Estas preguntas irán marcando los hitos de la relación.
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En una relación a veces viene bien algún que otro roce para mantener viva la llama, pero cuando se trata de dinero, es mejor ir con cuidado. Hablar de temas económicos no es romántico, que digamos, pero tampoco lo es discutir sobre ello.
Así que, para saber si tu pareja está en la misma onda en temas de dinero, conviene hacer estas preguntas en los momentos clave de la relación.
En la tercera cita: "¿Cuáles son tus valores morales?"
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Las primeras citas son para conocer a la otra persona, ver si hay una conexión... Para tratar temas serios, como el matrimonio y los hijos, es bueno dejarlo para más adelante; lo mismo pasa con el dinero.
No se puede preguntar sobre dinero de buenas a primeras. En vez de eso, hay que observar cómo se comporta la otra persona.
"¿Hace cosas irracionales o impulsivas?", plantea Reshell Smith, fundadora de Ames Financial Solutions en Orlando (Florida, EE UU) y asesora financiera certificada. "También creo que la actitud de las personas respecto al dinero viene de familia. Al hablar sobre tu familia, tus padres y sobre cómo te criaron, te haces una idea".
Según Erin Voisin, también asesora financiera y directora de la asesoría financiera de EP Wealth Advisors en California, sacar el tema de la lotería sirve para romper el hielo. "Pregúntale: '¿Qué harías si te tocase la lotería?'. Creo que eso dice mucho de una persona", comenta.
Por ejemplo, ¿donaría parte del dinero a la caridad? ¿Invertiría en propiedades? ¿Se lo fundiría en coches y fiestas? La respuesta podría ser suficiente para saber si la cuarta cita merece tu tiempo.
Cuando la cosa se formaliza: "¿En qué situación está la economía de cada uno?"
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Cada relación va a su ritmo: uno puede decir "te quiero" a los tres meses o esperar siete años para oficializar la relación. Sea cual sea el significado que se le dé a "serio", también es recomendable asegurarse de tener una conversación sobre la situación económica actual.
"Hablar sobre los éxitos y fracasos económicos es importante", recalca Voisin. Ella recomienda compartir con la pareja los mayores logros, así como los mayores errores que se han cometido respecto al dinero; esto puede servir como punto de partida para ahondar en la situación económica del otro.
"Definitivamente, es necesario abordar el tema del crédito", apunta Smith. La experta señala que si algún día dos personas quieren vivir juntas en una casa o apartamento (veremos más a continuación), la calificación crediticia saldrá inevitablemente a la luz, así que es mejor poner las cartas sobre la mesa cuanto antes.
De hecho, cuanto más transparente sea el uno con el otro respecto a los ahorros, deudas y solidez financiera en general, mejor sabrá cómo será su futuro como pareja y qué papel tendrá cada uno dentro de ella.
Cuando os vais a vivir juntos: "¿Qué es tuyo, qué es mío y qué es nuestro?"
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Normalmente, la fase de vivir juntos es la prueba definitiva de una relación: esas rarezas tan monas se pueden convertir en costumbres irritantes. Al final, es más difícil tener tiempo para uno mismo y, de repente, lo compartes todo.
Saber llevar este momento de la relación requiere muchísimo esfuerzo. ¿Qué te quedas? ¿Qué vendes, tiras o donas para que esa nueva persona en tu vida tenga más espacio? "Si cada uno vive en su casa, lo más probable es que haya dos lavadoras, dos secadoras, dos teles... Son cosas que se pueden vender para conseguir dinero para casarse o para saldar algunas deudas", argumenta Smith.
Según Voisin, si los dos están de acuerdo, abrir una cuenta corriente conjunta puede servirles para acostumbrarse a administrar el dinero como pareja. Además, eso les empuja a hablar sobre cómo van a distribuirlo: "¿Están de acuerdo en ahorrar cierta cantidad de dinero y el resto gastarlo en lo que quieran? ¿O deberían poner algo más en la cuenta conjunta y si algo va mal se dividen los ahorros al 50%?".
Además, hay que tener en cuenta una posibilidad más: ¿qué pasa con los bienes compartidos si esas dos personas rompen? Este puede ser un tema difícil de plantear, pero sería mucho más duro hacerlo cuando ya no fueran pareja.
Al prometerse: "¿Cómo imaginamos nuestro futuro juntos?"
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Prometerse significa que los dos están dispuestos a cuidar el uno del otro, lo que quiere decir que las conversaciones sobre dinero ya no son sobre el presente, sino de lo que quieren para el futuro. Es hora de plantear cuántos hijos van a tener, si quieren tenerlos, y de cuánto dinero necesitarán en la pensión de jubilación.
Aunque hablar sobre un futuro juntos puede ser fascinante, no se debe olvidar el asunto del seguro de vida, recuerda Voisin. Si ocurre lo peor, ¿cómo queda garantizado que el cónyuge que sobreviva tiene la ayuda financiera necesaria? "Se garantiza asegurándonos de que la otra persona tiene suficiente y hablando sobre lo que realmente significa 'encargarse de alguien", responde.
Naturalmente, el matrimonio no es para todo el mundo, pero las parejas que siguen juntas por un largo plazo tienen las mismas preocupaciones y necesidades económicas. Así que, si uno cree que su pareja es el amor de su vida sigue siendo importante tener esa conversación, incluso si no se quiere pasar por el altar.
A la hora de crear una familia: "¿A qué colegio irán nuestros hijos?"
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Cuando hay hijos de por medio, la vida gira en torno a ellos y a su educación. Por ejemplo: ¿necesitarás a alguien que cuide de los niños o alguno de los dos dejará el trabajo para cuidar de la familia? Si vives en un barrio donde los colegios públicos no son muy buenos, ¿tendrás que ahorrar para pagar una enseñanza privada o mudarte a otro sitio?
Según Smith, "esas son, sin duda, conversaciones que hay que tener antes de que llegue el bebé, porque todo se produce en un período de tiempo muy corto".
Envejecer juntos: "¿Cómo ayudaremos a nuestra familia a partir de la jubilación?"
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Pasar los días junto a la persona que uno ama implica toda una vida compartiendo recuerdos y aventuras. Unidas, esas dos personas han construido una vida, una familia y una herencia. Ahora toca celebrar esta edad de oro, pero también es importante hablar de cómo se protegerá esa herencia cuando uno de los dos se haya ido.
Llegados a este punto, se necesita un plan financiero completo. "Vuestra vida ha cambiado: habéis liquidado una hipoteca, vuestros hijos han ido a la universidad... Incluso puede que tengáis nietos. A esas alturas conviene tener una conversación sobre la planificación testamentaria", sugiere Voisin.
Para dirigir dicha conversación, es importante recurrir a un profesional. Según Reshell Smith, "las parejas económicamente responsables contratan a un planificador financiero para crearles un seguro de vida".
La experta añade que los planificadores financieros solicitan que la pareja tenga un testamento vitalicio y sepan cómo pagar su atención médica, así como si tienen suficiente dinero en el plan de ahorros y los ahorros de jubilación para mantener al cónyuge si el otro muere antes.
Que la conversación fluya
Puede ser difícil sacar estos temas de dinero, pero es importante superar la incomodidad y mantener un diálogo abierto sobre la economía con tu pareja.
¿Cómo se hace? Programando el "día de la economía" una vez al mes o cada quince días, recomienda Smith.
"El dinero puede ocasionar enfrentamientos. Nadie quiere sacar el tema de la factura de la luz después de un largo día", comenta. En vez de eso, es recomendable hacer un hueco en el horario cuando nos aseguremos de que solo se va a hablar de temas financieros.
El dinero tiene la capacidad de formar o romper una relación. Si dos personas están lo suficientemente comprometidas como para hablar de dinero con transparencia, podrán evitar estrés y peleas innecesarias que, a menudo, destrozan una pareja.
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