Un paciente enfermo de tuberculosis recibe tratamiento médico en un hospital de Peshawar, Pakistán.
Médicos Sin Fronteras (MSF) ha avisado de que menos del cinco por ciento de los pacientes con tuberculosis resistentes a los medicamentos (TB-DR) reciben las nuevas terapias, a pesar de que hace cuatro años que se aprobaron. Y es que, al margen de un reducido número de ensayos clínicos y programas de uso compasivo, solo 469 personas fueron tratadas con delamanida en 2016 y poco más de 4.300 pacientes recibieron bedaquilina. "El resto de enfermos que reciben tratamiento para la tuberculosis resistente a los medicamentos siguen regímenes más antiguos y más tóxicos que solo curan el 50% de los casos. Además, estos tratamientos tienen efectos secundarios graves que van desde la sordera a la psicosis", ha alertado la organización, según recoge Europa Press.
Por ello, Médicos Sin Fronteras ha destacado la necesidad de que los diferentes gobiernos y compañías farmacéuticas que producen estos medicamentos aumenten el acceso a los mismos, recordando que en 2015 la Organización Mundial de la Salud avisó que medio millón de personas padecía TB-DR y que, de ellas, solo una de cada cuatro había sido diagnosticada y recibía tratamiento para este tipo de tuberculosis. "Resulta francamente desalentador que con cientos de miles de personas viviendo con la mortal tuberculosis resistente a los medicamentos, solo 4.800 personas hayan accedido el año pasado a los dos nuevos fármacos que podrían aumentar drásticamente las vidas salvadas", ha apostillado el asesor de Tuberculosis de la Campaña de acceso a medicamentos de MSF, Isaac Chikwanha.
En este sentido, la doctora especializada en tuberculosis de la clínica de MSF en Khayelitsha (Ciudad del Cabo), Jennifer Hughes, ha asegurado que cuando se tiene acceso a estos fármacos, "incluso de forma combinada", se da a los pacientes una oportunidad "real" de sobrevivir a esta enfermedad letal. De hecho, prosigue, en un proyecto realizado por su equipo, el 90 por ciento de los 18 pacientes que reciben tratamiento combinado a base bedaquilina y delamanida dio negativo en el cultivo de muestras de esputo tras seis meses de tratamiento.
"Los esfuerzos para aumentar el acceso a estos dos nuevos fármacos se han movido a un ritmo glacial. Solo el uno por ciento de quienes podrían beneficiarse de la delamanida la están recibiendo en Sudáfrica hoy en día; y la mayoría se concentra en un solo centro. ¿Cuánto tiempo más tienen que esperar los enfermos de otros lugares?", ha enfatizado Hughes.
Desde que estos fármacos fueron aprobados por la OMS para incorporarse a los regímenes de tratamiento para las personas con formas graves de tuberculosis resistente, MSF y otras organizaciones han luchado por obtener acceso a estos nuevos medicamentos. El acceso a la bedaquilina (comercializado por Janssen - Johnson & Johnson) y a la delamanida (comercializado por Otsuka) está restringido por varias razones y, una de ellas, es que las compañías farmacéuticas "no los han registrado en muchos países que soportan una incidencia alta de tuberculosis".
"Nuestro primer gran problema es que las farmacéuticas ni siquiera están registrando nuevos fármacos en algunos de los países más afectados por la enfermedad; el segundo gran obstáculo es su alto precio.
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