La Liga de las Mujeres Extraordinarias' recoge las biografías de 30 figuras excepcionales a lo largo de la historia El libro está dirigido al público infantil y juvenil
P. V. GRANADA
Nadie hubiera tenido el poco sentido común de decirle a la reina celta Boudica que pegaba, corría o empujaba como una chica. Nadie en su sano juicio le hubiera susurrado a Amelia Earhart que el lugar natural de la mujer es su casa. Nadie hubiera podido sugerir ante Hedy Lamarr que las guapas son estúpidas sin morir envenenado en sarcasmos. La sola mención de esos nombres parece explosionar todos esos clichés como por encantamiento. Los anula, los jibariza, los destruye. Y ellas -viene a sugerir La Liga de las Mujeres Extraordinarias, el proyecto coordinado por el diseñador Iván del Río- no fueron entelequias sino mujeres reales. Y ellas -viene a decirnos también- son sólo tres de tantas mujeres que se empeñaron en romper los límites, en participar en la carrera y ganarla.
¿Las princesas Disney hacen mucho daño? "Las princesas Disney están ahí -dice Iván del Río-. Con la incorporación de la Pixar a la compañía, parece que en las últimas películas hay un avance hacia la concienciación de género: las protagonistas no siempre tienen que ser seres mogijatos y pizpiretos, sino chicas normales y con ambiciones tan propias como el tiro con arco. Este tipo de presencia hace veinte años hubiera sido impensable, aunque siempre parecen ir a remolque de sociedad. La idea que nosotros queremos transmitir, sin embargo, es que no hace falta imponer referentes de leyenda, que los hay reales".
"Ninguna de las mujeres que hemos escogido -advierte el coordinador- se ha ganado su puesto en la lista por sus virtudes éticas, su 'santidad' o su bondad. Está Teresa de Calcuta, pero también Clara Campoamor con una bandera republicana. Quizá alguna de ellas no pueda definirse como una bellísima persona, pero desde luego ha tenido redaños, valentía y cabezonería (que son unas virtudes, si se piensa, tradicionalmente masculinas)". Quizá sí, entonces, el denominador común de todas esas mujeres haya sido el coraje. "El papel patriarcal que se le atribuye a la mujer es estar al servicio de la viabilidad de la especie de manera brutal -explica Del Río-. Si hay alguien que tiene que sacrificar su carrera, por ejemplo, esa es la mujer. Ellas no lo entendieron así".
Pero no sólo las mujeres plasmadas en el libro son figuras históricas, sino que el perfil de cada una de ellas ha sido elaborado por una mujer relacionada de alguna forma con la trayectoria del personaje. A Sarah Bernhardt le toma la medida Ana López Segovia; la ginecóloga María Fuentes realiza el perfil de Ginko Ogino; Maritxu Poyal, fotógrafa astronómica, se encarga de la figura de Valentina Tereshkova... Además, la iniciativa cuenta con la colaboración de Lolo Rico, autora del prólogo.
Para su responsable, La Liga de las Mujeres Extraordinarias cuenta con tres aspectos con los que cautivar a sus lectores. Por un lado, la "edición cuidada, en gran formato, con buena definición e ilustraciones generosas hará que llame la atención de los niños más pequeños -comenta-. Luego, cuando tengan once o doce años ya podrán entender el texto al cien por cien. Y luego ya, cuando repasen ese libro con catorce o quince años, se darán cuenta de que hay unas señoras en la esquina, de todas las edades y procedencias, que son sus contemporáneas, están ahí y viven de eso: 'Yo soy jugadora de baloncesto, yo soy hacker certificada... y no somos bichos raros'. Porque no lo son, porque todas ellas son mujeres que estaban, de alguna manera, cerca de mi círculo. Esa es la última enseñanza que el no tan niño puede sacar: que puede intentar ser lo que quiera".
"Una de las cualidades del proyecto es precisamente, su vocación de pervivencia -continúa Iván del Río-. Su rango de edad es bastante amplio, pero es que la voluntad de este libro es acompañar a su lector a lo largo del tiempo, porque puede permitir lecturas y relecturas..."
Precisamente por su espíritu igualitario, La Liga de las Mujeres Extraordinarias no pretende una segmentación por género: "La cuestión de género no es sólo enseñar a las mujeres cuál es su potencial y sus derechos y la deuda que la sociedad tiene con ellas -explica Iván del Río-. De hecho, creo que el extinto Ministerio de Igualdad debería haber ahondado en la concienciación masculina al respecto. Quien es machista lo ha mamado desde chico, no se le ha hablado de otra cosa, y no ha tenido la paciencia de ir más allá: tampoco es fácil, porque siendo hombre a veces parece, tratando estos temas, que tienes la culpa de todos los males... La cosa cambia con el tiempo, se abren las entendederas. Lo mismo sigues teniendo prejuicios pero al menos eres consciente de eso y tus hijos no lo heredarán".
De hecho, el origen de la idea estuvo en la constatación de cómo, trabajando en el mundo del diseño, "uno encontraba cierto machismo o estereotipos en las ilustraciones -indica Del Río-. Indagar en el porqué te asegura un poco el éxito de la interpretación correcta de tu mensaje. Todo eso me llevó a interesarme por el tema de la igualdad de género. En principio, la idea de lo que después sería La Liga... surgió como una serie de ilustraciones de estos personajes para hacer una exposición. Pero a partir de ahí, dándole vueltas durante el tiempo que dedicas al dibujo, que es mucho, llegas a la conclusión de que el proyecto puede desarrollarse en el plano creativo. Y si las imágenes valen más que mil palabras, es aún más impactante cuando van acompañadas de estas mil palabras".
El haber optado por el crowdfunding para lanzar el proyecto -que donará cualquier posible beneficio- se decidió, afirma Iván del Río, para "evitar cualquier cortapisa por parte una editorial . Un sello no iba a apostar por esto, que es un proyecto caro, sin querer modificarlo. Lo mismo quitaba a algún personaje o a alguna autora, y no podía exponerme a eso".
¿Las princesas Disney hacen mucho daño? "Las princesas Disney están ahí -dice Iván del Río-. Con la incorporación de la Pixar a la compañía, parece que en las últimas películas hay un avance hacia la concienciación de género: las protagonistas no siempre tienen que ser seres mogijatos y pizpiretos, sino chicas normales y con ambiciones tan propias como el tiro con arco. Este tipo de presencia hace veinte años hubiera sido impensable, aunque siempre parecen ir a remolque de sociedad. La idea que nosotros queremos transmitir, sin embargo, es que no hace falta imponer referentes de leyenda, que los hay reales".
"Ninguna de las mujeres que hemos escogido -advierte el coordinador- se ha ganado su puesto en la lista por sus virtudes éticas, su 'santidad' o su bondad. Está Teresa de Calcuta, pero también Clara Campoamor con una bandera republicana. Quizá alguna de ellas no pueda definirse como una bellísima persona, pero desde luego ha tenido redaños, valentía y cabezonería (que son unas virtudes, si se piensa, tradicionalmente masculinas)". Quizá sí, entonces, el denominador común de todas esas mujeres haya sido el coraje. "El papel patriarcal que se le atribuye a la mujer es estar al servicio de la viabilidad de la especie de manera brutal -explica Del Río-. Si hay alguien que tiene que sacrificar su carrera, por ejemplo, esa es la mujer. Ellas no lo entendieron así".
Pero no sólo las mujeres plasmadas en el libro son figuras históricas, sino que el perfil de cada una de ellas ha sido elaborado por una mujer relacionada de alguna forma con la trayectoria del personaje. A Sarah Bernhardt le toma la medida Ana López Segovia; la ginecóloga María Fuentes realiza el perfil de Ginko Ogino; Maritxu Poyal, fotógrafa astronómica, se encarga de la figura de Valentina Tereshkova... Además, la iniciativa cuenta con la colaboración de Lolo Rico, autora del prólogo.
Para su responsable, La Liga de las Mujeres Extraordinarias cuenta con tres aspectos con los que cautivar a sus lectores. Por un lado, la "edición cuidada, en gran formato, con buena definición e ilustraciones generosas hará que llame la atención de los niños más pequeños -comenta-. Luego, cuando tengan once o doce años ya podrán entender el texto al cien por cien. Y luego ya, cuando repasen ese libro con catorce o quince años, se darán cuenta de que hay unas señoras en la esquina, de todas las edades y procedencias, que son sus contemporáneas, están ahí y viven de eso: 'Yo soy jugadora de baloncesto, yo soy hacker certificada... y no somos bichos raros'. Porque no lo son, porque todas ellas son mujeres que estaban, de alguna manera, cerca de mi círculo. Esa es la última enseñanza que el no tan niño puede sacar: que puede intentar ser lo que quiera".
"Una de las cualidades del proyecto es precisamente, su vocación de pervivencia -continúa Iván del Río-. Su rango de edad es bastante amplio, pero es que la voluntad de este libro es acompañar a su lector a lo largo del tiempo, porque puede permitir lecturas y relecturas..."
Precisamente por su espíritu igualitario, La Liga de las Mujeres Extraordinarias no pretende una segmentación por género: "La cuestión de género no es sólo enseñar a las mujeres cuál es su potencial y sus derechos y la deuda que la sociedad tiene con ellas -explica Iván del Río-. De hecho, creo que el extinto Ministerio de Igualdad debería haber ahondado en la concienciación masculina al respecto. Quien es machista lo ha mamado desde chico, no se le ha hablado de otra cosa, y no ha tenido la paciencia de ir más allá: tampoco es fácil, porque siendo hombre a veces parece, tratando estos temas, que tienes la culpa de todos los males... La cosa cambia con el tiempo, se abren las entendederas. Lo mismo sigues teniendo prejuicios pero al menos eres consciente de eso y tus hijos no lo heredarán".
De hecho, el origen de la idea estuvo en la constatación de cómo, trabajando en el mundo del diseño, "uno encontraba cierto machismo o estereotipos en las ilustraciones -indica Del Río-. Indagar en el porqué te asegura un poco el éxito de la interpretación correcta de tu mensaje. Todo eso me llevó a interesarme por el tema de la igualdad de género. En principio, la idea de lo que después sería La Liga... surgió como una serie de ilustraciones de estos personajes para hacer una exposición. Pero a partir de ahí, dándole vueltas durante el tiempo que dedicas al dibujo, que es mucho, llegas a la conclusión de que el proyecto puede desarrollarse en el plano creativo. Y si las imágenes valen más que mil palabras, es aún más impactante cuando van acompañadas de estas mil palabras".
El haber optado por el crowdfunding para lanzar el proyecto -que donará cualquier posible beneficio- se decidió, afirma Iván del Río, para "evitar cualquier cortapisa por parte una editorial . Un sello no iba a apostar por esto, que es un proyecto caro, sin querer modificarlo. Lo mismo quitaba a algún personaje o a alguna autora, y no podía exponerme a eso".
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