El Papa destaca en Chiapas que la tierra "gime y sufre dolores de parto". Ha hecho un llamamiento a "pedir perdón" a estos pueblos "incomprendidos y excluidos de la sociedad".
EFE
El Papa Francisco ha condenado este lunes en Chiapas, eldespojo y la contaminación de las tierras de los pueblos indígenas perpetrados por personas "mareadas por el poder, el dinero y las leyes del mercado", y ha instado a "pedir perdón". En una multitudinaria misa en San Cristóbal de las Casas, y ante miles de indígenas de México y Centroamérica, Francisco ha instado a rechazar la opresión y el maltrato, en una región donde hace dos décadas se gestó una rebelión armada para reclamar mejores condiciones de vida, con la formación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
El líder católico defendió las riquezas culturales de los pueblos originarios y reconoció el anhelo de esas comunidades a vivir en libertad, en una tierra donde la opresión, el maltrato y la degradación no sean la moneda corriente.
"Sin embargo, muchas veces, de modo sistemático y estructural, sus pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones", destacó en la homilía ante unos 100.000 fieles. Muchos de ellos llegaron de distintas regiones del montañoso estado de Chiapas y de otras entidades e incluso de la vecina Guatemala, vistiendo coloridos trajes típicos.
La misa se celebró por momentos en lenguas indígenas en un centro deportivo donde fue colocada una representación de la colorida catedral de la ciudad detrás del altar. "De muchas maneras y de muchas formas se ha querido silenciar y callar ese anhelo, de muchas maneras han intentado anestesiarnos el alma, de muchas formas han pretendido aletargar y adormecer la vida de nuestros niños y jóvenes con la insinuación de que nada puede cambiar o de que son sueños imposibles", añadió el Pontífice.
En el tercer día de su visita a uno de los países más católicos del mundo, Francisco inició su alocución con la frase en tzotzil 'Li smantal Kajvaltike toj lek', que significa "la ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma", e hizo una reflexión sobre el anhelo a la tierra inscrito en el corazón de los hombres y de los pueblos. "Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes", advirtió.
"Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que gime y sufre dolores de parto", destacó el Pontífice, quien señaló que "ya no podemos hacernos los sordos frente a una de las mayores crisis ambientales de la historia". Francisco indicó al respecto que los indígenas tienen mucho que enseñar en este campo, porque sus pueblos saben relacionarse armónicamente con la naturaleza, a la que respetan como "fuente de alimento, casa común y altar del compartir humano".
El Papa destaca en Chiapas que la tierra "gime y sufre dolores de parto". Ha hecho un llamamiento a "pedir perdón" a estos pueblos "incomprendidos y excluidos de la sociedad".
EFE
El Papa Francisco ha condenado este lunes en Chiapas, eldespojo y la contaminación de las tierras de los pueblos indígenas perpetrados por personas "mareadas por el poder, el dinero y las leyes del mercado", y ha instado a "pedir perdón". En una multitudinaria misa en San Cristóbal de las Casas, y ante miles de indígenas de México y Centroamérica, Francisco ha instado a rechazar la opresión y el maltrato, en una región donde hace dos décadas se gestó una rebelión armada para reclamar mejores condiciones de vida, con la formación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
El líder católico defendió las riquezas culturales de los pueblos originarios y reconoció el anhelo de esas comunidades a vivir en libertad, en una tierra donde la opresión, el maltrato y la degradación no sean la moneda corriente.
"Sin embargo, muchas veces, de modo sistemático y estructural, sus pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones", destacó en la homilía ante unos 100.000 fieles. Muchos de ellos llegaron de distintas regiones del montañoso estado de Chiapas y de otras entidades e incluso de la vecina Guatemala, vistiendo coloridos trajes típicos.
La misa se celebró por momentos en lenguas indígenas en un centro deportivo donde fue colocada una representación de la colorida catedral de la ciudad detrás del altar. "De muchas maneras y de muchas formas se ha querido silenciar y callar ese anhelo, de muchas maneras han intentado anestesiarnos el alma, de muchas formas han pretendido aletargar y adormecer la vida de nuestros niños y jóvenes con la insinuación de que nada puede cambiar o de que son sueños imposibles", añadió el Pontífice.
En el tercer día de su visita a uno de los países más católicos del mundo, Francisco inició su alocución con la frase en tzotzil 'Li smantal Kajvaltike toj lek', que significa "la ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma", e hizo una reflexión sobre el anhelo a la tierra inscrito en el corazón de los hombres y de los pueblos. "Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes", advirtió.
"Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que gime y sufre dolores de parto", destacó el Pontífice, quien señaló que "ya no podemos hacernos los sordos frente a una de las mayores crisis ambientales de la historia". Francisco indicó al respecto que los indígenas tienen mucho que enseñar en este campo, porque sus pueblos saben relacionarse armónicamente con la naturaleza, a la que respetan como "fuente de alimento, casa común y altar del compartir humano".
El líder católico defendió las riquezas culturales de los pueblos originarios y reconoció el anhelo de esas comunidades a vivir en libertad, en una tierra donde la opresión, el maltrato y la degradación no sean la moneda corriente.
"Sin embargo, muchas veces, de modo sistemático y estructural, sus pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones", destacó en la homilía ante unos 100.000 fieles. Muchos de ellos llegaron de distintas regiones del montañoso estado de Chiapas y de otras entidades e incluso de la vecina Guatemala, vistiendo coloridos trajes típicos.
La misa se celebró por momentos en lenguas indígenas en un centro deportivo donde fue colocada una representación de la colorida catedral de la ciudad detrás del altar. "De muchas maneras y de muchas formas se ha querido silenciar y callar ese anhelo, de muchas maneras han intentado anestesiarnos el alma, de muchas formas han pretendido aletargar y adormecer la vida de nuestros niños y jóvenes con la insinuación de que nada puede cambiar o de que son sueños imposibles", añadió el Pontífice.
En el tercer día de su visita a uno de los países más católicos del mundo, Francisco inició su alocución con la frase en tzotzil 'Li smantal Kajvaltike toj lek', que significa "la ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma", e hizo una reflexión sobre el anhelo a la tierra inscrito en el corazón de los hombres y de los pueblos. "Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes", advirtió.
"Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que gime y sufre dolores de parto", destacó el Pontífice, quien señaló que "ya no podemos hacernos los sordos frente a una de las mayores crisis ambientales de la historia". Francisco indicó al respecto que los indígenas tienen mucho que enseñar en este campo, porque sus pueblos saben relacionarse armónicamente con la naturaleza, a la que respetan como "fuente de alimento, casa común y altar del compartir humano".
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