viernes, 22 de junio de 2018

"Hay una crisis mundial de la democracia" granadahoy.com

Juca Ferreira. / JOSÉ ÁNGEL GARCÍA JOSÉ ÁNGEL GARCÍA
-En política lo que interesa es descontentar al menor número posible de gente.
-Y la cultura es muy amplia y su gestión, muy difícil. En mi periodo en el ministerio organizamos un sistema nacional de Cultura que no había. Artes, patrimonio, manifestaciones contemporáneas, tradicionales... Es un conjunto muy vasto con el que relacionarse.
-Ha citado las manifestaciones tradicionales y en Sao Paulo posibilitó que el Carnaval volviera a la calle.
-La ley anterior permitía el Carnaval en un sambódromo, no en la calle. Desde hacía décadas. Pero no es que volviera a la calle, sino que fue otra vez legal.
-¿Fue contentar al mayor número posible de gente?
-Es que antes no se permitía la samba en la calle por no compartir el espíritu de la ciudad, el trabajo.
FACEBOOK CENSURÓ UNA FOTO DEL GOBIERNO BRASILEÑO EN LA QUE APARECÍA UNA PAREJA INDÍGENA DE 1905"
-Ha criticado recientemente una tendencia creciente de autoritarismo en Latinoamérica. ¿Cómo describiría lo que está sucediendo?
-En Brasil estamos viviendo un golpe de Estado. Los ha habido similares en Paraguay y Honduras. Hay un intento de aislar a líderes populares e importantes en las últimas décadas. Ya no son golpes militares. Es la Justicia, el Parlamento y los medios los que organizan un complot contra quienes piensan distinto.
-Hay quien advierte también en Europa de gestos autoritarios y de que asistimos al fin de una época que se originó al acabar la Segunda Guerra Mundial.
-No creo que sea el fin, pero sí que asistimos a una crisis mundial de la democracia. Hay posibilidades de renovación, pero la globalización y la aparición de los nuevos medios tecnológicos han provocado una crisis evidente. Muchos factores conspiran contra la democracia, aunque en tradiciones democráticas como la europea es posible la renovación y la adopción de medidas protectoras.
-Menciona la globalización. ¿Es la actual industria del turismo un elemento del conflicto entre lo global y lo local?
-El turismo no es la fábrica sin chimeneas que se pensaba antes. Tiene un impacto. Es un sector que da y que quita mucho de la vida de las ciudades. Algunas han de desarrollar políticas para reducir ese impacto.
-Con Facebook vivió un episodio de ese conflicto.
-Facebook censuró el portal del Ministerio de Cultura de Brasil. Habíamos restaurado fotografías de finales del siglo XIX y pusimos la de una pareja indígena. Ella, con falda y los senos desnudos; él, con calzón. Era una foto de 1905. Facebook la retiró.
-Sería un robot quizá.
-Eso creímos, pero no. Una empresa no tiene derecho a censurar y menos a censurar a un Estado. Pedimos explicaciones. Nos dijeron que los senos sólo podían aparecer en casos de accidente, de mutilación o de enfermedad. Respondimos que no nos gustaba el criterio, que el cuerpo no es algo pecaminoso, que Brasil tiene una postura sobre el cuerpo distinta a Estados Unidos. Facebook respondió que nos sometíamos a un tribunal de California.
-Anda.
-Es un tipo de colonialismo digital. Abrí un proceso jurídico y la foto de la pareja indígena volvió a Facebook. Pero no se trata sólo de la foto. Son empresas supranacionales que han de respetar los contextos culturales nacionales.
-Al llegar al Gobierno, usted defendió la cultura en un sentido amplio, la "dimensión simbólica". ¿Son cultura Pelé y Sócrates?
-Se confundía cultura con arte. El arte es una parte fundamental de la cultura, pero hay más. En un sentido amplio, el fútbol está incorporado. Los ídolos son parte de nuestra cultura.
-Si hubiese sido gestor a finales del siglo XX, cuando el fútbol se extiende desde Inglaterra al mundo, ¿lo habría considerado un producto del colonialismo?
-No. La asimilación de la producción cultural foránea es algo cotidiano que hacemos diariamente. Brasil nace en un contexto colonial, dialogando con el mundo, y no hay un problema ahí. El problema es la influencia unilateral, sacar el dinero de un país sin redistribución o la censura de las culturas de los demás.
-¿Le preocupan los casos de corrupción de su país y, en particular, los de su formación?
-Combatir la corrupción es importante siempre, pero me preocupa la parcialidad y el uso político de la corrupción para desequilibrar contextos y aislar a ciertas fuerzas.
-Hasta Lula da Silva está en la cárcel.
-Y no hay ninguna prueba contra él. El Ministerio Público ha dicho que no tiene pruebas, que tiene convicciones. La Justicia no puede funcionar así.
-¿Y el juez?
-Ha emitido la sentencia, pero está recurrida.
-Hay una formación política de izquierdas en España que habló de asaltar el cielo, como símil de llegar al poder. Usted que ha estado ya, ¿cómo es el cielo?
-Yo estuve más cerca del infierno. Los problemas eran muchos y el dinero era insuficiente, había demanda cultural reprimida... No era el cielo. Es un trabajo de mucha responsabilidad por las consecuencias en la vida colectiva. Es que no entiendo bien...
-¿El qué?
-Qué querían decir con asaltar el cielo...
-Pues ni idea. ¿Llegar al Gobierno?
-Bueno, los partidos nuevos tienen también derecho a disputar la hegemonía política de un país.

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