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Todos hemos sentido timidez cuando conocemos a alguien nuevo o estamos preparando una charla ante muchas personas. Pero las personas que sufren trastorno de ansiedad social pueden sentirse paralizadas y agotadas como consecuencia de esos sentimientos.
La ansiedad social consiste en sentir "un miedo intenso a ser juzgado, valorado negativamente o rechazado en una situación social", según la Asociación Estadounidense de Ansiedad y Depresión. Más de un tercio de las personas con trastorno de ansiedad social tarda una década o más en acudir al médico por los síntomas, afirma la organización. Estos pacientes tienden a pensar que la ansiedad desaparecerá con el tiempo.
Los síntomas pueden ser similares a un caso de nervios, por lo que es relativamente fácil que un caso de ansiedad social pase desapercibido. La edición estadounidense del HuffPost ha pedido a dos expertos que expliquen algunas concepciones erróneas que existen sobre este trastorno. A continuación se incluyen algunas nociones que la mayoría de la gente no entiende sobre la ansiedad social:
1. La ansiedad social no es igual que la timidez
La timidez es un rasgo de la personalidad, mientras que la ansiedad social impide llevar una vida normal, explica Victor Schwartz, profesor asociado de psiquiatría en la Universidad de Medicina de Nueva York (Estados Unidos).
"Cuando la timidez extrema interfiere en la vida diaria e impide que alguien avance, hay un problema", apunta Schwartz. "Si no afecta a la vida diaria, es probable que no se trate de ansiedad social", añade.
Todos los seres humanos experimentan incomodidad, incertidumbre o timidez cuando se enfrentan a una situación social nueva, pero la ansiedad social tiene un impacto particularmente fuerte en la vida social de alguien, afirma el terapeuta Kevin Caridad.
"Las personas que sufren ansiedad social dejan de acudir a eventos sociales, evitan pasar tiempo en grupos grandes o no se atreven a ir a la compra. No salen de casa ni son capaces de encontrar un trabajo porque tienen pensamientos y creencias distorsionadas sobre la realidad", añade Caridad
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2. La ansiedad social es una enfermedad mental
La ansiedad social se considera un trastorno mental. De hecho, comparte algunos síntomas con el trastorno de ansiedad generalizada, señala Schwartz.
"Las manifestaciones físicas de la ansiedad social incluyen la sensación de palpitaciones, sudor, falta de aire y mareos. A algunas personas les cuesta mucho identificar y reconocerlo", advierte.
Según Caridad, los síntomas y su gravedad varían dependiendo de la persona. Algunas personas con ansiedad social son capaces de llevar una vida normal, mientras que otras sufren alteraciones en su calidad de vida.
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3. La ansiedad social se puede tratar
"La única forma real de mejorar es pedir ayuda. Existe la terapia cognitiva, los psicólogos... Hoy en día también se emplea la tecnología y la terapia con vídeos para poder ayudar a los pacientes sin necesidad de que salgan de casa", apunta Caridad.
Los tratamientos pueden variar según la persona. Schwartz explica que, en algunos casos, los pacientes consiguen tratar la ansiedad por sí mismos. Sin embargo, si una persona sospecha que está experimentando ansiedad social, deberá consultar a un profesional.
"Lo ideal sería acudir a un experto en trastornos de ansiedad. El mejor indicador de que se ha encontrado a alguien adecuado es sentirse cómodo con esa persona", sugiere Schwartz.
Tanto Caridad como Schwartz señalan que los tratamientos y la terapia pueden tardar en hacer efecto, pero el primer paso para mejorar es informarse de forma adecuada y pedir ayuda.
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