Los estudiantes del Conservatorio esperan que centros como el Ángel Barrios o Ganivet cedan aulas
A. ASENSIO GRANADA
Los estudiantes del Conservatorio Superior Victoria Eugenia están dispuestos a dar conciertos en institutos a cambio de un lugar para poder desarrollar sus ensayos. La acuciante falta de espacio del edificio de la calle San Jerónimo ha llevado a los alumnos a proponer este 'intercambio'. Según explicó Patricia Domínguez, vicepresidenta de la Asociación Juvenil de Músicos, se ha planteado que centros como el Conservatorio Profesional Ángel Barrios o el Instituto Ángel Ganivet puedan ofrecer sus aulas -siempre fuera de su horario lectivo- para que aquellos alumnos que no puedan practicar en sus domicilios puedan hacerlo en estos centros educativos. El Victoria Eugenia no cuenta con cabinas para ensayo -habitaciones más reducidas que un aula destinadas a tocar-, por lo que quienes no pueden estudiar en casa se ven obligados a ir al Conservatorio Superior cuando no hay clase para sus ensayos. Esto es, bien a primera hora de la mañana, a última de la tarde o incluso los sábados. Este curso el centro de la calle San Jerónimo abre sus puertas precisamente los fines de semana (todos los sábados y algunos domingos) para facilitar a su alumnado un espacio para ensayar.
La propuesta de utilizar otros centros educativos se desarrolló en una asamblea estudiantil. La dirección, siempre según la versión de los alumnos, ya ha dado los primeros pasos en la Delegación de Educación para tratar de solucionar la falta de espacio. Domínguez explicó que la idea es que el Ángel Barrios podría ceder sus instalaciones en horario de mañana -ya que únicamente está abierto por la tarde- mientras que el Ángel Ganivet sería la solución en horario de tarde. "Nosotros estamos dispuestos a ofrecer conciertos didácticos en colegios e institutos", señaló la portavoz de los alumnos, que adelantó que en las próximas semanas tendrá lugar otra asamblea estudiantil.
El del espacio no es el único problema del Victoria Eugenia, que el pasado mes de diciembre se vio obligado a cerrar durante tres días a consecuencia de una fuga de gasoil destinado a la calefacción del inmueble. La Delegación ya facilitó el arreglo de la instalación, pero los alumnos apuntan a que el aire acondicionado del auditorio también está averiado. Esto puede suponer que, en los meses de más calor, los alumnos abran las ventanas, un asunto que puede ser problemático a causa del ruido que generan las clases en el Conservatorio. De hecho, la última remodelación del centro se debió a la necesidad de evitar las molestias que el ruido generaba entre los residentes de los edificios colindantes, lo que ocasionó la denuncia vecinal. Los alumnos también critican que el edificio no es accesible para personas con movilidad reducida.
La propuesta de utilizar otros centros educativos se desarrolló en una asamblea estudiantil. La dirección, siempre según la versión de los alumnos, ya ha dado los primeros pasos en la Delegación de Educación para tratar de solucionar la falta de espacio. Domínguez explicó que la idea es que el Ángel Barrios podría ceder sus instalaciones en horario de mañana -ya que únicamente está abierto por la tarde- mientras que el Ángel Ganivet sería la solución en horario de tarde. "Nosotros estamos dispuestos a ofrecer conciertos didácticos en colegios e institutos", señaló la portavoz de los alumnos, que adelantó que en las próximas semanas tendrá lugar otra asamblea estudiantil.
El del espacio no es el único problema del Victoria Eugenia, que el pasado mes de diciembre se vio obligado a cerrar durante tres días a consecuencia de una fuga de gasoil destinado a la calefacción del inmueble. La Delegación ya facilitó el arreglo de la instalación, pero los alumnos apuntan a que el aire acondicionado del auditorio también está averiado. Esto puede suponer que, en los meses de más calor, los alumnos abran las ventanas, un asunto que puede ser problemático a causa del ruido que generan las clases en el Conservatorio. De hecho, la última remodelación del centro se debió a la necesidad de evitar las molestias que el ruido generaba entre los residentes de los edificios colindantes, lo que ocasionó la denuncia vecinal. Los alumnos también critican que el edificio no es accesible para personas con movilidad reducida.
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