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La práctica del senderismo, o hiking, requiere tan solo un buen calzado, pantalones ligeros, impermeables y transpirables, bastones para dar más estabilidad a la columna vertebral y muchas ganas de ver, respirar y estar en contacto con la naturaleza.
Es así como el senderismo ha llegado a enganchar a uno de cada 10 españoles según el estudio llevado a cabo por la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME), que cifra en cuatro millones el número de aficionados a esta modalidad deportiva en nuestro país.
Sin embargo las imprudencias, los cambios climatológicos repentinos o los accidentes puntuales provocan un alto número de incidencias sanitarias y de rescate que no siempre están cubiertas por la sanidad estatal. Como señala el informe realizado por InterMundial, compañía especializada en seguros deportivos y de viaje, cada vez es más frecuente que el coste de las labores de rescate de los servicios de emergencia deba ser asumido por el propio senderista accidentado. Un pequeño descuido nos puede llevar a situaciones sumamente desagradables.
Por tanto, bien para este tipo de contratiempos relacionados con la montaña como para incidencias comunes a cualquier viaje, incluir un seguro deportivo en nuestra mochila parece ser una decisión más que acertada. La doble cobertura deportiva y viajera de este tipo de pólizas nos puede evitar los temidos desembolsos extra ante cancelaciones, atención médica en cualquier momento, problemas con el transporte, el equipaje o la pérdida de servicios contratados como el alojamiento, las excursiones y otros planes que vayamos a realizar aparte del senderismo.
Es cierto que el senderismo es probablemente una de las actividades deportivas más democráticas que existen, por aquello de que tenemos casi una total libertad de practicarlo cómo, cuándo y dónde queramos. Pero también es verdad que, junto al siempre necesario sentido común, es importante seguir una serie de recomendaciones sobre todo si somos novatos:
- Mejor en grupo. Según el estudio de FEDME, el senderista medio que reside en España suele caminar mayoritariamente en grupo, aunque sin ningún tipo de organización o responsable a quien dirigirse en caso de que se presente algún problema, ya que la actividad se realiza por libre. En este sentido, optar por un seguro deportivo – cuya cobertura incluya rescate, rehabilitación en caso de accidente, responsabilidad civil o asistencia médica completa- para protegerse ante eventualidades de todo tipo supone un plus de tranquilidad.
- Atención al equipo y las lesiones. Expertos del trekking aseguran que no basta con coger un mapa e intentar seguir un sendero. Para empezar, aconsejan elegir bien la ropa, que además de cómoda debe ser la adecuada para las temperaturas que se esperen en la zona. Por supuesto, el calzado es especialmente importante para evitar que una mala pisada provoque un esguince. Tampoco deben faltar gorra, chubasquero, un par de calcetines de repuesto, agua y un móvil con el que poder comunicarse en caso de incidencia.
- Planificación previa. Conviene saber con antelación qué desniveles nos vamos a encontrar, en qué tramos y cuál es la duración prevista del trayecto completo, lo que nos dará una pista acerca de cuál es la mejor hora para salir.
- Preparación física y mental. Infravalorar la preparación física y técnica necesaria es la causa de un elevado porcentaje de accidentes que requieren una intervención de búsqueda y rescate. Curiosamente, la mayoría de los accidentes que ocurren practicando deportes se dan en aquellos no calificados a priori "de riesgo" y el senderismo ocupa un lugar destacado en la lista.
- Conocer la normativa de rescates. El precio del rescate en montaña de media está entre los 3.500 y los 5.000 euros dependiendo de si ha sido necesario un helicóptero multifunción, un helicóptero medicalizado, vehículos especiales... En países como Francia o Suiza la factura puede alcanzar los 8.000 euros, mientras que en Estados Unidos o Nepal llega a los 10.000 euros. Y ¿quién se hace cargo de esas cantidades? Si se considera que la persona accidentada tuvo una conducta imprudente o no respetó las indicaciones -no haber atendido a los avisos de alertas meteorológicas, por ejemplo-, deberá ser ella la que asuma los gastos del rescate en montaña salvo que tenga un seguro que lo cubra. En este sentido, contar con un seguro deportivo no parece tan mala idea si tenemos en cuenta que es posible hacerlo por alrededor de 10 euros.
En España, los rescates son principalmente gestionados por el Servicio de Montaña de la Guardia Civil, pero en comunidades como Asturias, Cataluña o Madrid es el cuerpo de bomberos el encargado. En otras regiones como Castilla y León estas emergencias son asumidas por servicios privados.
Una vez tenidos en cuenta los consejos anteriores ya solo queda... ¡ponerse las botas! Ah, una última recomendación: consulta la web de FEDME que tiene dedicada a senderos homologados en España. ¡Buena marcha!
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