La fibra alimentaria puede ser una nueva herramienta en la prevención de la enfermedad pulmonar progresiva, gracias a la producción de ácidos grasos de cadena corta antiinflamatorios (SCFA), según un nuevo estudio realizado por el Centro de Investigación Prioritaria de Australia, la Universidad de Newcastle y el Center for Inflammation, una asociación entre la University of Technology Sydney y el Centenary Institute.
La investigación se presentó a especialistas en Neumología en la Reunión Científica Anual de Australia y Nueva Zelanda para Líderes en Salud Respiratoria y Pulmón 2019. El trabajo ha ayudado a comprender el papel desempeñan los ácidos grasos de cadena corta en la prevención del daño pulmonar.
“Desde hace varios años, hemos liderado la investigación mundial sobre el vínculo entre la fibra dietética y los pulmones sanos. Nuestra investigación anterior ha establecido cómo los suplementos de fibra pueden usarse para tratar el asma. Ahora, nuestros hallazgos sugieren que la fibra podría no solo usarse para tratar sino también para prevenir la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)”, afirmó el investigador principal, el profesor Phil Hansbro, director del Centro de Inflamación.
La EPOC es un término general para afecciones pulmonares progresivas, como enfisema, bronquitis crónica y asma crónica. La EPOC se caracteriza por dificultad para respirar y las causas incluyen fumar, exposición prolongada a contaminantes del aire y trastorno genético raro. Si bien muchas personas viven con una forma leve de EPOC sin siquiera saberlo, para las personas con enfermedades graves, puede ser un problema que lastre gravemente la calidad de vida. La EPOC es una de las principales causas de muerte en Australia y es la segunda causa de hospitalizaciones evitables. Es la tercera enfermedad asesina más grande del mundo. Los tratamientos existentes son solo parcialmente efectivos y algunos no funcionan en absoluto.El estudio de NSW expuso a los ratones al humo del cigarrillo, una de las causas conocidas de la EPOC, para desencadenar la aparición de la enfermedad. Al mismo tiempo, la dieta de algunos ratones se complementó con fibra fermentable.
“Creemos que la fibra puede reducir la inflamación y el daño pulmonar, lo que resulta en una mejor función pulmonar”, explica el profesor Hansbro. “Por primera vez, también hemos relacionado estos cambios con el microbioma gastrointestinal y su producción de metabolitos protectores”.
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