El alzhéimer puede ser una de las enfermedades más crueles que conocemos. Se trata de una enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta a través de un deterioro cognitivo y de trastornos conductuales. El número de enfermos sigue aumentando año tras año, especialmente en los países occidentales. Detenerla se ha convertido en una prioridad para los investigadores.
Recientemente, investigadores de la Universidad de California en Irvine han arrojado un dato esperanzador: la vacuna contra el alzhéimer podría estar lista para su aplicación en humanos en tan solo dos años.
Los investigadores desarrollaron un tratamiento que eliminó con éxito la acumulación de proteínas amiloides y tau en el cerebro de los ratones genéticamente modificados. Se cree que estas placas son las responsables de desencadenar la neurodegeneración y, en última instancia, el deterioro cognitivo tan característico de la enfermedad. Los científicos sugieren que esta vacuna podría estar lista para ser probada en humanos en solo dos años y, si todo marcha bien, podría convertirse en el gran avance médico de la próxima década.
Combinación de tratamientos
La vacuna, desarrollada por Nikolai Petrovsky, endocrinólogo de la Universidad de Flinders en Australia, junto con su equipo de científicos, ya ha llevado a cabo sus experimentos con roedores. Han combinado dos tratamientos previos, denominadas AV-1959R y AV-1980R, respectivamente, diseñados para reducir los grupos de proteínas amiloides y tau de forma específica. Tras muchos fracasos con ensayos clínicos anteriores, esta nueva línea de investigación parecer ser la forma más eficaz de tratar la demencia.
La futura vacuna se dirigiría de forma específica hacia las proteínas beta-amiloide y proteínas tau, que se acumulan en grandes cantidades en el cerebro de los enfermos y son las principales responsables de la enfermedad de alzhéimer. Estudios recientes señalan que la vacuna previene la acumulación de estas proteínas y elimina las que ya existen en el cerebro de los pacientes. Sus progresos evidencian que podría prevenir e incluso revertir otras enfermedades neurodegenerativas como el párkinson, el kuru o la enfermedad de Huntington.
“Esencialmente lo que ocurre en las personas que contraen la enfermedad de alzhéimer o la demencia es que tienen una gran cantidad de estas proteínas desglosadas en el cerebro”, explica Petrovsky. "Este estudio sugiere que podemos vacunar a los pacientes en las primeras etapas de la enfermedad de alzhéimer o incluso a personas saludables en riesgo, usando nuestra vacuna anti-beta-amiloide y, si la enfermedad progresa, entonces vacunar con otra contra vacuna -tau para aumentar la eficacia” aclara.
En palabras de los investigadores «Es un momento emocionante para comenzar la nueva década; con suerte, este es el avance de la próxima década si podemos lograr que funcione en los ensayos en humanos». Las pruebas con humanos podrían comenzar en los próximos 18 a 24 meses.
La enfermedad en el mundo
El alzhéimer afecta a más de 40 millones de personas en el mundo. En España, según los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), actualmente la padecen unas 800.000 personas y es, además, el tipo de demencia neurodegenerativa más común.
Nuestro país es uno de los que mayor proporción de casos de alzhéimer entre las personas de más de 60 años: un 5% de las personas de 65 años padecen esta enfermedad y en mayores de 90 años el porcentaje aumenta hasta el 40%. El envejecimiento progresivo de la sociedad no ayuda y se espera que en los próximos veinte años el número de afectados por esa enfermedad se doble.
Aunque la edad es el marcador de riesgo más importante para desarrollar la enfermedad, también influyen otros factores tales como la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo, la diabetes o el haber sufrido traumatismos craneoencefálicos,
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