Carlos Ríos. |
Licenciado en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad Pablo de Olavide, con casi medio millón de seguidores en redes sociales y creador del movimiento Realfooding, Carlos Ríos (Huelva, 1991) presenta su primer libro Come comida real, una guía que rompe con el tradicional concepto de las dietas, llenas de ultraprocesados, y la nutrición basada en contar calorías en tablas de excell. En este libro, Ríos explica cuál es la verdadera alimentación o realfood, la comida tradicional que le daba su abuela, deliciosa y sana.
-¿Vivimos engañados?
-Vivimos persuadidos por muchos factores que llevan al consumo de los ultraprocesados y que hacen que comamos comida insana sin darnos cuenta, con comestibles llenos de marketing y publicidad, innumerables puntos de venta tanto en el supermercado como a la hora de comer fuera e incluso en el propio hospital. Están por todas partes y son como una droga.
-Al fin y al cabo, los alimentos ultraprocesados son todo un negocio.
-Efectivamente, hay incluso farmacias que venden bebidas azucaradas y, por supuesto, las barritas sustitutivas ricas en proteínas, que no son comida, en las que miras los ingredientes y son a base de cereales, aditivos y demás. Por supuesto, no es una conspiración para matarnos, sino un negocio con muchísimos intermediarios que llegan incluso a lugares donde se supone que quieren cuidarte.
-¿Existen científicos y expertos pagados para no hablar sobre estos efectos perjudiciales?
-Sí, introducen sobre todo confusión, para que no estén muy claros los efectos de estos alimentos, de forma que financian estudios o pagan a expertos para decir que lo importante son las calorías, por ejemplo. Así puedes comer de todo si te controlas las calorías y hacen que sea lo mismo que desayunes galletas o frutos secos, cuando no es así, ya que algunos tienen componentes beneficiosos y otros no. Es así como las empresas intentan protegerse para que la gente al final no sepa qué es lo que está comiendo.
-¿Es la población infantil la más vulnerable?
-Claro, les interesa tener sus primeros clientes fidelizados desde bien pequeños. ¿Por qué piensa que les ponen regalos y muchas ofertas? Lo mismo ocurre con los adolescentes, les ponen sus referentes y consiguen que este grupo de población, más vulnerable y sin actitud crítica para cuidarse, compre más ultraprocesados. Existe una necesidad urgente de educar a nuestros hijos desde el colegio, indicándoles claramente qué es comida saludable y qué no.
-Habla en su libro de los malinfluencers .
-Las redes sociales hoy en día se han puesto más de moda gracias a los influencersy especialmente preocupantes son las instamamis o los instapapis, más en este caso las madres, que exponen el día a día de sus hijos en las redes sociales. En este caso los seguidores son otros padres y madres a los que les hacen promociones a veces ocultas o no declaradas de comida insana, lo cual tiene un impacto negativo y bastante cruel en la sociedad, como podrá imaginar.
-¿De verdad piensa que nos están silenciando?
-Lo que ocurre es que, cuando llegas a tener gran impacto, las marcas te avisan de que no quieren que les hagas mala publicidad, pero yo no estoy engañando a nadie. Lo único que hago es leer la etiqueta, la más pequeña, dejando claro que bajo la evidencia científica no son saludables. Por contra, hay mucha comida real que se está agotando en los supermercados mucho antes porque las recomiendo, como el yogur natural sin azúcar, chocolate negro 85%, humus, guacamole, que también se ven beneficiados.
-¿Estamos biológicamente adaptados a estos ultraprocesados?
-No, son muy recientes y un claro ejemplo es que aún vivimos con generaciones anteriores, como nuestras abuelas, que no los consumían en su juventud. De ahí que nuestro cuerpo no esté capacitado para comer tantos productos de este tipo y provoquen efectos adversos o enfermedades crónicas y no transmisibles cada vez más. Hablamos de algunos tipos de cáncer, la diabetes tipo dos, las enfermedades cardiovasculares, algunas enfermedades mentales, que cada vez aparecen antes, con 30 y 40 años, y que tiene mucho que ver con nuestros hábitos, específicamente la alimentación.
-¿Y la salud mental?
-Somos lo que comemos, ya que forma parte de nuestro cuerpo y, por tanto, de nuestro cerebro. La depresión es una enfermedad multifactorial donde hay muchas causas implicadas y cada vez hay más estudios que relacionan la mala alimentación con nuestro estado anímico. Lo que ocurre es que tendemos a compensar ese estado comiendo estos productos tan placenteros a corto plazo y abusando de ellos, cuando en realidad cuanto más comes peor te vas a sentir, creando así un círculo vicioso del que es difícil escapar.
-¿Es difícil dejar los ultraprocesados y convertirse en un realfooder?
-No hay que pensar que comer bien es sinónimo de hacer dieta pasando hambre o privándonos de muchas cosas, tienes que aprender a utilizar una amplia gama de alimentos: frutos secos, legumbres, verduras, frutas, pescado, carne, huevo o cereales integrales. Y después, saber cocinarlos de forma deliciosa y comerlos para llevar una dieta variada y con comida real.
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