M. Á. PEÑALVER | GRANADA
Soplaba el otoño de 2007 cuando el granadino Miguel Tallada Sáenz-López –que ahora está a punto de cumplir 39 primaveras– puso en marcha una compañía de artistas bajo el nombre del Laboratorio. Llegados de distintos lugares de la geografía española y desde tierras gabachas, ese hervidero creativo encontró su lugar de asentamiento en la ciudad de la Alhambra.
El resultado de la unión fueron espectáculos multidisciplinares cuidados en su ejecución estética que hace dos años se pasearon por casi 20 países, ya fuera en cruceros o en salas de teatro.
Hace unos meses, sacando pecho ante de la tremebunda crisis, El Laboratorio se trasladó al Padul y optó por dar una curiosa vuelta de tuerca a su actividad. Decidieron ofrecer cursos únicos y ‘exóticos’ en España, como formación para trabajadores en un crucero, para artistas de musicales o uso del fuego en espectáculos.
«Mi mujer y yo nos compramos una casa antigua en el campo, en Cozvíjar, y la rehabilitamos. Vivimos cerca de Padul y fue uno de los motivos para elegirlo como sede empresarial», apostilla.
Los nueve empleados de la compañía han trabajado en cruceros y conocen el sector al dedillo. «Coincidimos con la persona que estaba organizando la titulación –en un principio se iba a impartir en Mallorca– y pensamos que merecía la pena luchar para traérnosla. El ayuntamiento de Padul se mostró muy interesado y nos prestó su ayuda para convertirnos en el único centro español con esta titulación. El turismo de cruceros está en auge y hay demanda de personal. Un buque se asemeja a una ciudad, con tiendas, teatro, restaurantes, bares, casino, hotel...», ilustra Miguel Tallada, el ‘científico loco’ que ideó El Laboratorio.
Pullmantur, por ejemplo, en estos momentos tiene ofertas de empleo, algo raro en el panorama nacional. Y precisamente es la directora de entretenimiento de la firma –con sede en Madrid– la que lleva las riendas del módulo de animación turística (470 horas) que se imparte en el hasta ahora ensimismado Padul, un municipio de raíces prehistóricas, como demuestra su emblema: el mamut del Pleistoceno aparecido hace 20 años.
A por un puesto
El Laboratorio centro de formación es mucho más joven, casi está en pañales, pero se creó con el férreo objetivo de formar a sus alumnos en parcelas en las que hay trabajo si se tienen los conocimientos necesarios.
Miguel, que realizó prácticas con la mismísima Agatha Ruiz de la Prada, trabajó como diseñador gráfico y fotógrafo para El Corte Inglés. Ahora, con su propia criatura empresarial entre las manos, se muestra sorprendido por la respuesta del público. «No esperábamos tanta expectación, aunque entiendo que al igual que nosotros vimos que había estas carencias formativas, la gente también las buscaba y no las encontraba. Eso nos llena de satisfacción, porque nuestra idea no era tan disparatada», apostilla.
La titulación específica de artistas para musicales solo se imparte en otro centro de Barcelona «y cuesta tres veces más». Los paduleños de adopción, por el momento, tratan de mantener unos precios razonables.
El material humano de El Laboratorio es otra de sus bazas. Por un lado, un elenco completo de profesores. Por el otro, alumnos variados, de todas las edades. «Lo que les caracteriza son las ganas de alcanzar unos fines muy concretos y unos objetivos cercanos», detalla Tallada. Cofundador y director del museo audiovisual El Ojo de Granada, Miguel también tiene en su currículum haber asesorado en materia artística a la Compañía Nacional de Danza y a Pullmantur Cruises:«Espero mejorar el currículum de nuestros estudiantes porque tenemos bolsa de trabajo y prácticas».
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