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En los inicios de una relación, es normal que sintáis una atracción magnética el uno por el otro. Las conversaciones son estimulantes, las rarezas del otro resultan adorables y no os soltáis de la mano.
Sin embargo, dar por hecho que podéis mantener esos sentimientos año tras año es una ilusión vana.
“En las relaciones largas, no es extraño que la atracción que sienten ambos se vaya disipando”, asegura Nazanin Moali, terapeuta sexual y presentadora del postcast Sexology. “Muchos piensan que como una vez se sintieron atraídos por su pareja, van a seguir atraídos sin esfuerzo”.
Pero no. Esto es lo que opinan los psicólogos sobre qué situaciones no se pueden reconducir, cuáles sí y cómo.
Por qué las parejas pierden atracción con el tiempo
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Se aburre el uno del otro
La estabilidad y la seguridad son ingredientes necesarios en una relación sana, pero acomodarse demasiado hace que una relación se vuelva predecible y aburrida.
“Como seres humanos, estamos programados para buscar y disfrutar novedades”, apunta Moali. “Familiarizarte demasiado con tu pareja puede afectar negativamente a la atracción que hay entre vosotros”.
Tenéis rencores sin resolver
Las discusiones de pareja, ya sean sobre dinero, infidelidades, sexo, hijos, decisiones, problemas familiares o un reparto desigual de las responsabilidades en casa, pueden hacer brotar el resentimiento si no se resuelven de manera justa y respetuosa.
“El rencor os distancia y os hace estar enfadados, y eso se traslada a la relación en forma de menor atracción”, asegura la psicóloga Samantha Rodman.
Dejáis de comportaros como una pareja romántica
Es muy fácil que las parejas activen el piloto automático y se limiten a cumplir las tareas del día a día y apenas se detengan a nutrir la faceta romántica de la relación. En vez de darse un beso y ponerse al día con la jornada, se centran en las tareas pendientes: hacer la cena, ayudar a los hijos con los deberes, sacar a pasear al perro, limpiar la cocina, prepararse para ir a dormir... Y así todos los días.
“Inconscientemente, muchas personas se estancan en sus otros roles del día a día (padre, jefe, cuidador de otras personas) y se acaban comunicando con su pareja del mismo modo. A largo plazo, termina por cambiar su imagen a ojos de su pareja y se reduce la atracción”, advierte Moali.
No cuidáis el uno del otro como antes
Cuando una pareja tiene muchas cosas que hacer (cómo no), sacar tiempo para cuidarse es difícil. El esfuerzo que antes dedicabais a cuidar vuestro aspecto y a sentiros bien ya no es el mismo, algo que afecta a cómo os encontráis con vosotros mismos y a cómo os percibe vuestra pareja.
Cuidar de uno mismo no es solo una cuestión estética: también consiste en estar sanos, sentirse con confianza, mejorar el estado de ánimo y tener energía para salir y disfrutar de la vida.
“Muchas personas lo consideran vanidad, pero nos debemos a nosotros mismos y a nuestras parejas ser la mejor versión de nosotros mismos, lo que incluye comer sano, descansar, hacer ejercicio y cuidar la salud mental”, argumenta la terapeuta familiar y matrimonial Kathy Hardie-Williams.
Qué hacer si ya no os sentís atraídos
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Primero, preguntaos cuándo empezasteis a sentiros menos atraídos
Moali recomienda empezar con las siguientes preguntas para determinar el origen del problema:
- ¿Fue una pérdida de atracción repentina o gradual?
- ¿Qué sucedió antes de notar el cambio?
- ¿Cómo habéis intentado solucionar el problema y qué resultados habéis conseguido?
Quizás el cambio no tiene que ver con la otra persona
Antes de echar culpas, reflexionad sobre el papel que habéis podido desempeñar en esa pérdida de atracción. Quizás sea algo que no te gusta de ti que le estás contagiando a tu pareja. O tal vez ya no te esfuerces tanto como al comienzo de la relación y eso está influyendo en el comportamiento de tu pareja.
“Por ejemplo, si antes eras más amable y paciente con tu pareja y ahora tienes menos paciencia y eres más inflexible, es normal que cambie su forma de comportarse contigo. Esto se traduce en que esa persona empieza a comportarse de forma menos romántica y en que se preocupa menos por impresionarte”, advierte Rodman.
Cambios drásticos en la vida —como la muerte de un ser querido, un problema de salud o un despido— “pueden provocar sentimientos de pérdida y duelo que si no se abordan bien, a veces se pagan con la pareja”, avisa Moali.
Priorizad el tiempo en pareja, aunque tengáis otras cosas que hacer
Si ya ni recordáis la última vez que tuvisteis una velada en la que simplemente os arreglasteis y os fuisteis a cenar, bailasteis en un concierto, visteis una película o hicisteis algo divertido juntos, no es de extrañar que se haya apagado la llama.
“El error más frecuente que veo entre las parejas que han dejado de atraerse es que se acomodan o se estresan demasiado y, en consecuencia, no le dan importancia a su papel como pareja, así que aseguraos de celebrar citas de pareja”, propone Hardie-Williams.
Incluso hacer un hueco en vuestra agenda para estar juntos en casa (dándoos la mano, acurrucándoos juntos, hablando de temas serios) puede obrar milagros.
“Sacad tiempo para intimar. Dedicad un tiempo todos los días para hablar sin interrupciones. Estad presentes. Estad atentos. Profundizad en vuestro conocimiento del lenguaje amoroso de la otra persona y mejorad con ello vuestra comunicación”, recomienda Hardie-Williams.
Probad a hacer algo distinto juntos
“Las investigaciones demuestran que las relaciones a menudo mejoran cuando ambos miembros se embarcan en un nuevo pasatiempo, visitan un lugar nuevo o introducen novedades en el dormitorio. Ver a tu pareja bajo una nueva luz quizás ayude a recuperar la atracción”, sostiene Moali.
Si decidís decirle a vuestra pareja que ya no os atrae tanto, hacedlo con tacto
“Muchas veces animo a las personas a pensar antes de nada si revelar ese sentimiento puede provocar algún cambio significativo”, comenta Moali. Si es el caso, aseguraos de desvelarlo con tacto y sensibilidad, no como una crítica ni una acusación.
Dado que estas conversaciones suelen estar cargadas de emociones, la psicóloga y terapeuta sexual Shannon Chavez aconseja que os centréis en explicar los cambios que habéis percibido en la relación y en dejar claro que vuestro objetivo es volver a prender la llama.
Cuanto antes vayáis a terapia de pareja, mejor
Contar con la ayuda de un profesional es muy útil, teniendo en cuenta lo delicado que es el problema. No conviene esperar hasta estar al borde de la ruptura para ir al psicólogo. Cuanto antes, mejor.
Cómo saber si se puede volver a prender la llama
Por lo general, es posible resucitar la atracción en la relación, pero requiere compromiso por las dos partes, sinceridad y voluntad de abordar cualquier problema de raíz antes de que sea demasiado tarde.
Otro factor importante: ¿hubo atracción mutua al empezar la relación? Si no, suele ser más complicado desarrollar atracción de forma gradual, sostiene Chavez.
“He visto casos en los que no hubo atracción en un principio y la relación empezó por otros motivos, como por seguridad, apego y soledad. En cuanto estas necesidades cambian, una de las personas quizás deje de sentir deseo o conexión con esa persona”, comenta Chávez.
Aunque es normal que los niveles de atracción varíen en cierta medida, si el cambio es más brusco y drástico, resulta preocupante.
“Hay una diferencia entre un descenso normal de la pasión y la sensación de aversión o de estar a disgusto con tu pareja. Esto último es un problema importante para la relación”, comenta Rodman.
Si lleváis un tiempo sin sentiros atraídos por vuestra pareja pese a los intentos por prender la llama, siempre cabe la posibilidad de que la relación simplemente se haya extinguido.
“Las personas maduran y evolucionan constantemente en una relación. A veces las personas se distancian o puede suceder que dejen de sentirse atraídas por las mismas cosas. Es importante hablar con alguien sobre estos cambios para tomar una decisión informada sobre la relación”, zanja Chavez.
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