Las escenas de personas bebiendo de fuentes se repiten de forma constante en la capital durante estos meses.
Llega el verano y con él la subida de temperatura que se lleva viviendo en Granada en los últimos días. Una suma de grados al mercurio que repercute sobre nuestra salud sin que podamos evitarlo, en especial en la de los niños y personas mayores.
Para evitar sustos en esta época de descanso y mantener nuestra salud con buena vitalidad, Cruz Roja Granada recuerda las pautas para prevenir los efectos de las altas temperaturas, y además pide que se preste especial atención a esa población de riesgo que se ve más afectada.
El programa de proximidad de la institución siempre desarrolla acciones preventivas ante la llegada de las altas temperaturas. El calor puede tener efectos negativos sobre la salud, como debilidad, fatiga, dolor de cabeza, falta de apetito, insomnio o calambres, y son especialmente preocupantes en niños o personas mayores, que pueden incluso sufrir mareos y lipotimias.
Con el fin de reducir estos problemas derivados de las altas temperaturas y evitar sustos innecesarios, Cruz Roja recuerda una serie de pautas sencillas en el día a día para poder disfrutar del calor y del verano con más seguridad y precaución.
En las zonas al aire libre, si se tiene que permanecer en el exterior, hay que procurar estar en la sombra, y si pueden hay que evitar las actividades en el exterior en las horas centrales del día, sobre todo, si son intensas. Si tiene que hacer actividades en el exterior durante las horas de calor no olvide descansar, protegerse del sol y refrescarse con líquidos y mojándose la cabeza.
En las viviendas hay que procurar permanecer en las estancias más frescas y bajar las persianas y toldos evitando así que el sol entre directamente. El uso del los aparatos de aire acondicionado -si se dispone de ellos- refrigeran el aire, manteniendo una temperatura constante.
En el vehículo es fundamental no dejar a los niños ni a las personas mayores en su interior cerrados. Si viaja con personas vulnerables preste especial atención a los cambios bruscos de temperatura que se producen al entrar y salir del vehículo, ya que pueden afectar a los pasajeros. Prevenga y lleve líquidos para hidratarse, sobre todo en desplazamientos de larga distancia.
A nivel personal, intente refrescarse de forma continua mediante duchas o baños, use ropa ligera, no apretada y de colores claros, y utilice un calzado fresco, cómodo y que transpire.
Hay que procurar hacer comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor. Ensaladas, frutas, verduras, gazpachos o zumos son los alimentos más adecuados. Beba líquidos en abundancia -agua o zumos- siempre que no exista contraindicación médica que le impida la hidratación.
Recuerde consultar con su médico acerca de las medidas suplementarias que debe adoptar si padece alguna enfermedad de riesgo o si tiene algún problema de salud que se vea agravado por el calor de verano.
El último consejo es que siga tomando sus medicamentos, no se automedique, y si se encuentra mal, pare la actividad que esté haciendo, intente situarse en un sitio fresco y pida ayuda.
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