-Estará cansado de que se lo pregunten, pero usted vive en Estados Unidos: ¿es llevadera la vida con Donald Trump?
-Yo lo veo desde el punto de vista de la lengua española y una de las primeras cosas que hizo nada más llegar a la Casa Blanca fue quitar la web en castellano. Hubo protestas y mostramos nuestra indignación. En Estados Unidos hay 50 millones de hispanohablantes, fue un enorme desprecio.
-En las escuelas el español sí está presente, ¿no?
-Me gustaría que lo estuviera más y que se implantaran programas duales. Se estudia mucho como segunda lengua cuando Miami es una población bilingüe y en Los Ángeles el 60% de los habitantes lo tienen como primer idioma. El español nunca fue un idioma extranjero en Estados Unidos.
-Supongo que se refiere a la presencia española desde el primer momento de su historia, algo que tengo entendido procura no tocarse mucho.
-Absolutamente, existe un gran desconocimiento del papel de España en los orígenes del país. Para ellos todo empieza con los peregrinos, pero cuando llegaron los peregrinos, los españoles ya estaban allí.
-Al menos, no se viven los tiempos en los que el castellano casi se invisibilizaba.
-Es el caso de los chicanos, que en la tercera generación perdían el idioma porque estaba prácticamente prohibido. Ahora no, existe un interés y hay hispanos en puestos clave de la Administración.
-¿Podemos hablar de un español de los Estados Unidos, como el mexicano, el argentino...?
-Existe un incipiente español de Estados Unidos muy influido por el inglés, sobre todo en las ciudades. El espanglish es un fenómeno muy interesante donde se españolizan palabras inglesas porque no se sabe cómo se dicen en castellano. Por ejemplo, tejado es rufo, de roof. Hay constantes cambios de códigos lingüísticos y se pasa de un idioma a otro en la conversación inconscientemente. En general, el castellano es la lengua en familia mientras que el inglés es más para los negocios.
-¿Cuál es el trabajo de la Academia?
-Intentar que se hable un buen español. Si un hispano va a buscar trabajo no puede expresarse en espanglish. Llegamos a tener un programa en la Fox que tuvo bastante seguimiento.
-Y hacer su propio diccionario.
-Por supuesto. Hay palabras que son exclusivas del español de Estados Unidos. Jonrón, que es la castellanización de la jugada de béisbol home run es uno de esos vocablos de uso común que tiene que estar en ese diccionario. Podría ponerle centenares de ejemplos.
-¿Qué apoyos tiene la Academia?
-Pocos. Al contrario que las demás academias del español que hay en América nosotros no contamos con el apoyo de un Gobierno. Necesitamos ayuda de España porque Trump no nos la va a dar, así que siempre que viene alguien de España, Rajoy o el Rey, siempre nos invitan y se muestran orgullosos de la presencia del castellano en Estados Unidos y entonces yo voy y les pido dinero.
-¿Dónde cree usted que se habla el mejor castellano?
-Esa pregunta no tiene respuesta. Por ejemplo, para el americano el único español puro es el que se habla en Madrid, en Castilla. Yo tengo acento andaluz, no lo he perdido, y me decían que yo no parecía español. Curiosamente, el sustrato del castellano de América es el andaluz, que influye de manera directa en todo el Caribe.
-¿Hay creación reseñable de obras en castellano?
-Es muy difícil publicar en castellano en Estados Unidos. Se le puede venir a la cabeza el nombre de Junot Díaz, pero Junot habla en castellano pero escribe en inglés. Desde la Academia tratamos de impulsar la literatura en castellano y alentamos publicaciones. La generación de los 70 es muy interesante y cuenta con obras magníficas como La seducción de Hernán Cortés, de Ponce de León, que resume bien el bagaje de los hispanos en Estados Unidos partiendo de un exiliado español en México. Pero lo cierto es que aquí lo que se vende en castellano es de escritores españoles: Pérez Reverte, Muñoz Molina...
-¿Influyó aquí la literatura del exilio?
-Naturalmente, se puede considerar de hecho que la producción de los exiliados, que estuvieron en las dos costas, es literatura americana.
-¿Cómo le fue a su Quijote en Manhattan?
-En América, Don Quijote está muy presente. De hecho, en Guanajuato está un museo de Cervantes que dedica un congreso anual al estudio cervantino en general y al Quijote en particular. A mí se me ocurrió esa idea de situar al Quijote en Manhattan utilizando mucho espanglish. casi era un estudio de la lengua.
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