Pérez de Herrasti (dcha.) y Ramón Uribe, acompañando a la procesión de la Virgen de las Angustias. :: G. M.
La institución granadina fue creada en tiempos de Carlos III y «defiende unos valores que, aunque parezcan anticuados, tienen plena actualidad»
ANDRÉS CÁRDENAS | GRANADA.
«Sé que a alguien le puede parecer algo anticuado, pero los valores que defendemos están de plena actualidad. De alguna somos los garantes de esos valores que dan dignidad al hombre». Así se manifiesta Ignacio Pérez de Herrasti, teniente de Hermano Mayor de la Real Maestranza de Granada. Será Granada la ciudad que acoja en el próximo mes de mayo la reunión de las cinco reales maestranzas que quedan en España y que están ubicadas, además de en Granada, en Ronda, Sevilla, Zaragoza y Valencia. La de Granada cuenta con 165 miembros. Es un colectivo que se costea con las cuotas de los miembros y que añora épocas de esplendor, como cuando eran propietarios de la plaza de toros del Triunfo.
Un poco de historia
Las Reales Maestranzas de Caballería son corporaciones nobiliarias creadas en la época moderna por la Corona con la intención de que la nobleza se ejercitase en el manejo de la equitación y las armas, prácticas cada vez más en desuso por el proceso imparable de creación de una aristocracia cortesana. La caballería era en el siglo XVI el cuerpo militar natural de la nobleza. Fue el rey Felipe II el que mandó expedir varias Reales Cédulas el día 6 de septiembre de 1572, dirigidas inicialmente a las ciudades andaluzas de Antequera, Jerez de la Frontera, Ronda y Sevilla, en la que animaba a las distintas noblezas locales a organizarse en hermandades nobiliarias con los fines anteriormente expuestos.
La Real Maestranza de Caballería de Granada fue creada el 12 de enero de 1688, bajo la protección de la Inmaculada Concepción, con la advocación de Nuestra Señora del Triunfo de la Inmaculada, patrona de la ciudad de Granada. El rey Carlos III aprobó sus Ordenanzas en 1764. Desde el año 1992 se rige por un reglamento. Así como don Juan de Borbón y Battenberg, Conde de Barcelona y el rey don Juan Carlos I. La dirección efectiva del Cuerpo recae en un Teniente de Hermano Mayor nombrado por el Hermano mayor y elegido por los caballeros maestrantes.
Para ser maestrante, según Pérez de Herrasti, hay que ser un hombre de honor, manifestar una inquebrantable lealtad al rey y ser católico practicante. «Como su nombre indica, hay que ser lo que nosotros consideramos un 'caballero'. Le damos mucha importancia al comportamiento de las personas, atender a unos valores que aunque pueden ser considerados anticuados, creemos que son necesarios para que funcione una sociedad», asegura el teniente de hermano mayor.
Pérez de Herrasti es el que hace ocho de una generación granadina que ha pertenecido a la Real Mastranza de Granada. Por eso piensa que las maestranzas no están en peligro de desaparición, «ya que nuestros hijos y nuestros nietos siempre están dispuestos a seguir con la tradición».
Precisamente, entre sus objetivos, está el de resguardar las tradiciones. «Hay una idea errónea extendida en la sociedad de romper con lo anterior, cuando, para nosotros, conservar las tradiciones nos lleva a la evolución, no a la ruptura. ¿Por qué vamos a renegar de conceptos como la patria, el honor o la bandera?», se pregunta.
Pérez de Herrasti está convencido de que la incultura lleva a la barbarie, por eso no comprende a las instituciones que hacer importantes recortes a la Cultura. Tampoco las maestranzas son, para él, colectivos cerrados. «No discriminamos a nadie, sólo que nuestros socios tienen que pasar por unas condiciones, lo que puede pasar en cualquier otra asociación o colectivo. Si cumple esas condiciones, no hay problema».
Procesiones
Pérez de Herrasti reconoce que en estos tiempos ha mermado mucho su actividad, aunque aún mantiene algunas actividades como la de convocar unos premios de investigación o el de asistir a procesiones o actos religiosos en los que se requiera su presencia. «Las reales maestranzas que cuentan con plazas de toros, como la de Sevilla o la de Ronda, tienen ingresos importantes y pueden tener una mayor actividad de mecenazgo y organizar más actos sociales o culturales, pero nosotros sólo tenemos la cuota de los socios», dice Pérez de Herrasti, que afirma que buen parte de lo que se recauda van a actos benéficos.
Javier Benavides, miembro de la junta, señala que la celebración de dicha reunión en Granada puede servir para dar a conocer en profundidad esta añeja institución granadina.
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