Un tiempo a todas luces anormal y que nos deja preocupados por la predicción del más universal de los refranes meteorológicos: A snow year, a rich year (inglés), Année neigeuse, année fructueuse (francés), Schnee Jahr-reich Jahr (alemán), que sería nuestro: Año de nieves, año de bienes. Y no solo nieves, porque En no lloviendo en Nochebuena, no hay sementera buena; el agua de lluvia (o de nieve) es vital para que la simiente se agarre a la tierra. Tenemos todo un año por delante para comprobar la veracidad de estas sentencias populares, deseando, en esta ocasión, que se equivoquen. Aunque pensándolo bien, y como guiño a la familia política de la que hemos sobrevivido estas navidades, el refranero popular también se equivoca seguro y es falso lo de Amor de yerno, como el calor del sol en invierno, o no.
Además, recordando No te fíes de niebla ni de promesa de suegra, nos encontramos con un fenómeno difícil de pronosticar propio de enero y febrero. Nos referimos a la niebla, no a la suegra, porque la primera no es más que aire saturado de vapor de agua que condensa cuando se alcanza el punto de rocío o temperatura a la que debe ser enfriada, a presión constante, una masa de aire para que resulte saturada. Lamentamos no disponer de una definición científica de la segunda que explique el comportamiento de su querida madre política. Las nieblas aparecen siempre que el suelo se enfría mucho por la noche y enfría a su vez la capa de aire húmedo más próxima a él, en el que, además, deben existir núcleos de condensación como motas de polvo o partículas de humo que sirven de soporte a las gotas de agua condensada. También surgen cuando una masa de aire cálido se desplaza sobre un terreno frío o una corriente oceánica gélida.
Para desvanecer el tozudo anticiclón necesitamos que lleguen las borrascas, con sus lluvias y, sobre todo, con sus vientos... el movimiento del aire es el peor enemigo de la niebla. Y aire en movimiento hace funcionar al matasuegras, por cierto. Pero tengamos la fiesta en paz, que hoy es la cabalgata de reyes, y Por los Reyes, conocen el día hasta los bueyes. Este refrán nos recuerda que a partir del solsticio de invierno cada día es un poco más largo (o la simetría de los días de otoño e invierno) y desde principios de enero es evidente que amanece antes y que el sol nos acompaña más tiempo por la tarde.
La primera lluvia de estrella de 2016 viene con los Reyes. Son las Cuadrántidas y se pueden observar hasta el 12 de enero, aunque su apogeo fue esta noche pasada. Son noches espectaculares, aunque las nubes, precisamente ahora, no nos están permitiendo disfrutarlas. La estela del polvo cósmico que hace llover estrellas por estas fechas se presume que es el asteroide 2003 EH o antiguo cometa C/1490 Y1... ¿sería la estrella de Belén? Ya Isaac Asimov en su ensayoLa estrella de Belén examina varias alternativas tratando de buscar un fenómeno astronómico real que explique la narración de San Mateo. Estás alternativas se han reconsiderado y ampliado: un cometa, una supernova, meteoritos, un planeta o una conjunción de planetas. Ya lo comentamos hace un año en nuestra Ciencia Abierta (La larga cola de la estrella de Belén, 6-1-2015).
¿Han escrito ya su carta? No olviden que En enero, bufanda, capa y sombrero o Seda en enero, fantasía o poco dinero si aún están a tiempo de pedir alguna prenda de ropa. La seda, aunque preciosa, no retiene el calor corporal y éste será radiado libremente al exterior. En cambio una prenda de abrigo ofrece un blindaje térmico que, pese a que se produzca esta radiación, hace que rebote la mayor parte posible al cuerpo. La parte interior de la ropa está a la temperatura del cuerpo, la exterior a la temperatura ambiente, por lo que existe un gradiente térmico que dependiendo del tipo de material permitirá en mayor o menor medida que la energía escape a través de la ropa. Con este invierno tan atípico, elijan ustedes. ¿Cómo saludaremos a sus majestades? Porque En las mañanas de enero, ni se dan los buenos días ni se quitan los sombreros, especialmente si enero se comporta como se espera y en una situación anticiclónica, con poco movimiento de aire, se registra una dura helada acompañada de una densa niebla que nos haga perder los buenos modales.
Y como colofón a estos días tan entrañables aún nos queda el almuerzo de mañana. Permítannos una sugerencia más: De enero a enero, besugo quiero. O cualquier otro tipo de pez de agua fría, como salmón, caballa, sardina... Son pescados con alto contenido en grasa, adaptados al medio, y aportan muchas proteínas, ácidos grasos omega-3 y energía. Aunque si prefieren carne mejor que pescado, pase por el gallinero pues Si el villano supiera el sabor de la gallina en enero, no dejaría ninguna en el pollero. Las aves también están más ricas en invierno, se han estado alimentando todo el otoño para llegar con un poco más de grasa a los meses fríos para pasarlos mejor. Harán mejor caldo o puchero, por supuesto con Brezas de enero que saben a cordero, pues son antioxidantes y antiinflamatorias todas las coles y repollos, las hortalizas reinas del invierno.
Para apoyar el bilingüismo de todos nuestros centros educativos acabamos, cada vez más cerca la primavera, con esta predicción que aventura un sabio refrán británico: If Candlemas Day be mild and gay, go saddle your horses and buy them hay; if Candlemas Day be stormy and black, it carries the winter away on its back (Nota: Candlemas Day es el día de la Candelaria, 2 de Febrero). Se nos fue 2015 sin mes de diciembre, como las Primaveras que nunca se terminaron de ir.
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