- Las trabajadoras del hogar continúan luchando por la equiparación de derechos y reclaman la posibilidad de acceder al desempleo
- Casi un 60% del colectivo sigue en la economía sumergida
La Plataforma de Trabajadoras del Hogar presentó ayer la tablas salariales de 2017. / MARÍA DE LA CRUZ
El tejido productivo granadino cuenta con 5.932 personas que desempeñan su actividad laboral como trabajadoras del hogar. El servicio doméstico, un empleo 'invisible' que hasta el año 2012 no estuvo incluido en el Régimen General de la Seguridad Social, cuenta en la provincia con más efectivos que sectores como la industria extractiva, la del suministro de agua, las actividades financieras y de seguros o las actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento, que en ningún caso superan los 4.300 afiliados.
Y, sin embargo, el empleo doméstico ha tenido mucho más difícil conquistar los derechos laborales que se les presuponen al resto de trabajadores. Hasta el año 2012, las trabajadoras del hogar no accedieron a 'privilegios' básicos como que su empleador cotizara por ellas desde la primera hora trabajada -antes solo era obligatorio si ejercía durante más de 20 horas a la semana-; que hubiera un contrato por escrito en el que se establecieran las horas, las tareas y el periodo de vacaciones; o que tuvieran derecho a una baja remunerada desde el cuarto día.
Que se consiguiera aquel avance, un salto cualitativo que ha permitido que mejore la calidad laboral y de vida de todas granadinas que dependen del empleo doméstico, no acabó con las reivindicaciones. Porque hoy, cinco años después de que el Gobierno decidiera regularizar el sector, las trabajadoras del hogar siguen siendo consideradas trabajadoras de segunda. Todavía hoy, las empleadas domésticas no tienen derecho a cobrar el paro, lo que significa que si son despedidas por sus empleadores se encuentran, de la noche a la mañana, sin ningún ingreso. "Hasta que no consigamos el derecho al desempleo no estaremos en condiciones de igualdad", aseguró ayer la portavoz de la Plataforma de Trabajadoras del Hogar de Granada, Laura Guillén, durante la presentación de las tablas salariales para 2017.
La plataforma, que recordó la importancia que tiene el sector pese a su escasa visibilidad -basta preguntarse qué habría pasado si ayer, Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, ninguna hubiera acudido a su puesto-, indicó que el Gobierno tiene por delante todavía la ratificación del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo, un documento que equipara los derechos de las empleadas del hogar a los del resto e incluye la posibilidad de que cobren la prestación por desempleo. Guillén explicó que el convenio ya ha sido respaldado por países como Alemania, Italia, Portugal o Irlanda, por lo que instó al Ejecutivo a que dé el paso y complete el camino que inició en el año 2012.
Otras de las reivindicaciones de la plataforma se centran en que los empleadores respeten el derecho de que sus trabajadoras cuenten con dos días de asuntos propios, de forma que puedan tener cierta flexibilidad sin tener que descontarse por ello jornadas de vacaciones; así como que realicen los despidos conforme a la normativa y respeten el descanso vacacional remunerado.
Además, la Plataforma instó a la Inspección de Trabajo a que actúe para controlar un sector que todavía soporta elevadas tasas de economía sumergida, y que no se escude en que el empleo se desarrolla en el ámbito privado. Según Guillén, hay "fórmulas" que permitirían a los inspectores actuar y ejercer un mayor control sobre la actividad regular y, sobre todo, la irregular. Según los cálculos de la plataforma, todavía puede haber entre 8.000 y 9.000 granadinas que desempeñan su trabajo en la economía sumergida, unas cifras que representarían casi un 60% del total de la actividad que genera el sector, que según las estimaciones de la plataforma cuenta con unas 14.000 empleadas.
Con todo, la labor de concienciación que desempeña la Plataforma de Trabajadoras del Hogar ha dado sus frutos. Granada es la tercera provincia andaluza que cuenta con un colectivo regularizado más amplio, solo por detrás de Málaga, donde trabajan como empleadas domésticas 12.249 personas; y Sevilla, con una plantilla que superaba al cierre del mes de febrero los 13.482 miembros. En el resto de las provincias el número de trabajadores que componen el sector es menor: en Cádiz hay 4.332 trabajadoras del hogar afiliadas; en Córdoba, 3.769; en Almería, 2.935; en Jaén, 2.227; y en Huelva, 1.571.
Con estas cifras, el colectivo de trabajadoras del hogar tiene ya un peso del 2% en el conjunto del tejido productivo granadino (del 3,1% si solo se tienen en cuenta los trabajadores por cuenta ajena), aunque el valor de su actividad es mucho mayor, ya que resulta fundamental para facilitar la conciliación de la vida familiar y laboral de miles de familias granadinas.
El empleo doméstico, además, es un sector clave para el colectivo de inmigrantes que residen en Granada, ya que según los datos oficiales, casi un 30% de las trabajadoras del hogar que están afiliadas a la Seguridad Social son extranjeras (1.334). Este porcentaje es muy superior al peso que tienen los trabajadores inmigrantes sobre el conjunto del músculo laboral granadino, que apenas llega al 5,7%.
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