El Consejo Audiovisual de Andalucía publica una guía sobre el tratamiento informativo de la violencia de género
YENALIA HUERTAS GRANADA
A la hora de informar sobre violencia machista, el periodista debe tener una serie de cautelas que son fundamentales para ofrecer una información correcta, respetuosa y comprometida, aparte de veraz. Las noticias sobre esta lacra social requieren de un especial cuidado para no justificar acciones, rozar el morbo o herir sensibilidades. Para alejar a los periodistas de las malas prácticas en este ámbito, el Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA) ha editado la Guía para el Tratamiento Informativo de la Violencia de Género, quereúne útiles consejos para elaborar las noticias relacionadas con este fenómeno.
No difundir rumores, no mostrar las armas o la sangre, no reconstruir los hechos, no transmitir detalles escabrosos, hacer un seguimiento judicial del caso, tratar con extremo cuidado los datos de los menores, proteger la intimidad y el honor de la víctima, o informar con contundencia de la respuesta penal que se da a un maltratador son algunos de los consejos que ofrece.
La guía, como señala en su parte introductoria, surgió de la necesidad de preservar el derecho constitucional a la libertad de información que, en el caso del tratamiento informativo de la violencia de género, ha de conciliarse con la responsabilidad y las obligaciones que nuestra legislación requiere a los medios y a los periodistas.
Como explicó ayer en rueda de prensa, el consejero del CAA Eduardo Castro, el documento "es el resultado de un exhaustivo análisis y de la actualización de los códigos deontológicos y de las recomendaciones existentes en España sobre la materia", así como de las resoluciones e informes elaborados por el CAA sobre casos prácticos de intervención.
En su elaboración, han participado los integrantes del Grupo de Trabajo de Igualdad de la CAA, que son: el Colegio de Periodistas de Andalucía, RTVA, RTVE-Andalucía, la red de televisiones locales Acutel, la Fiscalía de Violencia contra la Mujer de Andalucía y la Subdirección de Audiovisual de la CNMC, que es el regulador audiovisual de ámbito estatal. También han intervenido la directora general de Violencia de Género de la Junta, María Ángeles Sepúlveda, las portavoces parlamentarias de los cinco grupos del Parlamento andaluz, representantes sindicales del ámbito judicial y académico, y el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM).
"Se trata de un manual de consulta con recomendaciones breves y prácticas dirigidas a los periodistas con objeto de desterrar malas prácticas informativas", señaló Castro sobre la guía, que se divide en dos partes: El problema y La noticia.
La primera parte se centra en "la relevancia de contextualizar de forma adecuada la elaboración de las noticias sobre la violencia machista", recordando las obligaciones previstas en la ley para los medios, el deber de contribuir a erradicarla y de concienciar a la sociedad. "Estas informaciones son complejas, pero deben evitarse rutinas periodísticas que conducen a tratar cada caso como hechos aislados o como sucesos", apuntó, Castro, que instó a llamar a la violencia de género violencia machista o sexista pero no doméstica, ni usar expresiones como "crimen pasional", y a contrastar la información con fuentes autorizadas y expertas.
La segunda parte, titulada La noticia, consta de una serie de recomendaciones para hacer la información de forma adecuada, entre las que está no frivolizar ni banalizar la información; evitar inercias que pueden terminar por insensibilizar a la audiencia; huir del sensacionalismo y, sobre todo, evitar difundir entrevistas de allegados que fomenten una imagen neutra del maltratador. Un criminal no es una buena persona. "No hay que buscar causas ajenas al machismo", sentenció Castro, a la vez que invitó a recabar testimonios de fuentes expertas en lugar de declaraciones de vecinos.
Por su parte, la secretaria del Sindicato de Periodistas de Andalucía (SPA), Lola Fernández, enfatizó la necesidad de incidir, por parte de los profesionales de la información y las empresas periodísticas, "en atajar una de las lacras más duras y más invisibles que existen en estos momentos". Ensalzó que la violencia machista es la manifestación más clara de la desigualdad y opinó, como periodista y representante del SPA, que "es preciso reprender algunas prácticas profesionales promoviendo una cobertura inclusiva, basada en el respeto de los derechos humanos y tratando la violencia de género como lo que es: una cuestión pública, un problema de Estado".
Los informadores no deben perder de vista que "una mujer víctima de violencia machista no muere, la matan", recordó la periodista Estrella Piné, que también acudió al acto en representación del Colegio de Periodistas de Andalucía. Piné coincidió con Fernández en la necesidad de "interiorizar" los consejos que contienen guías como la del CAA.
"Nosotros somos los ojos de la gente, y somos los que tenemos que decir a la gente lo que está pasando. Es importantísimo el compromiso que tienen los medios y los periodistas como servicio social", concluyó Fernández.
No difundir rumores, no mostrar las armas o la sangre, no reconstruir los hechos, no transmitir detalles escabrosos, hacer un seguimiento judicial del caso, tratar con extremo cuidado los datos de los menores, proteger la intimidad y el honor de la víctima, o informar con contundencia de la respuesta penal que se da a un maltratador son algunos de los consejos que ofrece.
La guía, como señala en su parte introductoria, surgió de la necesidad de preservar el derecho constitucional a la libertad de información que, en el caso del tratamiento informativo de la violencia de género, ha de conciliarse con la responsabilidad y las obligaciones que nuestra legislación requiere a los medios y a los periodistas.
Como explicó ayer en rueda de prensa, el consejero del CAA Eduardo Castro, el documento "es el resultado de un exhaustivo análisis y de la actualización de los códigos deontológicos y de las recomendaciones existentes en España sobre la materia", así como de las resoluciones e informes elaborados por el CAA sobre casos prácticos de intervención.
En su elaboración, han participado los integrantes del Grupo de Trabajo de Igualdad de la CAA, que son: el Colegio de Periodistas de Andalucía, RTVA, RTVE-Andalucía, la red de televisiones locales Acutel, la Fiscalía de Violencia contra la Mujer de Andalucía y la Subdirección de Audiovisual de la CNMC, que es el regulador audiovisual de ámbito estatal. También han intervenido la directora general de Violencia de Género de la Junta, María Ángeles Sepúlveda, las portavoces parlamentarias de los cinco grupos del Parlamento andaluz, representantes sindicales del ámbito judicial y académico, y el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM).
"Se trata de un manual de consulta con recomendaciones breves y prácticas dirigidas a los periodistas con objeto de desterrar malas prácticas informativas", señaló Castro sobre la guía, que se divide en dos partes: El problema y La noticia.
La primera parte se centra en "la relevancia de contextualizar de forma adecuada la elaboración de las noticias sobre la violencia machista", recordando las obligaciones previstas en la ley para los medios, el deber de contribuir a erradicarla y de concienciar a la sociedad. "Estas informaciones son complejas, pero deben evitarse rutinas periodísticas que conducen a tratar cada caso como hechos aislados o como sucesos", apuntó, Castro, que instó a llamar a la violencia de género violencia machista o sexista pero no doméstica, ni usar expresiones como "crimen pasional", y a contrastar la información con fuentes autorizadas y expertas.
La segunda parte, titulada La noticia, consta de una serie de recomendaciones para hacer la información de forma adecuada, entre las que está no frivolizar ni banalizar la información; evitar inercias que pueden terminar por insensibilizar a la audiencia; huir del sensacionalismo y, sobre todo, evitar difundir entrevistas de allegados que fomenten una imagen neutra del maltratador. Un criminal no es una buena persona. "No hay que buscar causas ajenas al machismo", sentenció Castro, a la vez que invitó a recabar testimonios de fuentes expertas en lugar de declaraciones de vecinos.
Por su parte, la secretaria del Sindicato de Periodistas de Andalucía (SPA), Lola Fernández, enfatizó la necesidad de incidir, por parte de los profesionales de la información y las empresas periodísticas, "en atajar una de las lacras más duras y más invisibles que existen en estos momentos". Ensalzó que la violencia machista es la manifestación más clara de la desigualdad y opinó, como periodista y representante del SPA, que "es preciso reprender algunas prácticas profesionales promoviendo una cobertura inclusiva, basada en el respeto de los derechos humanos y tratando la violencia de género como lo que es: una cuestión pública, un problema de Estado".
Los informadores no deben perder de vista que "una mujer víctima de violencia machista no muere, la matan", recordó la periodista Estrella Piné, que también acudió al acto en representación del Colegio de Periodistas de Andalucía. Piné coincidió con Fernández en la necesidad de "interiorizar" los consejos que contienen guías como la del CAA.
"Nosotros somos los ojos de la gente, y somos los que tenemos que decir a la gente lo que está pasando. Es importantísimo el compromiso que tienen los medios y los periodistas como servicio social", concluyó Fernández.
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