lunes, 8 de marzo de 2021

Andalucía no es así granadahoy.com

 

ALBERTO GONZÁLEZ TROYANO


Los hijos pródigos como Chaves Nogales corren el peligro de quedar sacralizados en el beaterio de una sola imagen


La recuperación de Chaves Nogales ha sido tardía, pero era tanta la necesidad de un escritor de sus características, éticas y estéticas, que el mundo literario se ha volcado y está compensando con elogios de todos los colores los años de olvido. Se le estudia y cita, se reeditan sus mejores títulos, se le ha dedicado una exposición en Sevilla, y para los lectores más exigentes que deseen disfrutar de la totalidad -o casi- de su obra, la reciente y pulcra edición preparada por Ignacio Garmendia ofrece la posibilidad de leerla según la pauta cronológica en que fue publicada. Pero ahora, traspasados ya estos gestos de acogida y reparación, convendría insistir y reavivar otras páginas que han quedado como flecos sueltos entre tantos libros logrados. Los hijos pródigos corren el peligro de quedarse sacralizados en el beaterio de una sola imagen. Y ese no debe ser el nuevo destino de Chaves Nogales porque su escritura, desde 1918, encierra muchos matices merecedores de aprecio. El narrador entregado, cada día, a contar vivencias tan inmediatas, transmitidas con la fuerza deslumbrante de sus crónicas, tiene ya su sitio y sus lectores. A lo que debe añadirse el reconocimiento por haber sabido elegir dónde había que estar, en cada momento, y desde qué lado debían explicarse los conflictos. Pero no se agota ahí el valor y la labor de Chaves, hay otros tesoros ocultos bajo su firma. Un solo ejemplo: las juveniles, en apariencia, crónicas publicadas como redactor en El Noticiero Sevillano y recuperadas en la reciente edición de Asteroide. Corre el año 1918, con apenas 20 años, Chaves escribe dos artículos de réplica, pero también de reflexión y autocrítica. Uno, Andalucía y sus hombres, dedicado a los dramaturgos Álvarez Quintero y, otro, en el que responde a una crónica de Corrochano, publicada días antes en el ABC. Conviene repetirlo: apenas son dos páginas y fueron escritas hace 103 años. Pero cuesta creerlo. ¡Podrían haber sido redactadas hoy! Cuánto hay de presentimiento autobiográfico en su denuncia de la forzada emigración de los dos escritores andaluces y qué lúcido su análisis del amor "místico" (estéril y nada productivo) que moviliza a los andaluces hacia su patria chica. A su vez, su otro texto defensivo, Andalucía no es así, supone la más ajustada respuesta a la Teoría de Andalucía, de Ortega. Pero, ojo, expuesta tres años antes de que éste la escribiera. Qué textos ¡aún tan vigentes! para distribuirlos y comentarlos entre los escolares de estas tierras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario