CURRO LEDESMA
El propio miedo al contagio está llevando a mucha gente a presentar sus propios síntomas
Mientras compartíamos un trocito de tarta, exclamó: "Hijo, imagínate todas las personas mayores que están solas y empiezan a oír que más del 85% de los fallecidos son mayores de 70 años. Pues en ese grupito estoy yo. ¿Cuándo me llamarán para vacunarme?". Un ejemplo así de cercano lo tenemos todos. Pero ya no son sólo nuestros mayores. La tasa de nuestros jóvenes a partir de los 15 años se ha disparado.
En repetidas ocasiones, les he alentado que la gran pandemia está por venir: una crisis económica sin precedentes. Pero según va pasando el tiempo y se van conociendo más consecuencias de la Covid-19, nos estamos encontrando con otra crisis. Una crisis de salud mental que nos afecta a todos, jóvenes y mayores. Tenemos que prepararnos, administraciones y cuidadanos, para evitar el aumento de enfermedades mentales como secuela de la pandemia. Ansiedad, depresión, estrés, miedo, tristeza. Limitar la libertad de los ciudadanos para alcanzar un bien social ha resultado ser un tema tan necesario como polémico por lo que debe ser abordado con mucho cuidado. Pero ese miedo nos está jugando una mala pasada. El propio miedo al contagio está llevando a mucha gente a presentar sus síntomas y, por lo tanto, a pensar que se han contagiado y cuestionarse sin están enfermos.
Este 'bichito' se ha cobrado más de dos millones de vidas en todo el mundo y estamos a punto de llegar a los cien millones de contagios. Por ello, lo crucial ahora es vacunarse. No debemos tener miedo a hacerlo. Ya se han administrado más de 42 millones de dosis en todo el mundo, casi un millón en España y 165.000 en Andalucía. ¿Cuál es la reticencia de algunos pocos a vacunarse? ¡Insensatos! Hay que vivir con verdadera humildad, por amor. Y nuestra humildad pasa ahora por hechos y no por palabras.
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