Un perfil curioso: de Lugo a Granada; de la Pedagogía y el Derecho a la gestión cultural....
ANDRÉS CÁRDENAS
Ernesto que no páramo. Su cabeza es un vergel de ideas. Un iluso que ganó su sueño. A cabezón no le gana nadie. El tío del frac en los despachos. Un gallego reconvertido que se ha ganado a los granadinos a base de Ciencia. Un día alguien le llamó y le recomendó que, por favor, los eclipses los pusiera más temprano. Es el director del Parque de las Ciencias de Granada, ese sitio al que van más de 600.000 personas al año.
-Hola, Ernesto Páramo. ¿Estás bien?
-Depende mucho de la compañía.
-¿Y ahora mismo?
-Ahora mismo estoy bien.
-El Día de Andalucía vi la cola más grande que he visto en mi vida. Era gente esperando entrar en el Parque de las Ciencias.
-Fue increíble. Granadinos, andaluces, turistas... ¡Y familias enteras! ¡Qué maravilla! Y no era para ver a estrellas del fútbol, era para tocar un poco de Ciencia. Con esto ya me puedo retirar.
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-Me supongo que tiene mucho que ver que ese día era gratis y los granadinos ya se sabe...
-Eso ayuda, claro. Pero fíjate, en ese puente, los días de pago vinieron entre tres mil y cuatro mil personas cada día.
-De todas maneras creo que estaba justificada esa cola porque para una familia entera entrar en el Parque de las Ciencias le puede resultar caro.
-Cara es la factura de la luz... O la ropa de lujo. Esto es como ir al cine un domingo. Y con el bono anual es todavía más asequible. Por eso hay 20.000 granadinos apuntados. Tenemos más socios que el Granada.
-¿Cuántas visitas tuvisteis el año pasado?
-Déjame que lo mire.... Exactamente 653.417 visitantes. Y llegamos a otras cientos de miles con nuestras actividades por toda España... ¿Quién lo diría?
-Como sigáis así le vais a ganar a la Alhambra.
-Eso jamás, la Alhambra es un tesoro universal y nosotros un modesto museo de Ciencias.
-¿A qué crees que se debe el éxito de tantos visitantes?
-La gente sabe que en el Parque siempre hay cosas interesantes, es algo crucial, nunca hemos defraudado con camelos. El Parque ofrece diversión inteligente y al parecer miles de personas saben valorarlo. Y no es nada fácil llenar de público un museo.
-Todavía me acuerdo de que en una comida que tuvimos con Manuel Toharia hace veinte años en que ya hablabas de tu idea de crear en Granada un museo de la Ciencia.
-Pues sí, sí, tú estabas allí. Entonces todos teníamos más pelo... Fue hace unos 24 años, Toharia, que era un periodista estrella de la TV, nos apoyó mucho en los comienzos, como Pedro Duque, José María Quintana, Savater, Miguel Ríos, etc. Gente muy conocida y personas anónimas, muchos educadores se han volcado de corazón con el museo.
-Y me acuerdo de tu lucha por conseguir apoyos porque poca gente creía en el proyecto.
-Es que no había muchos antecedentes de algo tan raro. ¿Un museo interactivo en los 90? ¡¿Pero, qué es eso?!, decían algunos. Y no abundan las personas con visión de futuro y ganas de arriesgar, pero las hubo, a las pruebas me remito.
-Si naciste en Lugo, ¿cómo acabaste en Granada?
-¡Bufff¡ Es complicado. La culpa la tuvo un catedrático de Santiago que no quería verme el pelo por 'su' facultad y de un profesor genial de la UGR, Nicolás López Calera, que me animó a venir a Granada... Era un intelectual muy abierto. También se juntaron otras cosas... Siempre he sido muy inquieto.
-Y si hiciste Derecho y Pedagogía... ¿cómo terminaste siendo el director del Parque de las Ciencias?
-Pues yo tampoco me lo explico. La vida es muy rara, ¿no te parece? Mi madre me veía de inspector de Hacienda como mi padre. O empresaria como ella. Y mírame: domando dinosaurios y robots. Este es un buen trabajo para gente curiosa.
-¿Qué supone para Granada tener un museo así?
-Los museos son libros abiertos con un formato un poco raro. Necesitamos fuentes de inspiración para hacer cosas nuevas, eso nos ofrecen los museo modernos. Los de arte y los de ciencias. Y desde el punto de vista del turismo o la economía... que le pregunten a otras capitales si querrían algo similar...
-¿Crees que hay muchos granadinos que no han ido ni una vez al Parque de las Ciencias?
-Seguro, pero en ellos veo potenciales visitantes por conquistar...
-¿Tienes que pelearte mucho con la Junta para que te dejen hacer tus proyectos?
-Ahora hay que pelear para todo. Vivimos unos años muy duros, no somos una excepción. Soy como un fraile de una orden mendicante. Tenemos un Consorcio amplio que respalda el proyecto, pero a nadie le sobra un euro.
-Los problemas con los trabajadores que a veces han salido en prensa, ¿ya no existen?
-Esto no es Disneylandia. Aquí se trabaja muy duro, hay poco dinero, largas jornadas, objetivos que cumplir, miles de visitantes y también conflictos. No somos extraterrestres. Pero aquello se superó con el esfuerzo de todos. Tenemos un personal ejemplar.
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-Por lo menos el museo sirve para que los de fuera no piensen que aquí en Andalucía no todo es sol y flamenco.
-Podría escribir un libro con los elogios de los colegas nórdicos, alemanes, ingleses... Te aseguro que somos un museo de referencia internacional, y es por los buenos profesionales de esta tierra.
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-He estado en varios museos de la Ciencia y en todos hay un péndulo de Foulcault. ¿Y eso?
-Es que resulta increíble creerse eso de que la tierra gira... ¿tú te lo crees? Es imposible percibirlo con nuestros propios sentidos, por eso es un gran ejemplo de cómo el método científico nos ayuda a comprender el mundo.
-Pero ha Ciencia siempre ha sido vista con recelo.
-Sí, pero por los poderosos. La Ciencia nos hace críticos y... ¿quién quiere ciudadanos críticos y bien formados? Solo las verdaderas democracias.
-Ha dejado de crecer el Parque o hay nuevos proyectos.
-No necesitamos crecer físicamente, pero podríamos generar más proyectos, riqueza y empleo en nuestro entorno. ¡Hay tantas oportunidades en el contexto europeo! Las instituciones tienen que buscar las alianzas y los recursos para que el Parque sea también un motor para el tejido empresarial.
-Muchas generaciones han tenido una educación científica deficiente. ¿Por qué ahora hay tanto interés?
-Es que hoy la ciencia y la tecnología nos rodea en todas direcciones. Necesitamos entender lo que está sucediendo. Vivimos en medio de una revolución increíble. En un año tenemos más cambios que nuestros tatarabuelos en una vida entera.
-Cuando no estás en el Parque... ¿qué haces?
-Lo primero descansar. Luego pensar en el Parque, en cómo mejorar esto o lo otro. La verdad es que es un poco enfermizo.
-¿Y ya está?
-Bueno, también disfruto mucho haciendo cosas con las manos, desde la albañilería A la huerta o construir un mueble... Eso me encanta. Y visitar museos de todo tipo. Antes me gustaba mucho volar en parapente, pero lo fui dejando...
-¿Te han dicho alguna vez que tienes pinta de científico despistado?
-Me han dicho de todo.
-Cuéntame una anécdota divertida que haya pasado en el Parque de las Ciencias.
-Hay miles. Una vez alguien nos llamó para quejarse de que pusiéramos el eclipse de luna a una hora tan mala... Y luego nos han pedido de todo, desde poder casarse en el Planetario hasta pedirnos consejo para separar la tapadera de una olla que se había pegado como una lapa a la encimera de la cocina. Y hemos tenido ofertas tan notables como la de donarnos el cuerpo para la Ciencia.
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