La Gran Barrera de coral australiana está sufriendo en la actualidad las consecuencias del cambio climático. |
El mar es un lugar siempre en continuo cambio. A medida que pasa el tiempo, van cambiando su fauna y su flora, aunque en esencia, su ecosistema persiste. Un ejemplo de ello es la Gran Barrera de Coral de Australia, que consiguió superar durante los últimos 30.000 años toda clase de dificultades, desde los cambios en el nivel medio del mar a las variaciones climáticas asociadas a los mismos hasta en cinco ocasiones. Así se desprende de una investigación internacional en la que participa el catedrático del departamento de Estratigrafía y Paleontología de la UGR, Juan Carlos Braga Alarcón.
Esta última investigación, perteneciente al International Ocean Discovery Program(IODO), ha permitido reconstruir la evolución del arrecife más importante del planeta con el objetivo de analizar su respuesta a los bruscos cambios ambientales. "La Gran Barrera de Coral ha logrado adaptarse a las modificaciones medioambientales gracias a su migración a través del fondo del mar a medida que los océanos subían y bajaban", explican los integrantes del proyecto.
Se ha demostrado que este arrecife es más resistente de lo que en principio se podía prever a cambios ambientales de calado, como el aumento del nivel del mar y la temperatura del agua, aunque, por otro lado, también se nota de forma considerable la sensibilidad a la entrada de sedimentos o al agua de mala calidad.
Una de las revelaciones más impactantes del estudio es cómo el arrecife ha superado la última glaciación y deglaciación, lo que nos lleva a la incógnita de si la capacidad de resistencia de la Gran Barrera de Coral será suficiente para aguantar el actual declive global de los arrecifes.
Por su parte, los científicos del programa aseguran que es poco probable que pueda sobrevivir a los ritmos actuales del aumento de la temperatura de la superficie del mar, así como las disminuciones bruscas en la cobertura y la decoloración de coral año tras año o la disminución de la citada calidad del agua y el aumento del flujo de sedimentos.
"Tenemos serias preocupaciones sobre la capacidad del arrecife en su forma actual para sobrevivir al ritmo del cambio causado por las tensiones actuales y las proyectadas en el futuro cercano", afirman los investigadores
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