Se centrará en el diagnóstico y prevención de los tumores de mama, ovario y colon Este año ya han realizado 40 cirugías para evitar el desarrollo de la enfermedad por mutaciones genéticas
S. VALLEJO GRANADA
Angelina Jolie se convirtió en noticia mundial en 2013 cuando anunció que se había sometido a una intervención quirúrgica para extirparse las mamas de forma preventiva ante su riesgo de sufrir cáncer. Poco tiempo después se sometió también a otra cirugía para extirpar los ovarios y las trompas de falopio para prevenir también el tumor en esta zona. Había descubierto, por sus antecedentes familiares (su abuela, su tía y su madre habían fallecido de cáncer), que era portadora de las mutaciones genéticas BRCA1 y BRCA2, que elevan el riesgo de padecer cáncer de mama y de ovario.
Este caso tan mediático ha ayudado a los profesionales a aumentar la concienciación sobre la prevención de este tipo de tumores de origen genético ya que el tratamiento preventivo al que se sometió la actriz es la forma de evitar la aparición del tumor en estos casos, que aunque suponen el 5% del total del cáncer, una vez aparecida la alteración el riesgo de desarrollar el tumor se multiplica. De hecho, para la población general, 12 de cada 100 mujeres desarrollarán cáncer de mama a lo largo de su vida mientras que entre las portadoras de esta mutación genética, el riesgo sube a una de cada dos.
Ante esta realidad, identificar a las mujeres con esta mutación genética para ayudar a prevenir la enfermedad es un reto médico para reducir la incidencia de este tipo de tumores, mejorar su pronóstico y por tanto la salud y esperanza de vida de las afectadas. Para conocer la existencia de esa mutación la herramienta fundamental es el estudio genético que revele esa alteración y por tanto el riesgo.
El aumento de la demanda por someterse a este consejo ha aumentado en los últimos años. También en Granada, que este año hasta agosto ha atendido por consejo genético a 160 mujeres, más que en todo 2014. Un incremento de actividad que va a hacer que los hospitales cuenten en breve con una consulta propia de consejo genético oncológico, que se centrará en los tumores de mama, ovario y colon. Así lo anunció ayer el director de la Unidad de Ginecología Oncológica de los hospitales de Granada, Salomón Menjón, durante la presentación de unas jornadas científicas sobre los aspectos genéticos en cáncer de mama y ovario que se celebran en Granada y en la que participan profesionales de 16 hospitales del país.
Con el consejo genético, según el doctor Menjón, lo que se hace primero es "detectar la posibilidad de mutación genética en un paciente". Pero no a todos los pacientes o mujeres que quieran saber su riesgo porque sí. Hay unos aspectos de cribado que son los que indican que puede haber un fondo genético por alteración del BRCA1 y BRCA2: fundamentalmente tener antecedentes familiares, la aparición de casos en personas jóvenes o el diagnóstico en una misma persona de cáncer de mama y ovario.
Cuando se detecta la alteración, y por tanto el aumento del riesgo de sufrir el tumor, existen varias posibilidades, como es el seguimiento de un tratamiento farmacológico, la cirugía (para la extirpación de mamas, ovario y trompas) y el cambio de los estilos de vida, que también influyen en el desarrollo del cáncer aunque no cambian la genética.
"Lo que más protege es la extirpación de ovarios y trompas lo antes posible, si puede ser antes de los 35 años. Con la extirpación de la mama disminuyes tejido y por tanto posibilidades, pero como hay tejidos que se extienden, el riesgo no se baja a 0", explicó Menjón, que aclaró que "cuando sabes que un paciente tiene mutación tienes más capacidad de adelantarte a los acontecimientos con tratamientos preventivos o seguimiento del paciente".
De los 160 consejos realizados este año hasta agosto, se han realizado unas 40 operaciones preventivas de extirpación de mama o de ovario y trompas.
Este caso tan mediático ha ayudado a los profesionales a aumentar la concienciación sobre la prevención de este tipo de tumores de origen genético ya que el tratamiento preventivo al que se sometió la actriz es la forma de evitar la aparición del tumor en estos casos, que aunque suponen el 5% del total del cáncer, una vez aparecida la alteración el riesgo de desarrollar el tumor se multiplica. De hecho, para la población general, 12 de cada 100 mujeres desarrollarán cáncer de mama a lo largo de su vida mientras que entre las portadoras de esta mutación genética, el riesgo sube a una de cada dos.
Ante esta realidad, identificar a las mujeres con esta mutación genética para ayudar a prevenir la enfermedad es un reto médico para reducir la incidencia de este tipo de tumores, mejorar su pronóstico y por tanto la salud y esperanza de vida de las afectadas. Para conocer la existencia de esa mutación la herramienta fundamental es el estudio genético que revele esa alteración y por tanto el riesgo.
El aumento de la demanda por someterse a este consejo ha aumentado en los últimos años. También en Granada, que este año hasta agosto ha atendido por consejo genético a 160 mujeres, más que en todo 2014. Un incremento de actividad que va a hacer que los hospitales cuenten en breve con una consulta propia de consejo genético oncológico, que se centrará en los tumores de mama, ovario y colon. Así lo anunció ayer el director de la Unidad de Ginecología Oncológica de los hospitales de Granada, Salomón Menjón, durante la presentación de unas jornadas científicas sobre los aspectos genéticos en cáncer de mama y ovario que se celebran en Granada y en la que participan profesionales de 16 hospitales del país.
Con el consejo genético, según el doctor Menjón, lo que se hace primero es "detectar la posibilidad de mutación genética en un paciente". Pero no a todos los pacientes o mujeres que quieran saber su riesgo porque sí. Hay unos aspectos de cribado que son los que indican que puede haber un fondo genético por alteración del BRCA1 y BRCA2: fundamentalmente tener antecedentes familiares, la aparición de casos en personas jóvenes o el diagnóstico en una misma persona de cáncer de mama y ovario.
Cuando se detecta la alteración, y por tanto el aumento del riesgo de sufrir el tumor, existen varias posibilidades, como es el seguimiento de un tratamiento farmacológico, la cirugía (para la extirpación de mamas, ovario y trompas) y el cambio de los estilos de vida, que también influyen en el desarrollo del cáncer aunque no cambian la genética.
"Lo que más protege es la extirpación de ovarios y trompas lo antes posible, si puede ser antes de los 35 años. Con la extirpación de la mama disminuyes tejido y por tanto posibilidades, pero como hay tejidos que se extienden, el riesgo no se baja a 0", explicó Menjón, que aclaró que "cuando sabes que un paciente tiene mutación tienes más capacidad de adelantarte a los acontecimientos con tratamientos preventivos o seguimiento del paciente".
De los 160 consejos realizados este año hasta agosto, se han realizado unas 40 operaciones preventivas de extirpación de mama o de ovario y trompas.
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