La regeneracióndel litoral y espigones está en trámite, lo que permitirá buscar inversión para nuevas infraestructuras, como un puerto deportivo
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| Las playas de Albuñol en 1995 , cuando un centenar de invernaderos ocupaban la primera línea, y en 2018 |
La recuperación de la playa le ha costado a Albuñol sudor y lágrimas. Las lágrimas llegaron con la riada que se cobró la vida de al menos cuarenta personas y destruyó las fincas de decenas de familias en 1973. Como consecuencia, para matar el hambre en el litoral de Albuñol, los invernaderos se ubicaron en primera línea de playa. Mientras, los municipios vecinos optaban por levantar apartamentos y hoteles para tocar el cielo con el desarrollo turístico.
Los invernaderos se instalaron entonces sobre suelo de dominio público marítimo terrestre. Por esta razón, para regenerar la playa de Albuñol, Costas pedía recuperar el terreno. Más de cuarenta años después de que el agua se llevara todo por delante, lo han hecho. Es el sudor. El Ministerio de Transición Ecológica comenzó a desahuciar invernaderos con la resistencia de los que habían vivido de esas fincas bajo plástico pegadas al mar.
En 2018, 22 hectáreas de tierra, dividas en dos grandes lenguas frente a la orilla, se habían limpiado por completo. No quedaba ni una finca, pero la regeneración ambiental de la playa para acabar con la contaminación de una zona que había estado llena de plásticos y productos químicos seguía sin fecha.
El Ayuntamiento de Albuñol continuaba con su particular cruzada para que el municipio tuviera la playa que «se merece» y poder competir por fin con otros municipios turísticos. El consistorio bregaba en contra de los agricultores que habían perdido sus invernaderos y comenzaba la negociación con Costas para que saneara de una vez por todas las hectáreas desahuciadas.
Hace unas semanas la delegada del Gobierno de España en Andalucía, Sandra García, anunciaba que el Ministerio de Transición Ecológica licitaba por más de 2,7 millones de euros las obras para el acondicionamiento del litoral. En este momento, el Ayuntamiento empiezan a ver la luz al final del túnel.
«El litoral ha sufrido una regresión en los últimos años y es necesario actuar cuanto antes. La primera vez que estuve en Costas fue en 2003, reivindicando que protegiera los núcleos urbanos. Decían que no se podía hacer porque los invernaderos ocupaban parte del dominio público marítimo terrestre. De oficio, empezaron a recuperar la zona mientras comenzaban largos trámites para poder hacer los tres proyectos. Se trata de los espigones de El Pozuelo (445.000 euros) y La Rábita (3,2 millones) y la regeneración ambiental de las 22 hectáreas de franja litoral», explica la alcaldesa, María José Sánchez.
«He sudado mucho la camiseta para llegar hasta aquí. Viajes interminables hasta Madrid en los que me ha dado tiempo a ver inaugurar la autovía. Me he encontrado con muchos noes de distintos gobiernos y presidentes, mientras que los agricultores me han tachado de no apoyarles cuando el terreno era del Gobierno y regenerar la zona es una oportunidad de dar un salto cualitativo en medioambiente y turismo para aspirar a futuros desarrollos turísticos», relata.
«Comprendo que no lo hayan entendido. Pretendían que me pusieran frente a las máquinas, pero el municipio tiene que dar un salto adelante para impulsar más motores económicos», añade.
La alcaldesa pactó con Costas el desarrollo de los tres proyectos y en menos de un año los tres van tomando forma con «una rapidez de vértigo». «El Gobierno ha sido sensible. Después de veinte años de súplica y esfuerzo estamos viendo resultados. El pueblo no podía entender que se hubieran quitado los invernaderos en vano para dejar una tierra muerta sin más», argumenta.
La alcaldesa estima que a finales de abril esté adjudicado el proyecto de regeneración que cuenta con casi tres millones de inversión, para que en mayo las maquinas estén trabajando. Nueves meses después, la playa estará saneada, aunque la alcaldesa pedirá que los trabajos comiencen en los tramos más concurridos para que estas zonas puedan estar listas para este verano.
El proyecto de regeneración ambiental incluye un tramo de la senda litoral, formada por barandillas y pasarelas de hormigón. Diputación, Costas y el Ayuntamiento colaboraron para aprovechar las obras de regeneración para colocar la senda, una de las primeras que tendrá la provincia granadina. Además de descontaminar la arena, se levantarán las defensas que se construyeron para proteger los invernaderos, algo que –si no se construyen los dos espigones– puede cambiar la configuración de la playa y afectar a los dos núcleos de población, por lo que reclamarán que se coordinen para intentar lanzar los proyectos de las escolleras «casi a la vez o con poco margen».
Supervisión técnica
Desde Costas apuntan que los proyectos de los espigones de Albuñol están finalizados y se encuentran en tramitación en los servicios centrales para la supervisión técnica. El siguiente pasó será la tramitación ambiental para que después se le pueda asignar partida presupuestaria.
Cuando los proyectos estén en marcha y la playa saneada, con el Plan de Ordenación del Territorio de la Junta en la mano, que declara la playa del Pozuelo como área de oportunidad turística y zona preferente para la construcción de un puerto deportivo, podrá buscar inversores que quieran apostar por Albuñol.
Además, se podrán ubicar más hoteles y apartamentos, aunque Albuñol tiene claro que cualquier iniciativa tiene que ser sostenible y compatible con la agricultura. «Somos un pueblo agrario que no renegará de sus raíces. Queremos potenciar el turismo sin convertirnos en Torremolinos ni masificar nuestras playas de ladrillo», manifiesta Sánchez. «Hoy asentamos las bases para el futuro», añade.
«Hemos solucionado los dos grandes problemas medioambientales. Uno de ellos, que es la depuración de las aguas, se finalizó con la puesta en marcha de la EDAR en 2018 y este año damos por solucionado el segundo con la regeneración de la playa». «Albuñol ya no tendrá banderas negras», sentencia.
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