Sosa minimizó lo novedoso del descubrimiento: “No es sorprendente”, opinó. “Hay una explicación bastante natural”, completó. En ese sentido, amplió, el fenómeno se explica por los grandes cráteres que se pueden ver en la superficie lunar: “Se piensa que los impactos de meteoritos en la luna, por ejemplo, el calentamiento producido por el impacto funde el material y crea una lava que con el tiempo encuentra un camino al interior de la superficie”.
De acuerdo a lo expuesto por la Nasa, no se trata de cráteres, sino agujeros formados por el desprendimiento de la superficie sobre cuevas interconectadas, corrientes de lava que pasaron por ese lugar hace mucho tiempo.
Existen alrededor de 200 hoyos con un diámetro de nueve a 200 metros, y fueron descubiertos por el Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO) de la NASA. “Continuamente están relevando fotográficamente la superficie de la luna”, explicó.
Consultada por el potencial refugio que podrían significar en el futuro, Sosa señaló que “se piensa que sí porque si bien están bajo la superficie, no están tan profundo”. En ese caso, sería de gran ayuda para evitar la radiación intensa que recae en la luna e incluso contra el impacto de micro meteoritos.
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