Hallan en China el fósil de un dinosaurio emplumado volador provisto de dos pares de alas y una larga cola, que onsolida la idea de que las aves heredaron el vuelo de sus precursores dinosaurios.
EUROPA PRESS
Un equipo internacional liderado por el paleontólogo Luis Chiappe, del Museo de Historia Natural (NHM, por sus siglas en inglés) del Condado de Los Ángeles (Estados Unidos) informa en un artículo publicado enNature Communications del descubrimiento en China de un fósil con una cola de largas plumas que parece que fueron fundamentales para disminuir su velocidad en el momento del descenso y asegurarle aterrizajes seguros. Este nuevo fósil de dinosaurio consolida la idea de que las aves heredaron el vuelo de sus precursores dinosaurios.
De 125 millones de años de edad, este dinosaurio, llamado Changyuraptor yangi, fue encontrado en la provincia de Liaoning, en el noreste de China, una zona en la que se han hallado numerosos dinosaurios emplumados durante la última década. Este dinosaurio extraordinariamente conservado contenía un conjunto completo de plumas de camuflaje por todo su cuerpo, incluyendo plumas extralargas plumas en la cola. "De un pie de largo (30,5 cm), las increíbles plumas de la cola de Changyuraptor son, con mucho, las más largas de cualquier dinosaurio emplumado", destaca Chiappe.
Los análisis de la microestructura ósea realizados por la investigadora Anusuya Chinsamy, de la Universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), muestran que el raptor era un adulto completamente desarrollado y, con un peso de nueve libras (más de cuatro kilogramos), de cuatro pies de largo (1,22 m), Changyuraptor es el más grande de todos los dinosaurios de cuatro alas.
Estos dinosaurios microraptorinos tienen el apodo de cuatro alas porque las largas plumas pegadas a las patas parecen un segundo par de alas, siendo estas largas plumas pegadas a las piernas y las alas de estos antiguos depredadores las que han llevado a los investigadores a concluir que los dinosaurios de cuatro alas eran capaces de volar. "De hecho, numerosas características que siempre hemos asociado con las aves evolucionaron en los dinosaurios mucho antes de que aparecieran las primeras aves", afirma el coautor Alan Turner, de la Universidad de Stony Brook, en Nueva York, Estados Unidos. "Esto incluye cosas como huesos huecos, comportamiento de anidación, plumas y posiblemente el vuelo", detalla este experto.
El nuevo descubrimiento explica el papel que las plumas de la cola jugaron durante el control de vuelo, explicando que en el caso de los voladores más grandes, resultan de particular importancia los aterrizajes seguros. "Tiene sentido que los grandes microraptorinos necesitaran estas plumas especialmente grandes en la cola para un control adicional del aterrizaje", añade el doctor Michael Habib, investigador de la Universidad del Sur de California y coautor del artículo.
El descubrimiento de Changyuraptor consolida la idea de que el vuelo precedió al origen de las aves, siendo heredada por éstas de sus precursores dinosaurios. "El nuevo fósil documenta que los dinosaurios voladores no se limitaron a animales muy pequeños, sino también a dinosaurios de un tamaño sustancial -subraya Chiappe-. Está claro que ahora se necesita más evidencia para entender los matices del vuelo del dinosaurio, pero 'Changyuraptor' es un gran paso en la dirección correcta".
De 125 millones de años de edad, este dinosaurio, llamado Changyuraptor yangi, fue encontrado en la provincia de Liaoning, en el noreste de China, una zona en la que se han hallado numerosos dinosaurios emplumados durante la última década. Este dinosaurio extraordinariamente conservado contenía un conjunto completo de plumas de camuflaje por todo su cuerpo, incluyendo plumas extralargas plumas en la cola. "De un pie de largo (30,5 cm), las increíbles plumas de la cola de Changyuraptor son, con mucho, las más largas de cualquier dinosaurio emplumado", destaca Chiappe.
Los análisis de la microestructura ósea realizados por la investigadora Anusuya Chinsamy, de la Universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), muestran que el raptor era un adulto completamente desarrollado y, con un peso de nueve libras (más de cuatro kilogramos), de cuatro pies de largo (1,22 m), Changyuraptor es el más grande de todos los dinosaurios de cuatro alas.
Estos dinosaurios microraptorinos tienen el apodo de cuatro alas porque las largas plumas pegadas a las patas parecen un segundo par de alas, siendo estas largas plumas pegadas a las piernas y las alas de estos antiguos depredadores las que han llevado a los investigadores a concluir que los dinosaurios de cuatro alas eran capaces de volar. "De hecho, numerosas características que siempre hemos asociado con las aves evolucionaron en los dinosaurios mucho antes de que aparecieran las primeras aves", afirma el coautor Alan Turner, de la Universidad de Stony Brook, en Nueva York, Estados Unidos. "Esto incluye cosas como huesos huecos, comportamiento de anidación, plumas y posiblemente el vuelo", detalla este experto.
El nuevo descubrimiento explica el papel que las plumas de la cola jugaron durante el control de vuelo, explicando que en el caso de los voladores más grandes, resultan de particular importancia los aterrizajes seguros. "Tiene sentido que los grandes microraptorinos necesitaran estas plumas especialmente grandes en la cola para un control adicional del aterrizaje", añade el doctor Michael Habib, investigador de la Universidad del Sur de California y coautor del artículo.
El descubrimiento de Changyuraptor consolida la idea de que el vuelo precedió al origen de las aves, siendo heredada por éstas de sus precursores dinosaurios. "El nuevo fósil documenta que los dinosaurios voladores no se limitaron a animales muy pequeños, sino también a dinosaurios de un tamaño sustancial -subraya Chiappe-. Está claro que ahora se necesita más evidencia para entender los matices del vuelo del dinosaurio, pero 'Changyuraptor' es un gran paso en la dirección correcta".
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