El catedrático de la UGR, José Antonio López Nevot, analiza los aspectos menos conocidos del Gran Capitán, "magnífico diplomático", "hábil negociador" y "buen gobernante"
BELÉN RICO GRANADA
Gonzalo Fernández de Córdoba, más conocido como el Gran Capitán, no sólo es una figura crucial en la historia de España como genio militar, también fue "un magnífico diplomático", un "hábil negociador" y un "buen gobernante". Sobre estos y otros aspectos más desconocidos de su vida profundizó ayer José Antonio López de Nevot, catedrático de Historia del Derecho de la UGR. Él es el segundo ponente del ciclo de conferencias organizado por el Ayuntamiento de Granada con motivo del V centenario de su muerte en esta ciudad, que se celebra en 2015.
El comisario de la efeméride, César Girón, destaca que su "genio militar" fue tal que todavía es un personaje estudiado en las grandes escuelas militares de Alemania, Francia o América. Sus tácticas, aprendidas y puestas en práctica en la Guerra de Granada, le hicieron ser un absoluto revolucionario en el campo de batalla y anteponerse incluso al mismísimo Napoleón.
Pero López Nevot profundizó ayer en otras cuestiones de la vida del Gran Capitán: como regidor de la ciudad de Granada y como señor de vasallos en la Villa de Órgiva. "Tuvo también la tenencia y la alcaldía de Íllora y luego la de Loja. No hay que confundirlas con un señorío, se trata de dos oficios públicos que le encargaron los reyes, aunque tuviesen carácter vitalicio", puntualiza el catedrático.
Como regidor de Granada, nombrado mediante una real comisión el 11 de agosto de 1499, tomó posesión el 30 de agosto vestido con el hábito de caballero de la Orden de Santiago. "Aunque parezca paradójico, la dedicación del Gran Capitán a las tareas guerreras imposibilitaron que pudiera asistir a las reuniones del Ayuntamiento porque él se trasladó poco después a Italia para la conquista del reino de Nápoles. El Ayuntamiento, en consecuencia, no le pagó el salario y él se quejó a los Reyes Católicos, que ordenaron a la ciudad de Granada que abonase su salario de esos años, de 1499 a 1502", aclara.
Fernández de Córdoba tuvo una serie de regidores adeptos en el Ayuntamiento, que seguían sus directrices dentro del grupo de Caballeros 24 ante el corregidor. "Los regidores -que nunca fueron 24, por cierto- eran algo así como los concejales y el alcalde era más bien el corregidor, aunque las comparaciones son bastante inexactas. El Gran Capitán fue el noveno regidor de Granada", apuntilla el profesor.
El que fuera virrey de Nápoles tuvo bajo su responsabilidad toda la taha de Órgiva, una señoría que antes había sido concedida por los Reyes Católicos a Boabdil. Cuando este se marchó al norte de África, los monarcas recuperaron todas las Alpujarras y empezaron a hacer donaciones. Una de ellas, esta de Órgiva al Gran Capitán, que en esa época estaba habitada por musulmanes, como estuvo hasta bien entrado el XVI, explica el profesor, que destaca la importancia de los dos millones de maravedises con los que fue recompesando por los monarcas en 1508.
"Creo que con estas conferencias se repara la ausencia de Granada en otras conmemoraciones del Gran Capitán, la ciudad que eligió para morir", cuenta López Nevot sobre la deuda de la ciudad con esta figura, de la que han quedado restos como el monasterio de San Jerónimo, en donde estuvo enterrado. "Y si la calle Duquesa se llama así es por la Duquesa de Sessa, viuda del Gran Capitán", recuerda.
Para repasar estos y otros aspectos, el programa de actos que conmemoran esta efeméride en los próximos meses de marzo, abril y mayo recorrerá los lugares más emblemáticos de la ciudad ligados a su figura con una ruta guiada. Este itinerario hará especiales paradas en el Convento de las Carmelitas Descalzas, donde murió en 1515, en la calle Duquesa y San Jerónimo, y el monasterio del mismo nombre. La iglesia de San Jerónimo cuenta incluso con todo un programa iconográfico dedicado al propio Gran Capitán. Tal magnificencia tuvo esta iglesia que, unida a la fama y la popularidad internacional que el militar estaba cosechando en su época, llegó a despertar hasta los celos de Fernando El Católico, aunque "él no era un traidor" en opinión de López Nevot.
El ciclo de conferencias arrancó en febrero con la conferencia de José Enrique Ruiz-Domenec, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Barcelona, "el mayor especialista en Gran Capitán", en palabras de López Nevot. Y el ciclo, que se celebra en el Ayuntamiento de Granada y se prolongará hasta el 11 de junio, luego será recopilado en un libro. En los próximos meses, José Calvo Poyato Gloria Lora, José Luis Corral Lafuente o José Rodríguez Molina abordarán otras facetas del Gran Capitán en sus análisis. Además, José Calvo Poyato presentará una nueva novela histórica, que se centra en la figura del que fuera fundador de los tercios.
Además, como el Gran Capitán falleció el 2 de diciembre de 1515, en esa fecha está previsto que se celebre una misa en su recuerdo en San Jerónimo. Y el Festival Internacional de Música y Danza tendrá actividades en recuerdo del Gran Capitán y de su época, con lo que el 500 aniversario de la muerte del militar y político tendrá también su apartado musical.
"El Gran Capitán no sólo contribuyó a la conquista del Reino de Granada, también en las negociaciones con Boabdil -del que era muy amigo, hay que decirlo- que precedieron a las Capitulaciones, en las que él participó muy activamente junto a Hernando de Zafra, secretario de los Reyes Católicos. Ellos dos fueron los artífices por parte castellana de la negociación y él acompañó a Boabdil a África", cuenta el catedrático sobre este hombre, que "cuando era necesario era un estratega genial, tanto como para ser el creador del ejército moderno. Y cuando era necesario negociar, era un excelente diplomático, como también demostró en Italia"
El comisario de la efeméride, César Girón, destaca que su "genio militar" fue tal que todavía es un personaje estudiado en las grandes escuelas militares de Alemania, Francia o América. Sus tácticas, aprendidas y puestas en práctica en la Guerra de Granada, le hicieron ser un absoluto revolucionario en el campo de batalla y anteponerse incluso al mismísimo Napoleón.
Pero López Nevot profundizó ayer en otras cuestiones de la vida del Gran Capitán: como regidor de la ciudad de Granada y como señor de vasallos en la Villa de Órgiva. "Tuvo también la tenencia y la alcaldía de Íllora y luego la de Loja. No hay que confundirlas con un señorío, se trata de dos oficios públicos que le encargaron los reyes, aunque tuviesen carácter vitalicio", puntualiza el catedrático.
Como regidor de Granada, nombrado mediante una real comisión el 11 de agosto de 1499, tomó posesión el 30 de agosto vestido con el hábito de caballero de la Orden de Santiago. "Aunque parezca paradójico, la dedicación del Gran Capitán a las tareas guerreras imposibilitaron que pudiera asistir a las reuniones del Ayuntamiento porque él se trasladó poco después a Italia para la conquista del reino de Nápoles. El Ayuntamiento, en consecuencia, no le pagó el salario y él se quejó a los Reyes Católicos, que ordenaron a la ciudad de Granada que abonase su salario de esos años, de 1499 a 1502", aclara.
Fernández de Córdoba tuvo una serie de regidores adeptos en el Ayuntamiento, que seguían sus directrices dentro del grupo de Caballeros 24 ante el corregidor. "Los regidores -que nunca fueron 24, por cierto- eran algo así como los concejales y el alcalde era más bien el corregidor, aunque las comparaciones son bastante inexactas. El Gran Capitán fue el noveno regidor de Granada", apuntilla el profesor.
El que fuera virrey de Nápoles tuvo bajo su responsabilidad toda la taha de Órgiva, una señoría que antes había sido concedida por los Reyes Católicos a Boabdil. Cuando este se marchó al norte de África, los monarcas recuperaron todas las Alpujarras y empezaron a hacer donaciones. Una de ellas, esta de Órgiva al Gran Capitán, que en esa época estaba habitada por musulmanes, como estuvo hasta bien entrado el XVI, explica el profesor, que destaca la importancia de los dos millones de maravedises con los que fue recompesando por los monarcas en 1508.
"Creo que con estas conferencias se repara la ausencia de Granada en otras conmemoraciones del Gran Capitán, la ciudad que eligió para morir", cuenta López Nevot sobre la deuda de la ciudad con esta figura, de la que han quedado restos como el monasterio de San Jerónimo, en donde estuvo enterrado. "Y si la calle Duquesa se llama así es por la Duquesa de Sessa, viuda del Gran Capitán", recuerda.
Para repasar estos y otros aspectos, el programa de actos que conmemoran esta efeméride en los próximos meses de marzo, abril y mayo recorrerá los lugares más emblemáticos de la ciudad ligados a su figura con una ruta guiada. Este itinerario hará especiales paradas en el Convento de las Carmelitas Descalzas, donde murió en 1515, en la calle Duquesa y San Jerónimo, y el monasterio del mismo nombre. La iglesia de San Jerónimo cuenta incluso con todo un programa iconográfico dedicado al propio Gran Capitán. Tal magnificencia tuvo esta iglesia que, unida a la fama y la popularidad internacional que el militar estaba cosechando en su época, llegó a despertar hasta los celos de Fernando El Católico, aunque "él no era un traidor" en opinión de López Nevot.
El ciclo de conferencias arrancó en febrero con la conferencia de José Enrique Ruiz-Domenec, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Barcelona, "el mayor especialista en Gran Capitán", en palabras de López Nevot. Y el ciclo, que se celebra en el Ayuntamiento de Granada y se prolongará hasta el 11 de junio, luego será recopilado en un libro. En los próximos meses, José Calvo Poyato Gloria Lora, José Luis Corral Lafuente o José Rodríguez Molina abordarán otras facetas del Gran Capitán en sus análisis. Además, José Calvo Poyato presentará una nueva novela histórica, que se centra en la figura del que fuera fundador de los tercios.
Además, como el Gran Capitán falleció el 2 de diciembre de 1515, en esa fecha está previsto que se celebre una misa en su recuerdo en San Jerónimo. Y el Festival Internacional de Música y Danza tendrá actividades en recuerdo del Gran Capitán y de su época, con lo que el 500 aniversario de la muerte del militar y político tendrá también su apartado musical.
"El Gran Capitán no sólo contribuyó a la conquista del Reino de Granada, también en las negociaciones con Boabdil -del que era muy amigo, hay que decirlo- que precedieron a las Capitulaciones, en las que él participó muy activamente junto a Hernando de Zafra, secretario de los Reyes Católicos. Ellos dos fueron los artífices por parte castellana de la negociación y él acompañó a Boabdil a África", cuenta el catedrático sobre este hombre, que "cuando era necesario era un estratega genial, tanto como para ser el creador del ejército moderno. Y cuando era necesario negociar, era un excelente diplomático, como también demostró en Italia"
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