como si fuera un papel que nos viene dado por motivos culturales. No es así, es una cuestión biológica. Los hijos los tienen las mujeres, no queda otra.
–Pero es ahí donde los poderes públicos tienen que poner de su parte.
–Exactamente. Por ejemplo, en Andalucía dijeron que en el curso 21/22 iba a empezar la gratuidad de las guarderías para niños de hasta tres años y todavía no se sabe cómo se va a hacer. En 2017 a las familias numerosas les quitaron la bonificación en guarderías y en comedores. Se utilizó un criterio de renta, que está muy bien, pero ponen unas limitaciones muy bajas. Si tienes tres hijos y dos en la guardería, se va medio sueldo.
–Con el nuevo Gobierno, la Consejería de Salud pasó a llamarse también de Familias. ¿Se ha quedado en un cambio de nombre?
–Hay cosas que no han cambiado. Hemos conseguido una desgravación en el tramo autonómico del IRPF y rebajas en Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados. Hay un borrador del Plan de Familias al que hemos hecho aportaciones, pero no he visto ninguna novedad en el tratamiento de las familias numerosas. Es un problema de mentalidad. De no conocer la realidad de las familias numerosas. Muchas veces los hijos vienen de dos matrimonios distintos. Cerca de la mitad no llegamos a fin de mes o llegamos rozando. Un estudio de la Fundación Foessa indicó que la tercera parte de las familias numerosas están en riesgo de exclusión social.
–¿Las empresas tienen en cuenta una familia numerosa no supone un lastre?
–Es que no debe lastrarte. Es algo que se debe fomentar. Si no, quién va a soportar las pensiones. Nosotros aportamos capital humano. Se trata de que cale la mentalidad de que tener un hijo no es algo retrógrado. Que feliciten por la calle cuando vean a una mujer embarazada por la calle y no que digan “qué pena, pobrecita”. No hay conciliación en absoluto, pasan por reducción de jornada y reducción de sueldo. O trabajar en tu casa, pero hasta cierto punto. Estás con un niño agarrado a una pierna y con otro dándole al ordenador.
–¿La federación trabaja con empresas para fomentar este tipo de prácticas?
–No porque no nos consideran como interlocutores. Eso pasa por unas leyes que sean amigables con la familia y la natalidad. Tenemos convenios con empresas que nos hacen descuentos. Somos un colectivo de alto consumo, no porque seamos consumistas, sino porque somos consumidores por obligación. Además de las luchas políticas por mejorar las leyes y hacernos posibles, somos prácticos.
–¿Cómo se enfrentan subidas de la luz como la del mes pasado en casas con tres y cuatro niños?
–Vamos viviendo el día a día porque si gastas de un lado, tienes que quitar de otro. Muchos piensan que las familias numerosas tienen 12 hijos y viven en un chalet enorme con jardín y cobran un dineral. Las habrá, pero no las conozco y ese no es el perfil de las familias numerosas en España.
–¿Y el confinamiento?
–Ha sido heroico. Con niños pequeños, tener que trabajar y entretenerlos, atender a sus tareas, tu trabajo, el estrés. La mayoría vivimos en pisos pequeños en ciudades y es una de las cosas que pedimos, un porcentaje de pisos de protección oficial para familias numerosas de hasta 120 metros cuadrados, porque el máximo ahora son 108 metros.
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