CARLOS COLÓN
Desde el Gobierno no se debe cuestionar la ordenación constitucional ni cargar contra la Jefatura del Estado
Como creo que la mayoría de los españoles, no tengo fuertes convicciones monárquicas o republicanas. En lo que a la Jefatura del Estado se refiere me va bien lo que funcione. Si fuera francés, alemán o italiano estaría a gusto con la república. Si fuera inglés, belga, holandés, sueco, noruego o danés lo estaría con la monarquía. Como español me va bien con esta monarquía parlamentaria bajo la que mi país ha hecho la dificilísima transición de la dictadura a la democracia y ha vivido los 43 años de mayor libertad, paz, prosperidad, conquistas sociales e integración en Europa de su historia contemporánea. Ya saben la máxima que Larry David aplicaba a la vida en la película de Woody Allen: "Si la cosa funciona…".
Y como creo que la mayoría de los ciudadanos de cualquier democracia, espero que desde el Gobierno de la nación que no se ponga en entredicho la ordenación constitucional ni se cargue contra la Jefatura del Estado.
Por ambos motivos estimo escandaloso que un miembro del Gobierno de España, la ministra Ione Belarra, haya dicho: "Se cumple un año de la huida de Juan Carlos de Borbón a Abu Dabi. Cuando nuestro país peor lo estaba pasando en la lucha contra la pandemia, el ex jefe del Estado se fue de España en una actitud indigna para no dar la cara por sus actos ante la ciudadanía". Añadiendo: "Podemos va a seguir trabajando para que la democracia llegue a la Jefatura del Estado y por un horizonte republicano para España, como proyecto de profundización democrática, de modernización económica y de unidad en base al reconocimiento de nuestra plurinacionalidad".
Es mentira que el Rey emérito huyera. Es groseramente demagógico relacionar su marcha -según todas las fuentes, sugerida o forzada por la Casa del Rey y el presidente del Gobierno- con la pandemia. Es mentira que se le reclame para "dar la cara ante los ciudadanos". Es mentira que la democracia no haya llegado a la Jefatura del Estado. Es mentira que solo una república garantice la profundización democrática, la modernización económica y la unidad. Da pereza volver a preguntar si Reino Unido, Bélgica, Países Bajos, Suecia, Noruega o Dinamarca son países con menos calidad democrática que Francia, Alemania o Italia. Pero da igual. La mentira, la manipulación y la demagogia son las únicas capacidades de los populistas. Y contaminan a sus compañeros de Gobierno.
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