Hay muchas mujeres que bien por coquetería o falta de tiempo, acuden al gimnasio perfectamente maquilladas. El resultado suele ser desastroso y no nos referimos solo a una cuestión estética (chorretones de cosméticos por toda la cara); los expertos aseguran que la pintura cosmética tapona los poros, impidiendo que la piel respire y se oxigene correctamente. Si a eso le sumamos que cuando hacemos deporte sudamos, las consecuencias pueden ser bastante desagradables.
El ejercicio físico favorece que las glándulas de sudoración se pongan en marcha para equilibrar la temperatura corporal, y provocan que los canales de la epidermis se dilaten, volviendo a la piel más sensible a las condiciones externas.
Cualquier compuesto artificial que cubra los poros impedirá que ese proceso se desarrolle con normalidad llegando incluso a provocar obstrucciones. Las infecciones, la aparición de acné y otros problemas cutáneos como la foliculitis nos hacen entrar en una ruleta rusa en la que las imperfecciones y las pieles irritables son una realidad.
Por ese motivo, la recomendación de los médicos es clara, debemos acudir a hacer deporte con la piel limpia, preferiblemente sin cremas ni complementos que puedan obstaculizar el trabajo interno del cuerpo durante el ejercicio.
- Fuente: Universia España
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