El secretario general de la organización advierte de la "alarmante" baja calidad de la educación española y explica que ya trabaja junto a Wert para crear una estrategia que mejore las competencias de los españoles.
EFE
El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, considera "alarmante" la baja calidad y adecuación al mercado laboral de las enseñanzas universitarias españolas, que sitúan a los titulados en los niveles más bajos a nivel mundial en resolución de problemas y competencias como la lectura o las matemáticas. Así lo ha señalado durante la presentación del X informe de la Fundación CYD sobre la contribución de las universidades españolas al desarrollo, un acto en el que ha participado junto la ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, con quien, según ha dicho, trabaja ya para desarrollar una estrategia que mejore las competencias de los españoles.
Según ha explicado, con los últimos datos del informe PIAC en la mano (mide las competencias de los adultos) "en comprensión lectora, capacidad de cálculo y resolución de problemas, España deja que desear" y de hecho, las competencias de sus titulados son equiparables a las de los bachilleres japoneses. "Es importante que los jóvenes reciban un aprendizaje de alta calidad. A pesar del progreso en participación (en lo que a número de estudiantes de refiere), la calidad de la educación universitaria española dista mucho de alcanzar la de otros países. No hay ninguna universidad en los rankings internacionales", ha detallado.
Esta "desventaja comparativa", vinculada con el hecho de que uno de cada cinco jóvenes con educación superior ni estudia ya ni trabaja o que, en general, los graduados tienen "una transición más complicada al mercado laboral" que en otros países, hace imperativo en su opinión diseñar una estrategia para mejorar las capacidades. Entre sus propuestas, figura el diseño de indicadores para medir mejor la transferencia del conocimiento, analizar el "fuerte sesgo teórico" de las enseñanzas y la falta de especialización y las duplicidades de las titulaciones. según ha dicho, "tienden a ser demasiado generalistas" con "mucha oferta de títulos similares" pese a la escasez de recursos.
En cuanto a la financiación, ha planteado que cobrar en la pública "no es un tabú", pues los países que lo hacen "cobran al que puede pagar y al que no, se le ayuda". También pide un esquema de más esfuerzo inversor de la empresa privada, porque en España "el nivel es bajo". "Hay que trascender la radiografía para ofrecer una receta más concreta para solucionar los problemas de la universidad española", ha añadido, para después afirmar: "no venimos a decir a los españoles qué hacer con España, sino a evidenciar qué hacen aquellos a los que les va bien".
Una estrategia de competencias
En esta estrategia de cambio trabajará desde este mismo lunes con el Ministerio de Educación, tal y como ha confirmado Wert, quien ha señalado que se implicará a los ministerios afectados, la Unión Europea, las comunidades autónomas y los agentes sociales "para identificar y establecer" las medidas a adoptar. En concreto, el ministro ha afirmado que la fruto de esa estrategia se trazará un "plan de acción acorde a las dificultades queexisten para favorecer la empleabilidad de los universitarios" y adecuar el sistema a los retos que se plantean: además del empleo, la financiación y la tecnología.
"El mercado laboral ha cambiado sus exigencias con un requerimiento de flexibilidad mucho mayor de competencias y habilidades" a los titulados en educación superior, ha apuntado el ministro. Asimismo, ha dicho que "se da una insostenibilidad del modelo de financiación en general", pues se debe atender "bien por la vía pública o la privada" a las necesidades financieras de un sistema con un "crecimiento exponencial" de los alumnos, lo que "se lleva mal con las exigencias de consolidación fiscal".
Junto a ello, ha destacado la "utilización cada vez más intensiva y relevante de la tecnología" en el ámbito universitario, cambios estos que "tiene que tener presente" el Gobierno en su trabajo con los rectores y las comunidades autónomas. "Es hora de que nos ocupemos de la adecuación de nuestro sistema a ese entorno de cambio", ha añadido, tras incidir en la necesidad de "tener presente todo este entorno de cambio para, de forma gradual, hacerlo compatible con el gran esfuerzo" que ya se ha hecho.
Según ha explicado, con los últimos datos del informe PIAC en la mano (mide las competencias de los adultos) "en comprensión lectora, capacidad de cálculo y resolución de problemas, España deja que desear" y de hecho, las competencias de sus titulados son equiparables a las de los bachilleres japoneses. "Es importante que los jóvenes reciban un aprendizaje de alta calidad. A pesar del progreso en participación (en lo que a número de estudiantes de refiere), la calidad de la educación universitaria española dista mucho de alcanzar la de otros países. No hay ninguna universidad en los rankings internacionales", ha detallado.
Esta "desventaja comparativa", vinculada con el hecho de que uno de cada cinco jóvenes con educación superior ni estudia ya ni trabaja o que, en general, los graduados tienen "una transición más complicada al mercado laboral" que en otros países, hace imperativo en su opinión diseñar una estrategia para mejorar las capacidades. Entre sus propuestas, figura el diseño de indicadores para medir mejor la transferencia del conocimiento, analizar el "fuerte sesgo teórico" de las enseñanzas y la falta de especialización y las duplicidades de las titulaciones. según ha dicho, "tienden a ser demasiado generalistas" con "mucha oferta de títulos similares" pese a la escasez de recursos.
En cuanto a la financiación, ha planteado que cobrar en la pública "no es un tabú", pues los países que lo hacen "cobran al que puede pagar y al que no, se le ayuda". También pide un esquema de más esfuerzo inversor de la empresa privada, porque en España "el nivel es bajo". "Hay que trascender la radiografía para ofrecer una receta más concreta para solucionar los problemas de la universidad española", ha añadido, para después afirmar: "no venimos a decir a los españoles qué hacer con España, sino a evidenciar qué hacen aquellos a los que les va bien".
Una estrategia de competencias
En esta estrategia de cambio trabajará desde este mismo lunes con el Ministerio de Educación, tal y como ha confirmado Wert, quien ha señalado que se implicará a los ministerios afectados, la Unión Europea, las comunidades autónomas y los agentes sociales "para identificar y establecer" las medidas a adoptar. En concreto, el ministro ha afirmado que la fruto de esa estrategia se trazará un "plan de acción acorde a las dificultades queexisten para favorecer la empleabilidad de los universitarios" y adecuar el sistema a los retos que se plantean: además del empleo, la financiación y la tecnología.
"El mercado laboral ha cambiado sus exigencias con un requerimiento de flexibilidad mucho mayor de competencias y habilidades" a los titulados en educación superior, ha apuntado el ministro. Asimismo, ha dicho que "se da una insostenibilidad del modelo de financiación en general", pues se debe atender "bien por la vía pública o la privada" a las necesidades financieras de un sistema con un "crecimiento exponencial" de los alumnos, lo que "se lleva mal con las exigencias de consolidación fiscal".
Junto a ello, ha destacado la "utilización cada vez más intensiva y relevante de la tecnología" en el ámbito universitario, cambios estos que "tiene que tener presente" el Gobierno en su trabajo con los rectores y las comunidades autónomas. "Es hora de que nos ocupemos de la adecuación de nuestro sistema a ese entorno de cambio", ha añadido, tras incidir en la necesidad de "tener presente todo este entorno de cambio para, de forma gradual, hacerlo compatible con el gran esfuerzo" que ya se ha hecho.
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