Que la lactancia materna es la mejor forma de alimentar a los recién nacidos es algo sobradamente conocido: dar a los bebés leche de la madre tiene importantes beneficios para la salud, la nutrición y el desarrollo infantiles. El alimento materno ayuda a combatir las enfermedades, estimula el crecimiento de la boca y la mandíbula, reduce el riesgo de padecer enfermedades crónicas y, además, crea un vínculo especial entre la madre y su hijo.
Pero además de las demostradas ventajas para la salud, la lactancia materna también tiene beneficios económicos, no sólo para las familias -la leche de fórmula suele ser bastante cara-, sino para los países. Así lo demuestra un estudio que acaba de publicar la revistaArchives of Disease in Childhood en el que, por primera vez, se cuantifica la rentabilidad que tiene esta práctica para el sistema sanitario de un país, concretamente, para el Reino Unido.
Los investigadores afirman que el Sistema Nacional de Salud inglés podría ahorrar 40 millones de libras anuales -más de 50 millones de euros- si las madres alargaran el tiempo de lactancia. Esto es, los costes vendrían no tanto de que hubiera más madres que dan el pecho, sino de conseguir que las que ya lo hacen lo hagan durante más tiempo.
Para llegar a esta conclusión han calculado los costes de las cinco enfermedades sobre las que la lactancia materna ha demostrado ser más beneficiosa. En el caso de los niños, estas son la gastroenteritis, las infecciones respiratorias, la otitis y la enterocolitis necrotizante (inflamación y daño irreversible del intestino). El gasto de todas ellas asciende a 112 millones de euros al año. Para las madres, sería el cáncer de mama, que supone unos 1.200 millones de euros cada año a las arcas británicas.
Según han visto, si se incrementara el porcentaje de mujeres inglesas que practican la lactancia exclusiva durante los cuatro primeros meses -que actualmente es del 7%- hasta el 21%, se reduciría el coste hospitalario asociado a la gastroenteritis en 1,5 millones de euros anuales. Si este porcentaje ascendiera al 45% o incluso al 65%, el dinero ahorrado sería de cuatro y seis millones de euros, respectivamente.
En cuanto a los prematuros, si aumentara el porcentaje de niños que toman leche materna -la de su propia madre o la de una donante-mientras están en la incubadora del 35% actual al 50%, Reino Unido ahorraría casi tres millones de euros todos los años. Y como estas, muchas más cifras: alrededor de 18 millones de euros se ahorrarían en tratamientos contra el cáncer de mama si la mitad de las mujeres que actualmente no amamantan dieran el pecho durante, al menos, seis meses.
No obstante, el estudio hace hincapié en que estos ahorros no dependerían de que hubiera más mujeres dando el pecho a sus hijos, sino de que las que lo hacen "aguanten" más tiempo amamantando. Es decir, no se trata de persuadir a las madres para que den el pecho a sus hijos nada más dar a luz, sino de apoyar a las que ya han elegido hacerlo para que sigan adelante con el proceso.
"Alrededor del 80% de los bebés son amamantados al menos una vez en Reino Unido", explica a EL MUNDO Rosemary Dodds, una de las autoras del estudio, "pero el problema es que muchas de ellas dejan de hacerlo durante las primeras semanas, a pesar de que al 80% les gustaría haber continuado con la lactancia", añade.
Dodds explica a este periódico los motivos que llevan a las madres a dejar de dar el pecho a sus hijos: "Las razones más comunes son que el niño no se agarre bien al pecho, que la madre crea que no tiene suficiente leche y que el proceso en sí les duela".
Desde UNICEF recuerdan que "prácticamente todas las madres pueden amamantar, si se les da el apoyo y los consejos adecuados", y recomiendan iniciar la lactancia en la primera hora de vida del bebé, para mantenerla como única forma de alimentación durante los seis meses siguientes. A partir de entonces, lo ideal sería hacer una lactancia mixta hasta que el niño cumpla dos años. Para dar a las mujeres el apoyo necesario durante este proceso que a veces puede resultar difícil, UNICEF ha puesto en marcha en el Reino Unido la iniciativa Baby friendly en el que se dan consejos a madres y personal médico.
Sin embargo, muchas veces las razones que llevan a una madre a tener que abandonar la lactancia van más allá de las incomodidades propias de dar el pecho. En ocasiones, el aspecto laboral y económico es determinante. En Reino Unido, por ejemplo, las madres pueden cogerse hasta un año de permiso por maternidad, pero no todas pueden permitírselo, porque sólo está pagado hasta la semana 39.
En cuanto a España, las madres pueden disfrutar de 16 semanas de permiso retribuido, y después pueden optar a un permiso de lactancia que dura hasta que el niño tenga nueve meses y que será de una hora al día (también pueden acumularse estas horas en días naturales que estarán fijados en el convenio colectivo de cada sector).
Los responsables del estudio hacen un llamamiento a las instituciones y las empresas para que apoyen activamente la lactancia de las madres. "El sistema de salud y el Gobierno podrían hacer mucho más. Además, las empresas deberían colaborar construyendo instalaciones y dando permisos a las madres", expresa Dodds en conversación con EL MUNDO.
Aunque reconocen que todo esto costaría dinero, sostienen que el beneficio retornaría por el lado sanitario. De hecho, según los investigadores, las cifras apuntadas serían más bien conservadoras, ya que las estimaciones que han utilizado para calcularlas son menores que el ahorro que se ha observado en otros países europeos.
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