Aulaga Folk y los jerezanos, que reaparecen después de cinco años, ofrecieron una jornada peleona y comprometida con los orígenes del festival
R.C. GRANADA
Mucho había que decir la noche del sábado del 24 Parapandafolk. El regreso a los escenarios de los jerezanos La Jambre cinco años después de su separación y la actuación de los extremeños Aulaga Folk marcaron una jornada muy peleona y comprometida con los orígenes del festival y centrada en la reinvención y adaptación a los nuevos sonidos de los canciones populares andaluces y extremeños.
Aulaga Folk comenzaron la fiesta en el patio del antiguo IES Diego de Siloé ante un millar largo de personas proponiendo un recorrido por las tierras extremeñas, con parada y fonda en el romancero medieval, con 'estándares' como Romance de la Cautiva. Reducidos de personal en la versión actual, mantienen su objetivo de recuperar composiciones que se han difundido a viva voz entre los propios vecinos desde hace años y están a punto de perderse para actualizar su forma.
Tras ellos, los músicos de La Jambre llegaron al Parapandafolk con las ganas intactas de hacer música y un potente espíritu andaluz y reivindicativo y ganas de que el público, unas 1500 personas, se pusieran a bailar. Desde el escenario, La Jambre quiso aprovechar su regreso a escena cinco años después no sólo para invitar a tocar con ellos a Manuel Mateo y Manuel Naranjo (de los históricos granadinos Lombarda) sino también para reivindicar, a través de las palabras de Hendo, "la valentía" de un cartel que ha tenido demasiadas malas consecuencias para la subsistencia económica del festival y arremeter contra los que llamó "herederos del Franquismo". Su discurso, que acabó con el grupo imitando la iconografía del polémico cartel, se llevó bastantes más aplausos que críticas.
Aulaga Folk comenzaron la fiesta en el patio del antiguo IES Diego de Siloé ante un millar largo de personas proponiendo un recorrido por las tierras extremeñas, con parada y fonda en el romancero medieval, con 'estándares' como Romance de la Cautiva. Reducidos de personal en la versión actual, mantienen su objetivo de recuperar composiciones que se han difundido a viva voz entre los propios vecinos desde hace años y están a punto de perderse para actualizar su forma.
Tras ellos, los músicos de La Jambre llegaron al Parapandafolk con las ganas intactas de hacer música y un potente espíritu andaluz y reivindicativo y ganas de que el público, unas 1500 personas, se pusieran a bailar. Desde el escenario, La Jambre quiso aprovechar su regreso a escena cinco años después no sólo para invitar a tocar con ellos a Manuel Mateo y Manuel Naranjo (de los históricos granadinos Lombarda) sino también para reivindicar, a través de las palabras de Hendo, "la valentía" de un cartel que ha tenido demasiadas malas consecuencias para la subsistencia económica del festival y arremeter contra los que llamó "herederos del Franquismo". Su discurso, que acabó con el grupo imitando la iconografía del polémico cartel, se llevó bastantes más aplausos que críticas.
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