"Donar es el mayor regalo que se puede hacer" |
-Oficio de Héroe es el título de su libro. Es la historia de un joven, Luis, cinco veces trasplantado, ¿quiénes son sus héroes?
-Héroe es la madre de Luis, que viendo que su hijo se apaga, sin saber el motivo, en los años 80 se fue desde Chiclana hasta Sevilla para buscar una solución. Héroe es la enfermera de diálisis, Charo, que no tiene suficiente con hacer de su profesión su vida. Cada verano, durante sus vacaciones, Charo se llevaba a niños en diálisis para que sus padres pudieran descansar.
-Son personas anónimas. Los auténticos héroes.
-Héroe es el doctor Soto que, a pesar de las complicaciones y de tener tanto en contra, no se quedó con la decisión fácil, sino que decidió abrir por quinta vez a Luis para ponerle un nuevo riñón y alejarlo de la máquina de diálisis. Héroe es el hermano de Luis que, con mujer y dos hijas pequeñas, lo tuvo claro y le donó un riñón. Hay muchos héroes que ganan cada día la batalla de hacer un poco mejor la vida de los que lo tienen más difícil. En este libro le pongo nombre a mucho de ellos.
-¿Cómo encontró al protagonista de su libro?
-Fue él quien me encontró a mí. El tío de mi mejor amiga de la infancia estuvo muchos años en diálisis, cuando esta terapia era casi desconocida. En aquellos años, la diálisis tenía mala fama. Le veía llegar cansado, con su piel siempre amarilla, tan característica de los enfermos renales. Se marchó después de mucho sufrimiento. Treinta años después, el primo de esta amiga, que también está en diálisis, me contó el caso de Luis. Me dijo que Luis me necesitaba para contar su historia. La propuesta sólo podía tener una respuesta.
-Y comenzó el proyecto: Oficio de Héroe. ¿Qué le cautivó de Luis?
-Se lo puse muy difícil al principio. Primero porque le tengo mucho respeto al trabajo de escritor. Soy periodista y trabajo desde hace mucho años en televisión. Aunque la escritura está dentro de mí día a día, no así la dinámica para escribir un libro. Además, cuando me llegó la propuesta yo estaba ya trabajando en Madrid, en el programa Equipo de Investigación de La Sexta, un espacio que exige mucho y que me deja muy poco tiempo libre. Pedí muchas cosas a Luis para descubrir cómo de comprometido estaba con el proyecto.
-¿Hasta dónde llegó?
-Le pedí un listado de sus médicos de niño y el compromiso de que quisieran colaborar, de sus médicos actuales, de sus enfermeros de diálisis, incluso de profesores de la infancia... De toda persona que hubiera tenido algún papel en su vida.
-Una vida en 248 páginas.
-Cuando vas conociendo a Luis, su entrega, sus ganas, su fuerza a pesar de todo, te atrapa. Ahora casi hablo más con él a diario que con mi familia.
-En algún párrafo he leído que no pudo renunciar al encargo, ¿por qué?
-Mi padre es enfermo renal. Entre mi historia y la de Luis, salvando las diferencias, se pueden encontrar paralelismos. En la lucha de su madre veo a la mía que, sin saber de medicina, se convirtió casi de la noche a la mañana en enfermera. En el sufrimiento y los miedos de Luis recuerdo los de mi padre.
-También se trasplantó.
- Mi padre recibió un órgano de una persona anónima. Una familia que dijo sí a la donación y sacó a mi padre de la dureza de vivir atado a una máquina. No sólo le sacó a él, nos sacó a toda la familia de lo que significa vivir dependiendo de la diálisis. Siempre he sentido que estoy en deuda con la sociedad. Soy donante de órganos y de médula. Además, mi libro es la forma de devolver, aunque sea mínimamente, lo que he tenido la suerte de recibir.
-¿Qué le sugiere la palabra donar?
-Donar es algo demasiado grande para explicarlo en palabras. Donar es entregar; donar es dar vida. Es dar una nueva oportunidad a otra persona y a su familia. Donar es devolver lo que la sociedad de otra forma te ha dado. Donar es un acto que puede parecer altruista, pero en el que recibes tanto como das. ¿Puede haber más satisfacción que saber que otra persona sigue adelante gracias a ti? Donar es el mayor regalo que se puede hacer.
-¿Y la palabra trasplante?
-Uno de los grandes milagros de la ciencia y la medicina.
-Ha sido madre recientemente, ¿cuáles serán las primeras enseñanzas para su hija?
-Mar tiene nueve meses, los mismos que he invertido en escribir este libro. No hubiera sido igual si Mar no hubiera estado creciendo en mi interior. Uno de lo motivos que me hacía seguir, a pesar de las hipotensiones y las náuseas de los primeros meses o del cansancio y los ardores de los últimos, era enseñarle a mi hija exactamente eso, que en la vida los esfuerzos dan recompensa. Hay quien sufre en lo pequeño y quien es feliz, a pesar de padecimientos grandes. Esa es la clave de la felicidad, saber afrontar la vida desde la óptica más positiva. Todo esto querría trasmitirle.
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