OrtiguerasMariposas 'invernantes'
La ortiguera, Aglais urticae, es una mariposa diurna de la familia de los ninfálidos, con distribución paleártica y ampliamente repartida por todo el continente europeo. Se trata de una especie potencialmente polivoltina (hasta tres generaciones anuales) que al contrario que la mayoría de las especies presentes en Sierra Nevada, (que pasan el invierno en forma de huevo o larvas), hiberna en la fase de adulto.
Su tamaño es mediano (40 a 50 milímetros). El color de fondo del anverso de sus alas es anaranjado con tres manchas negras en el borde superior de las alas anteriores y una mancha blanca en el ápice. Las bandas marginales de las alas son también negras con lúnulas de color azul. El reverso de las alas es mimético, de color marrón oscuro jaspeado con diversas tonalidades. El borde de las alas es irregular.
Ciclo Biológico
Al final del invierno, los adultos de estas mariposas entran en actividad, estableciendo los machos sus territorios en zonas soleadas, preferentemente en la proximidad de rodales de la planta hospedadora de las orugas, la ortiga. Después de la cópula, las hembras realizan la puesta en grupos de hasta más de 100 huevos de un color verdoso, depositados debajo de las hojas de la planta nutricia. La eclosión tiene lugar entre una y dos semanas más tarde, dependiendo de la temperatura. Las larvas viven de forma gregaria durante los cuatro primeros estadios larvarios en nidos de seda poco estructurados alrededor de las hojas terminales de las ortigas. Durante el quinto y último estadio larvario, las orugas pasan a vivir de forma solitaria. El desarrollo larvario se completa en apenas unas 3-4 semanas, viéndose acelerado gracias al comportamiento termorregulador de las orugas gregarias, que les permite mantener una temperatura corporal muy por encima de la temperatura ambiente. Dicho comportamiento es clave para colonizar regiones nórdicas y de la alta montaña, donde las bajas temperaturas comprometerían de otro modo el desarrollo larvario. La pupación tiene lugar sobre la misma planta hospedadora o a cierta distancia entre la vegetación circundante o bajo salientes de rocas. Los adultos de la primera generación anual emergen a principios o mediados de primavera, y los de la segunda (y eventualmente tercera) a lo largo del verano. Los adultos de la última generación del año emplean la mayor parte del tiempo alimentándose activamente de néctar, lo que les permite acumular reservas de lípidos necesarias para sobrevivir durante el invierno.
¿AFECTADAS POR EL CAMBIO CLIMÁTICO?
Recientemente, se ha detectado una notable regresión de la ortiguera en distintas partes de su área de distribución europea, incluida nuestra Península que podría estar causada por el cambio climático. Para determinar las causas de esta disminución, (que en algunas zonas como en Reino Unido se eleva hasta el 70%, en los últimos 40 años), un grupo de científicos españoles está comparando la dinámica poblacional de esta especie a lo largo de todo el gradiente latitudinal de la península ibérica, desde los Pirineos hasta Sierra Nevada, pasando por las poblaciones de la Sierra de Guadarrama, y dentro, de cada macizo, analizando las patrones de distribución altitudinal, en el contexto general de los efectos del cambio climático. Se sabe que la sequía estival incide negativamente en el éxito reproductivo de la ortiguera.
El parque nacional de Sierra Nevada participa en este trabajo de investigación sobre la ortiguera y su respuesta al cambio climático, en el que se evalúa el efecto de las condiciones las ambientales, la disponibilidad de recursos y los parasitoides sobre su distribución y abundancia. Se ha observado que aunque en los climas templados puede tener hasta tres generaciones anuales, este número depende de la interacción de factores como la calidad de las hojas de su planta nutricia y las condiciones meteorológicas. La variabilidad fenológica parece caracterizar a la especie en el norte peninsular. En los Pirineos, son frecuentes las observaciones de larvas y adultos desde el inicio de primavera hasta el final de verano, lo cual sugiere un ciclo polivoltino con 2-3 generaciones; en el macizo del Montseny (50 km al norte de Barcelona), en cambio, la actividad de larvas y adultos se concentra durante un período mucho más corto (entre marzo y junio), lo cual sugiere un ciclo biológico univoltino o parcialmente bivoltino.
Un acortamiento del ciclo podría ser una respuesta adaptativa a unas condiciones ambientales menos favorables en áreas con clima mediterráneo y marcada sequía estival. Se está estudiando si esta supuesta variabilidad fenológica es una respuesta plástica o, por el contrario, refleja una adaptación genética.
Se prevé que esta especie 'emigrará' hacia latitudes más altas y se verá obligada a 'escalar' en las montañas del sur del continente europeo.
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