José Luis Gallego (Barcelona, 1964) estudió Ingeniería de Montes pero se decantó pronto por la comunicación de lo que sigue siendo su gran pasión: la naturaleza. Conocido como divulgador ambiental y presentador de televisión, también es escritor, guionista y director de documentales. Cuenta con un Premio Ondas y ha publicado ya más de una veintena de libros sobre ecología. Además de articulista en varios medios, es el experto en medio ambiente del programa Julia en Onda. Ahora regresa a las librerías con una guía para reducir el consumo de plástico publicada en Planeta.
-Cuenta que mientras escribía Plastic Detox se descubrió una isla de basura frente a las costas de Chile. Con ella, eran cinco las existentes en todo el planeta. Ahora que ve la luz el libro, ¿sigue así o hay más?
-La evolución de la contaminación por plástico es tan grande que seguramente se habrán producido novedades. Lo que ocurre es que ya no es necesario tener más datos sobre la mesa. Da lo mismo que sean 16, 17 o 18 millones de kilómetros cuadrados: es una salvajada.
-En una reciente entrevista Jaen Goodall decía que cuando viajaba se llevaba sus propios cubiertos para que no le pusieran de usar y tirar. Ese puede ser el resumen de este libro. ¿Es posible hacer cambios positivos sin cambiar nuestro estilo de vida?
-No sólo es posible, sino que es lo deseable. Niveles de compromiso como el de ella son admirables, pero el planeta no necesita un Superman, sino que cada uno de sus habitantes hagamos algo a favor de él. Pronto vamos a ser 10.000 millones y de nada sirve que haya gente muy concienciada si el conjunto de la humanidad cree que "lo del medio ambiente" no es tan grave o que es responsabilidad de empresas e instituciones. Se trata de los pequeños gestos.
-Usted asegura que el mayor desafío para la humanidad es el plástico. ¿Más incluso que la superpoblación, como afirmaba Jacques-Yves Cousteau?
-Lo que está claro, y cualquier niño de Primaria en sus primeras clases de Matemáticas se da cuenta sumando, es que se llega un momento en el que las cosas dejan de caber. Aunque Stephen Hawking murió afirmando que el futuro de la humanidad está en otro planeta, yo soy contrario a esa idea. Aquí nos hemos focalizado en el plástico porque es un gran problema. Gracias a él, la humanidad ha dado un gran salto evolutivo pero estamos haciendo un uso superfluo de un material que es muy conflictivo: es un residuo de difícil gestión.
-Afirma que la peor decisión de la humanidad fue fabricar con plástico productos de usar y tirar.
-El problema es eso de "un solo uso". Cualquier material de un solo uso está generando un conflicto, la cuestión añadida al plástico es que genera un impacto más grave debido a su persistencia en el medio ambiente y su tendencia a bioacumularse. Es decir, que pasa a la cadena alimentaria. Por ejemplo, a través del estómago de una sardina, si la comes entra en forma de microplástico en tu organismo. Y ahí ya tenemos un lío gigantesco. Este libro habla del impacto medioambiental pero no he podido dejar de mencionar el impacto en la salud. Eso no ocurre con el cartón, el vidrio, el aluminio y otros materiales que se biodegradan.
-Ser eco está de moda y hasta las grandes firmas de ropa resumen de ello con líneas especiales con mayor porcentaje de materiales reciclados. ¿Es sólo una pose?
-¿Eso quién lo determina? ¿Quién dice el que es pata negra y el que se ha sumado ahora? Me inquieta el talibanismo ecologista: eso de decir que la ecología es un sacramento que sólo practicamos los puros desde hace décadas. Eso no lo admito. La situación es lo suficientemente seria como para que todos aquellos que hacen algo por el medio ambiente deban ser atendidos y reconocidos o no vamos a avanzar. El azote ecologista es un error: es tiempo de sumar al que pensaba hasta hace poco de otra manera y de llegar a acuerdos.
-¿Lo importante son los medios, sea cual sea el fin?
-Que lo hagan con la intención de sacar provecho es lo de menos, lo importante es que lo hagan. Si nos ponemos a ver los que sacan rendimientos aquí nos podemos llevar algunas sorpresas... Esto no es una moda es una realidad en la que estamos los que llevamos pidiendo eso desde hace décadas y los que se acaban de incorporar. Bienvenidos sean todos, incluidos los chicos que salen los viernes a las puertas de los institutos y las universidades.
-En ese sentido, ¿cualquier tendencia que ayude a cambiar hábitos puede ser de ayuda? ¿Ha contribuido por ejemplo el fenómeno Marie Kondo a la ecología reduciendo el consumo?
-Por su puesto que ayuda. Todo lo que sea volver a la vida simple es importante. No se trata de dejar de desarrollarnos o decrecer. Se trata de aplicar el sentido común y crecer en la medida que el planeta lo permite. Lo que pide Marie Kondo es lo mismo que está pidiendo Greta Thunberg y es: vamos a serenarnos, paremos y veamos hacia donde vamos a desarrollarnos. Por su puesto que hay que evolucionar pero, ¿con plástico? Sobre eso es lo que se pretende concienciar desde un montón de ámbitos de la sociedad, desde la vida simple hasta el veganismo o el respeto a los animales. Detrás de todos ellos hay un "vamos a ver si nos recomponemos como especie" que me parece muy atractivo, muy noticiable y muy esperanzador.
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