En España, el 65% de los fallecidos con COVID-19 son hombres, y hay algunos datos que pueden explicarlo.
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Ser hombre es un factor de riesgo si se tiene coronavirus. Esta conclusión, que puede sonar arriesgada, se extrae con facilidad al echar un vistazo a los datos. Según el Informe sobre la situación de COVID-19 en España a 27 de marzo, publicado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), el 65% de los fallecidos con coronavirus son hombres.
El porcentaje llama mucho la atención, y más teniendo en cuenta que, a priori, el COVID-19 no hace distinción de sexo en cuanto a los contagios. De acuerdo con los datos recabados por el ISCIII, actualmente las personas infectadas en España son hombres en un 50,4% de los casos y mujeres en un 49,6%, es decir, la prevalencia es muy similar. Y, sin embargo, la tasa de letalidad se dispara entre los varones. ¿Por qué?
Es difícil contestar a esta pregunta, pero ya se dispone de datos que dan una idea de las posibles causas. La media de edad de los afectados es algo superior en hombres que en mujeres: 61 años para ellos y 57 para ellas, así como la aparición de síntomas. “Los hombres presentan una mayor prevalencia de síntomas (fiebre y tos), neumonía, enfermedades de base (cardiovascular, respiratoria, diabetes), y un mayor porcentaje de hospitalización, admisión en UCI y letalidad que las mujeres”, concluye el informe del ISCIII.
Más hombres que mujeres en los grupos de riesgo
Mientras que en menores de 25 años la enfermedad afecta por igual a hombres que a mujeres, “los casos de COVID-19 están sobrerrepresentados entre el grupo de hombres mayores de 50 años”, señala el estudio.
Teresa Pérez Gracia, catedrática de Microbiología de la Universidad CEU Cardenal Herrera, señala que puede estar “asociado a que hay más hombres que mujeres en los grupos de riesgo, que son aquellos que presentan enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como diabetes”. En estos casos, “la respuesta inflamatoria es mucho mayor y por lo tanto más grave la enfermedad”, apunta. De hecho, se observa que “hay más casos de cuadros de neumonía grave con síndrome de distrés respiratorio en hombres que en mujeres”, añade.
La respuesta inflamatoria es mucho mayor en los hombres, y por lo tanto más grave la enfermedad
“Los hombres, las personas mayores de 64 años y las que presentan enfermedad de base (especialmente cardiovascular) están más representados entre los pacientes que presentan neumonía”, corrobora el informe del Instituto de Salud Carlos III.
Dentro del colectivo de profesionales sanitarios afectados (un 15,5% del total de contagios), que es uno de los que más preocupa a la OMS y a las autoridades sanitarias españolas, la proporción de infecciones entre mujeres (21,7%) es muy superior frente a la de hombres (9,5%). Y, sin embargo, ellos son hospitalizados con mucha más frecuencia porque desarrollan síntomas con mayor gravedad.
Los estrógenos, una hormona clave
Las comorbilidades -enfermedades subyacentes presentes- son una posible explicación, pero también la predisposición genética. José Prieto, catedrático de Microbiología en la Universidad Complutense de Madrid, admite que “las enfermedades crónicas como la bronquitis y la hipertensión, que en general se dan más en hombres”, juegan un papel importante en este virus, pero además sostiene que en el coronavirus puede haber otros “factores predisponentes” biológicos, y cita los estrógenos -la hormona que segregan los ovarios y que está más presente en las mujeres- como probables ‘culpables’ de que afecte menos a las mujeres.
En ese sentido se expresaba en una entrevista con la BBC Sabra Klein, del Departamento de Microbiología Molecular e Inmunología de la Escuela de Salud Pública de la Universidad John Hopkins. “Los estrógenos pueden estimular aspectos de la inmunidad que son importantes para eliminar una infección viral y responder bien a las vacunas”, señala Klein.
“Diversos estudios de ratones infectados con el anterior brote de coronavirus del SARS, el estrógeno contribuyó definitivamente en cómo los ratones hembras controlaron la infección mejor que sus homólogos masculinos”, lo cual ocurrió también con el virus de la gripe común, explica Klein.
Los estrógenos pueden estimular aspectos de la inmunidad que son importantes para eliminar una infección viral y responder bien a las vacunas
A finales de febrero, cuando se publicó este artículo de la BBC, el país más afectado por el coronavirus era China, donde se observó que más del 54% de los casos hospitalizados eran hombres. Actualmente, tanto Italia como España han superado al país asiático en cifras de fallecidos, algo que hace un mes parecía impensable.
Manuel Menduiña, especialista en Medicina Interna del Hospital Virgen de las Nieves de Granada, se atreve a hablar incluso un una posible predisposición “no sólo entre los hombres, sino en hombres latinos”. “Hay alguna teoría que dice que los latinos -españoles e italianos-, tenemos una predisposición a generar una respuesta hiperinmune inflamatoria tan exagerada que al final produce daños”, comenta. “Es un terreno movedizo y vamos aprendiendo día a día”, reconoce el doctor, que al mismo tiempo alude a las “comorbilidades” como primera posible causa de este desajuste entre las proporciones de hombres y mujeres afectados por la enfermedad.
“En el rango de mediana edad, hay más hombres fumadores que mujeres y, por tanto, también tienen más posibilidades de sufrir asma o EPOC, factores de riesgo para esta enfermedad”, apunta. “Dentro de unos años, podremos sacar muchas conclusiones, pero de momento parece que para desarrollar la enfermedad de una forma grave existe una cierta predisposición, ya sea por cuestión de raza o de sexo”, sostiene Menduiña.
El doctor se confiesa extrañado por el hecho de que China “no haya contabilizado más de 80.000 infecciones”, cuando España e Italia ya han superado esa cifra. “Es extremadamente raro, siendo un país de 1300 millones de habitantes”, opina. “Puede ser que China no haya dicho todo y en el país asiático haya habido mucha mayor cantidad de contagios y muertes”, especula.
O, quizás, lo determinante no es la raza sino el sexo y, como bromea el microbiólogo José Prieto, “toda la vida hemos estado equivocados cuando se hablaba del sexo débil”.
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