EL día 8 de septiembre la Organización de Ciudades Patrimonio Mundial convoca la celebración del Día Internacional de la Solidaridad con las ciudades Patrimonio Mundial. Nuestra ciudad forma parte de esas privilegiadas que poseen un riquísimo patrimonio cultural reconocido por la Unesco, desde el año 1984 (Alhambra y Generalife) y una ampliación que incluyó el Albaicín en 1994. El objetivo es incidir en la responsabilidad de la ciudad en la protección y promoción del patrimonio mundial y sensibilizar a la ciudadanía sobre el privilegio de tener parte de ese legado colectivo.
Se sorprenderán de cómo el Ayuntamiento pretende conseguir ese objetivo, teniendo en cuenta además que este año se pretende incorporar a los jóvenes en la valoración del patrimonio. Estoy segura de que se quedaran tan estupefactos como yo en cuanto conozcan la programación y se preguntaran si es una broma de mal gusto incluir , por ejemplo una exhibición de perros policías, además del izado de unas banderas y un concurso gastronómico, todo ello en pleno barrio del Albaicín. Me temo que las actividades programadas no se deben a una broma de mal gusto si no más bien al desinterés del PP municipal por el patrimonio de la ciudad y a lo que ya nos empezamos a temer es que su desinterés es fruto sobre todo de su desconocimiento. Desidia e ignorancia son dos peligrosos ingredientes para gobernar una ciudad que es un referente cultural de la humanidad y que requiere de un profundo conocimiento y de un trabajo basado en el rigor, la cooperación institucional y la participación ciudadana. No sólo para preservar su legado sino para potenciar muchas de sus capacidades, que vienen padeciendo el abandono del gobierno de la ciudad. La ciudad de Granada exige que gobernantes preparados y con criterios rigurosos tengan en las políticas relacionadas con el patrimonio cultural un eje estratégico del gobierno local y me temo que ni saben ni quieren saber, como podemos observar casi permanentemente en la política cultural que se está realizando.
Les voy a proponer algunas tareas que es urgente y necesario acometer. Deben cumplir la ley y atenerse a los requerimientos de Cultura en relación al Plan Albaicín; tienen que solicitar apoyo económico de la Unión Europea de fondos destinados a la rehabilitación del patrimonio (han dejado de hacerlo y ello ha supuesto perjuicios para la ciudad); deben defender la Alhambra y su entorno en estrechísima colaboración con la Junta de Andalucía; hacen dejación absoluta respecto del problema de las pintadas y deben abordarlo de manera urgente y eficaz; no tienen proyecto para el Centro Histórico, en lugar de convertir el Plan Centro en un instrumento que cualifique "las granadas renacentista y barroca" además de revitalizar la vida y el comercio del centro urbano; acaben de una vez las obras del Cuarto Real de Santo Domingo, recuperen las murallas de la ciudad, expliquen qué pasa con el Archivo Municipal con la desaparición de documentos y con las obras del Carmen del Negro, y sobre todo, den marcha atrás en su nefasta decisión de cerrar la Biblioteca del Zaidín.
Se sorprenderán de cómo el Ayuntamiento pretende conseguir ese objetivo, teniendo en cuenta además que este año se pretende incorporar a los jóvenes en la valoración del patrimonio. Estoy segura de que se quedaran tan estupefactos como yo en cuanto conozcan la programación y se preguntaran si es una broma de mal gusto incluir , por ejemplo una exhibición de perros policías, además del izado de unas banderas y un concurso gastronómico, todo ello en pleno barrio del Albaicín. Me temo que las actividades programadas no se deben a una broma de mal gusto si no más bien al desinterés del PP municipal por el patrimonio de la ciudad y a lo que ya nos empezamos a temer es que su desinterés es fruto sobre todo de su desconocimiento. Desidia e ignorancia son dos peligrosos ingredientes para gobernar una ciudad que es un referente cultural de la humanidad y que requiere de un profundo conocimiento y de un trabajo basado en el rigor, la cooperación institucional y la participación ciudadana. No sólo para preservar su legado sino para potenciar muchas de sus capacidades, que vienen padeciendo el abandono del gobierno de la ciudad. La ciudad de Granada exige que gobernantes preparados y con criterios rigurosos tengan en las políticas relacionadas con el patrimonio cultural un eje estratégico del gobierno local y me temo que ni saben ni quieren saber, como podemos observar casi permanentemente en la política cultural que se está realizando.
Les voy a proponer algunas tareas que es urgente y necesario acometer. Deben cumplir la ley y atenerse a los requerimientos de Cultura en relación al Plan Albaicín; tienen que solicitar apoyo económico de la Unión Europea de fondos destinados a la rehabilitación del patrimonio (han dejado de hacerlo y ello ha supuesto perjuicios para la ciudad); deben defender la Alhambra y su entorno en estrechísima colaboración con la Junta de Andalucía; hacen dejación absoluta respecto del problema de las pintadas y deben abordarlo de manera urgente y eficaz; no tienen proyecto para el Centro Histórico, en lugar de convertir el Plan Centro en un instrumento que cualifique "las granadas renacentista y barroca" además de revitalizar la vida y el comercio del centro urbano; acaben de una vez las obras del Cuarto Real de Santo Domingo, recuperen las murallas de la ciudad, expliquen qué pasa con el Archivo Municipal con la desaparición de documentos y con las obras del Carmen del Negro, y sobre todo, den marcha atrás en su nefasta decisión de cerrar la Biblioteca del Zaidín.
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