Una cajita nazarí del siglo XV y un daguerrotipo del Patio de Lindaraja son dos de las adquisiciones estrella del Patronato en los dos últimos años El inventario patrimonial supera ya 200.000 piezas
GUADALUPE S. MALDONADO GRANADA
La Alhambra crece año tras año. Aunque las murallas del monumento nazarí no se muevan ni un ápice, el inventario artístico y arqueológico del conjunto no deja de sumar nuevos "tesoros" con los que cumplir su encomienda de "proteger, acrecentar y transmitir a las generaciones futuras" el patrimonio. En los dos últimos años, el Patronato de la Alhambra y el Generalife ha sumado una veintena de "piezas estelares" a sus colecciones, que permiten un mayor conocimiento de la Alhambra y facilitan la labor de difusión del recinto monumental.
Entre las últimas incorporaciones - que han supuesto una inversión de 250.000 euros y han sido adquiridas en subastas o en compras directas a particulares, además de a través de donaciones-, destacan una cajita de taracea de finales del siglo XV, dos daguerrotipos realizados en el monumento y un libro de fotografías de Rafael Garzón que incluye 40 imágenes de la Alhambra. Con este desembolso, el Patronato ha añadido nuevos ítem a un inventario arqueológico, artístico y cultural que supera ya las 200.000 piezas. Así lo aseguró ayer la directora del Patronato, María del Mar Villafranca, que explicó que buena parte del inventario, que está siendo catalogado minuciosamente y que, si todo sale según lo previsto, será presentado el año que viene, está compuesto por piezas arqueológicas.
Con todo, ha sido el patrimonio cultural del monumento el que más ha aumentado en estos dos últimos años de adquisiciones. Tal y como explicaron la directora de la Alhambra y el consejero de Cultura, Luciano Alonso, en estos dos últimos ejercicios el Patronato ha incorporado varias piezas estelares, como el cuadro de Fernando Martín (1737-1818) Vista de Granada desde el Camino del Avellano, que tiene un enorme "valor documental" para el conocimiento del paisaje y de la época; dos pinturas de la serie Alhambra de Soledad Sevilla; una acuarela del Patio de los Leones "esencial para los estudios del monumento"; el libro de Torre Farfán y el lote de dibujos de Mariano Fortuny; el dibujo de Fritz Bamberger (1818-1873) Vista de la Alhambra desde el centro de Granada; una acuarela de John Frederik Lewis de la Entrada a la Sala de Dos Hermanas; y otra acuarela sobre papel de Georges Jules Victor Clairin (1843-1919) de la Sala de las camas de la Alhambra.
Pero quizá las dos adquisiciones más relevantes, las más "queridas" por el Patronato, sean las de la cajita de taracea nazarí, que ya se está exponiendo en el Museo de la Alhambra, y el daguerrotipo del jardín de Lindaraja, que data de 1847. En el caso de la caja octogonal con herrajes de bronce, la adquisición por parte del Patronato fue posible tras una subasta celebrada en Madrid en la que el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes ejerció en nombre del Patronato de la Alhambra el derecho al tanteo. La adquisición, según explicó Villafranca, ha sido prácticamente "milagrosa". El precio de esta pieza única, subastada en la Casa Goya, se fijó en 66.000 euros, bastante por encima de las posibilidades presupuestarias del Patronato, sujetas a las limitaciones propias de estos tiempos de austeridad. Sin embargo, ninguno de los dos primeros adjudicatarios retiró la pieza, por lo que la Alhambra pudo hacerse con ella "a un precio mucho más razonable", que ronda los 25.000 euros.
María del Mar Villafranca indicó que cada una de las piezas adquiridas por el Patronato tiene "una particular historia". A las subastas habituales -los catálogos llegan directamente al Patronato, que los estudia y decide según los criterios fijados por la comisión técnica-, se suman las adquisiciones directas, de las que la Alhambra tiene noticia por cauces muy diversos. Este es el caso del daguerrotipo Retrato en el jardín de Lindajara, uno de los dos más antiguos que existen en el mundo identificados con la imagen de la Alhambra. Según explicó ayer la directora del Patronato, el contacto del monumento con las galerías especializadas en fotografías históricas, ubicadas principalmente en París, es constante. De esa conexión surgen muchas de las ofertas que luego se convierten en adquisiciones, pero en este caso la historia es incluso más especial. "En este caso hay que decir que la noticia nos llega a través de Carlos Sánchez", un gran experto e coleccionismo histórico que formó parte de la comisión técnica de la Alhambra y que, siguiendo su "vocación de servicio público", informa al Patronato cuando hay oportunidades de estas características. Y Villafranca aseguró que adquirir el retrato en el jardín de Lindaraja ha sido una oportunidad de oro. "Es una pieza única, los daguerrotipos ya no existen: han desaparecido o están en la fundación Paul Guetty. Tener un daguerrotipo de los primeros y de la propia Alhambra era nuestro objetivo, porque no teníamos ninguno", apuntó la directora del Patronato de la Alhambra, que recordó que la fotografía histórica es uno de los ámbitos de actuación más importantes en las adquisiciones patrimoniales. "El monumento de la Alhambra es uno de los más fotografiados del mundo, también en el origen de la fotografía. A eso se le une el interés del propio Patronato por conocer la historia reciente que reflejan fielmente las fotos", explicó.
La labor de enriquecimiento patrimonial del monumento es constante. Según apuntó ayer el consejero de Cultura, en los últimos diez años la Alhambra ha adquirido un centenar de piezas, que ascienden a más de 11.000 en el último cuarto de siglo y que tienen un gran interés por "su antigüedad, su exclusividad o su significado" y que constituyen "un valor intangible para ponerlo al servicio de los ciudadanos".
Entre las últimas incorporaciones - que han supuesto una inversión de 250.000 euros y han sido adquiridas en subastas o en compras directas a particulares, además de a través de donaciones-, destacan una cajita de taracea de finales del siglo XV, dos daguerrotipos realizados en el monumento y un libro de fotografías de Rafael Garzón que incluye 40 imágenes de la Alhambra. Con este desembolso, el Patronato ha añadido nuevos ítem a un inventario arqueológico, artístico y cultural que supera ya las 200.000 piezas. Así lo aseguró ayer la directora del Patronato, María del Mar Villafranca, que explicó que buena parte del inventario, que está siendo catalogado minuciosamente y que, si todo sale según lo previsto, será presentado el año que viene, está compuesto por piezas arqueológicas.
Con todo, ha sido el patrimonio cultural del monumento el que más ha aumentado en estos dos últimos años de adquisiciones. Tal y como explicaron la directora de la Alhambra y el consejero de Cultura, Luciano Alonso, en estos dos últimos ejercicios el Patronato ha incorporado varias piezas estelares, como el cuadro de Fernando Martín (1737-1818) Vista de Granada desde el Camino del Avellano, que tiene un enorme "valor documental" para el conocimiento del paisaje y de la época; dos pinturas de la serie Alhambra de Soledad Sevilla; una acuarela del Patio de los Leones "esencial para los estudios del monumento"; el libro de Torre Farfán y el lote de dibujos de Mariano Fortuny; el dibujo de Fritz Bamberger (1818-1873) Vista de la Alhambra desde el centro de Granada; una acuarela de John Frederik Lewis de la Entrada a la Sala de Dos Hermanas; y otra acuarela sobre papel de Georges Jules Victor Clairin (1843-1919) de la Sala de las camas de la Alhambra.
Pero quizá las dos adquisiciones más relevantes, las más "queridas" por el Patronato, sean las de la cajita de taracea nazarí, que ya se está exponiendo en el Museo de la Alhambra, y el daguerrotipo del jardín de Lindaraja, que data de 1847. En el caso de la caja octogonal con herrajes de bronce, la adquisición por parte del Patronato fue posible tras una subasta celebrada en Madrid en la que el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes ejerció en nombre del Patronato de la Alhambra el derecho al tanteo. La adquisición, según explicó Villafranca, ha sido prácticamente "milagrosa". El precio de esta pieza única, subastada en la Casa Goya, se fijó en 66.000 euros, bastante por encima de las posibilidades presupuestarias del Patronato, sujetas a las limitaciones propias de estos tiempos de austeridad. Sin embargo, ninguno de los dos primeros adjudicatarios retiró la pieza, por lo que la Alhambra pudo hacerse con ella "a un precio mucho más razonable", que ronda los 25.000 euros.
María del Mar Villafranca indicó que cada una de las piezas adquiridas por el Patronato tiene "una particular historia". A las subastas habituales -los catálogos llegan directamente al Patronato, que los estudia y decide según los criterios fijados por la comisión técnica-, se suman las adquisiciones directas, de las que la Alhambra tiene noticia por cauces muy diversos. Este es el caso del daguerrotipo Retrato en el jardín de Lindajara, uno de los dos más antiguos que existen en el mundo identificados con la imagen de la Alhambra. Según explicó ayer la directora del Patronato, el contacto del monumento con las galerías especializadas en fotografías históricas, ubicadas principalmente en París, es constante. De esa conexión surgen muchas de las ofertas que luego se convierten en adquisiciones, pero en este caso la historia es incluso más especial. "En este caso hay que decir que la noticia nos llega a través de Carlos Sánchez", un gran experto e coleccionismo histórico que formó parte de la comisión técnica de la Alhambra y que, siguiendo su "vocación de servicio público", informa al Patronato cuando hay oportunidades de estas características. Y Villafranca aseguró que adquirir el retrato en el jardín de Lindaraja ha sido una oportunidad de oro. "Es una pieza única, los daguerrotipos ya no existen: han desaparecido o están en la fundación Paul Guetty. Tener un daguerrotipo de los primeros y de la propia Alhambra era nuestro objetivo, porque no teníamos ninguno", apuntó la directora del Patronato de la Alhambra, que recordó que la fotografía histórica es uno de los ámbitos de actuación más importantes en las adquisiciones patrimoniales. "El monumento de la Alhambra es uno de los más fotografiados del mundo, también en el origen de la fotografía. A eso se le une el interés del propio Patronato por conocer la historia reciente que reflejan fielmente las fotos", explicó.
La labor de enriquecimiento patrimonial del monumento es constante. Según apuntó ayer el consejero de Cultura, en los últimos diez años la Alhambra ha adquirido un centenar de piezas, que ascienden a más de 11.000 en el último cuarto de siglo y que tienen un gran interés por "su antigüedad, su exclusividad o su significado" y que constituyen "un valor intangible para ponerlo al servicio de los ciudadanos".
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